.Capítulo 15.

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*Natalia*

Hola Natalia, no se muy bien que quiero decirte en esta carta, no quiero que suene a despedida por qué simplemente el hecho de pensarlo me duele.
Quiero darte las gracias, gracias por enseñarme a ver el mundo con otros ojos, por abrirme la mente y ayudarme a madurar, gracias en parte a ti hoy soy quien soy.
No me arrepiento de NADA de nuestra relación, ha sido todo fantástico a tu lado, lo único que me da rabia es que te haya generado la necesidad de buscar en otra persona aquello que no obtenías de mi.
Te quiero, te quiero mucho y nunca voy a dejar de hacerlo, por eso me quería "despedir", me voy a vivir una temporada a Londres, ya sabes que es una idea que llevo barajando mucho tiempo, y también sabes que por la única razón que me quedaba aquí eras tú.
No te sientas culpable por nada de lo que ha pasado, se que fui un poco duro en la llamada, pero era un hombre con el corazón roto que no sabía lo que decía.
Se feliz, te lo mereces y espero que nuestros caminos se vuelvan a cruzar algún día.
Te quiero mucho.
Mikel.

Por mi cabeza pasaban mil pensamientos, las lágrimas no tardaron en salir, aún estoy intentando asimilar la carta.
Después de leerla 4 veces le llame, aún con lágrimas en los ojos conseguí encontrar su contacto y marcar, una llamada que no obtuvo respuesta.
Insistí.
Insistí mucho hasta que apago el teléfono.
Mi única idea es presentarme en su casa, así que eso hice, salí de casa corriendo y cogí el coche, en menos de 10 minutos estaba en su puerta.
Llame pero nadie me abría.

Yo: Mikel ábreme. -Grite-
Yo: Sé que estás en casa, tenemos que hablar.
Yo: Sabes que me voy a quedar aquí hasta que abras.

A los 10 minutos Mikel abrió la puerta, iba con su típico pantalón de Adidas gris y una camiseta básica negra.

Mikel: Natalia, ya está todo dicho. -Dijo dándome la mano para que me levantara del suelo-

Yo solo le abracé y estallé en llanto, el rápidamente me envolvió con sus brazos y apoyo su barbilla en mi cabeza.

Mikel: Tranquila. -Susurró-
Yo: Lo-lo siento. -Dije sin casi poder vocalizar-
Mikel: Tranquila, respira.

Tras un par de minutos abrazados me empecé a tranquilizar, estaba al borde del ataque de ansiedad, notaba como me costaba respirar y no podía terminar las palabras.

Mikel: ¿Quieres entrar?

Yo simplemente levante la vista y asentí con la cabeza.
Estuvimos un rato callados sentados en el sofá, yo le miraba a él, y el a la nada.

Yo: ¿Cuando te vas? -Dije rompiendo el silencio-
Mikel: Aún no he comprado el billete, tengo que mirar primero algún piso barato.
Yo: No quiero que te vayas.

Cuando termine esa frase sus ojos conectaron con los míos, no pensé en el significado de mis palabras hasta ver la esperanza en su mirada.

Mikel: Natalia, no me digas eso.
Yo: No te quise hacer daño, te juro que no fue aposta. -Dije aguantándome las ganas de llorar-
Mikel: Lo se.
Yo: Es solo que, la conocí y no pude evitarlo.
Mikel: ¿Te puedo hacer una pregunta?
Yo: Lo que quieras.
Mikel: ¿Que tiene que no tenga yo?

Respire hondo, no es que sea una pregunta fácil de contestar, y se que tengo que tener cuidado para no hacerle más daño, pero tengo que ser sincera.

Yo: Realmente no lo sé, no es algo que a ti te falte, es algo que ella tiene.

Mikel simplemente apartó la mirada, estuvo varios segundos en silencio rascándose los nudillos, típico suyo cuando intenta no llorar.

Mikel: Pues me la tendrás que presentar. -Dijo fingiendo una falsa sonrisa-
Yo: Creo que va siendo hora de irme. -Dije levantándome del sofá-
Mikel: Te acompañó a la puerta.

Se me hacía raro estar así con el, nunca habíamos estado tan fríos y distantes el uno con el otro.

Yo: Bueno. -Dije para romper la tensión-
Mikel: Que incómodo. -Dijo mirando al suelo-
Yo: Un poco solo. -Dije irónicamente-

De repente me cogió las manos y me miro a los ojos, empezó a sonreír y los ojos se le empezaban a poner aguosos, yo no tardé en empezar a llorar.

Mikel: Lo que te dije en la carta es verdad.
Yo: ¿Nos veremos antes de que te vayas?
Mikel: Hombre claro, me tienes que devolver mis cosas.

Los dos nos empezamos a reír, hasta en los momentos más tristes sabe cómo sacarme una sonrisa.

Yo: Te quiero. -Dije tocándole la mejilla-
Mikel: Y yo a ti más.

Después nos abrazamos, un abrazo muy largo y sincero, yo le sigo queriendo, lo único que a cambiado es que prefiero estar con Alba.
Me fui directa a casa, llegue me di una ducha muy larga de agua caliente y me metí a la cama, había sido un día muy intenso y solo quería dormir.

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¿Que os esta pareciendo? Comentar lo que queréis que pase a ver si me dais alguna idea nueva.

670km /Albalia\Where stories live. Discover now