THE ROGUES

11. Katelyn

Narra Katelyn

Estaba corriendo mientras lloraba, me habían desterrado, y fue por algo que no había hecho.

Mi familia nunca me quizo y por eso mintieron, el Alpha les creyó a ellos y me desterró...

Corría bajo una tormenta muy fría, quería esconderme de todo y todos.

Vi una cabaña y olí comida, me acerque desconfiada, pero al hacerlo, la puerta se abre y sale una ancianita que al verme me sonríe.

-Hola pequeña- Saluda, me extiende una mano y yo me acerco desconfiada -Tranquila, no te haré daño- Dice y eso me calma un poco, me acerco más y ella me acaricia la cabeza -Deberías pasar, no quiero que estés aquí afuera con esta tormenta- Dice y se acomoda su manta, yo me acerco y entro a la casa, me vuelvo humana y ella me deja ropa limpia y seca -Es la ropa de mi nieta que ya no está aquí, de seguro te queda- Dice amable.

-G..Gracias- Dije y ella me señala una puerta donde puedo ir a cambiarme.

Cuando entro me doy cuenta que es un baño, me cambio y salgo.

La ancianita me trae una bandeja con un chocolate caliente y un sándwich.

Yo empiezo a comer.

-Y cuéntame pequeña ¿Qué te sucedió?- Pregunta.

-Mi familia hizo que me desterraran de mi manada por una mentira... - Dije triste.

-Eso está muy mal ¿Cómo tu familia te haría eso?- Dijo y yo me encogí de hombros -¿Cómo te llamas?-

-Katelyn pero algunos me dice Kate- Dije tomando mi chocolate -¿Y... usted?-

-María- Dijo sonriendo, yo le sonreí de vuelta, me agradó y mucho.

Terminé de comer y nos quedamos en silencio.

-Si quieres puedes dormir en la habitación que está junto a la mía- Dijo ella.

-No quiero molestar... - Dije.

-Tonterías, no molestas, es más me gustaría volver a cuidar de alguien. Desde que se fue mi nieta he estado muy sola en esta cabaña- Dijo.

-¿Qué le pasó a su nieta?- Pregunté curiosa.

-Se fue con mi hija a Inglaterra- Me explicó -Se mudó para siempre y por eso me quedé sola desde entonces- Siguió.

-Oh ¿Cómo se llamaba?-

-Rose, era de tu misma edad, apuesto a que tienes catorce- Yo asentí.

-¿Cómo lo supo?- Pregunté.

-Tienes apariencia de catorce... Bueno ¿Quieres ir a dormir?- Preguntó y yo asentí.

Nos levantamos y me guió a una habitación con la puerta de madera blanca, en esta tenía un cartel que decía "Rose" era muy lindo. Al entrar todo era aún más lindo.

La cama se veía muy cómoda, tenía muchos libros ¡Hasta una televisión!

Me encantó.

Entré y me senté en la cama.

-Gracias Maria- Dije, ella asintió y cerró la puerta, yo me quité los zapatos y me acosté, al instante me quede dormida.

2 meses después.

Desperté alegre sin saber porqué, bajé y vi a Maria con el desayuno.

-Hola Maria- Salude.

-Hola pequeña- Saludó de vuelta, yo me senté y empecé a comer -Cariño tengo algo para ti-

-¿Enserio? No tenías que hacerlo- Dije y ella negó con la cabeza, me entregó una caja pequeña y la abrí.

Ahí estaba el collar más lindo que he visto.

La miré y ella tenía un candado en forma de corazón, se lo colocó y después me colocó el collar de llave a mi.

-Cariño, en todo éste tiempo te has ganado mi corazón... y ahora tú tienes la llave- Dice y yo la abracé.

-Gracias Maria, te quiero mucho- Le dije.

-Te Quiero querida- Me respondió.

Pase todo el día admirando el collar, ya era de noche y seguía ahí, mirando el collar.

Pero un sonido de un golpe en seco en el piso de abajo me quitó de mi trance.

-¿María?- La llamé pero no había respuesta, me levanté frunciendo el ceño, baje -¿María?- La volví a llamar pero nada.

Seguí caminando hasta que llegue a la sala.

-¡María!- Grité al verla tirada en el suelo -¡María por favor despierta!- Dije moviéndola, su rostro estaba pálido y estaba muy fría -María... por favor, no me abandones... - Dije llorando, su corazón ya no palpitaba y yo sin aguantar más comencé a correr.

Salí y me transformé, seguí corriendo, corría como si algo me perseguía y para mi, así era. Las desgracias siempre están persiguiéndome, donde quiera que vaya... ellas me acompañan.

Seguí corriendo bajo la tormenta, llorando y chillando de dolor, pero escuché unos pasos tras de mi y aceleré el paso.

~¡Espera!~ Gritaban pero no hice caso.

~¡No te haremos daños! ¡Espera!~ Dijo otra voz, pero seguía corriendo ~¡Hay un acantilado! ¡Detente!~ Dijo.

Ahí reaccioné, quise frenar pero sentí que el suelo se me acababa.

Cerré los ojos pero luego sentí que me agarraron por la nuca y cuando abrí los ojos vi que estaba colgando del acantilado y una loba blanca estaba sujetándome.

Me subió dejándome nuevamente en el suelo y se alejó para darme espacio.

Miré hacia el resto y veo a dos lobas más, una de ellas con una cachorra en la boca.

~¡Aléjense de mi!~ Dije desconfiada.

Empecé a correr hacia otra parte pero ellas me perseguían. Tropecé y caí en un arbusto espinoso.

~Tranquila... ~ Dijo la blanca ~No te haremos nada, por favor deja de correr~ Dijo ~¿Cómo te llamas?~ Preguntó.

~K..Katelyn~

~Déjanos ayudarte Katelyn~ Dijo y se acercó pero yo retrocedí clavándome otra espina.

~No, ya no más... por favor... ~ Dije llorando y recordando a María.

~Pero ¿Qué te pasó?~ Preguntó la gris.

~Primero me destierran, luego encuentro a una adorable ancianita que me cuida y me quiere pero hoy ¡Se muere! ¡Las desgracias me persiguen donde quiera que vaya!~ Dijje cansada de todo lo que me pasó en la vida.

~Lo siento tanto~ Dijo la loba blanca ~Lamentó todo lo que te ha pasado, pero no por eso debes estar sola, si quieres puedes quedarte con nosotras. También sufrimos y por esos sufrimientos es que estamos juntas. Ahora estamos mejor porque estamos juntas. Si te unes prometo apoyarte, ser de confianza, prometo ser una hermana para ti~ Siguió y las otras asintieron, lo pensé un poco y terminé asintiendo.

Mientras que me guían a su casa me van contando todo lo que sufrieron y ahí entendí que no soy la única que sufrió.

Estábamos llegando pero se escucha un aullido de lamentos y dolor se escucha Justo en donde estaba, el acantilado.