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Amaba lo que hacía, pero más aún amaba que Jimin probara cada uno de los platillos que preparaba.

Estábamos a semanas de la primera evaluación de la carrera, estaba ansioso, pero Jimin me abrazaba y alagaba cada vez que cocinaba. A veces creía que me mentía con tal de no hacerme sentir mal. Pero una vez me dijo de brazos cruzados "tal vez no se mucho de cocina, pero si algo esta mal, te lo diría, como tu pareja mi prioridad no es decir lo que sientas bien escuchar, sino ayudarte a corregir...muchas veces nos equivocamos pero eso no significa que debemos dejar de intentar...", me quedé pasmado, me abrazó, y dejó un beso en mi frente, " estas aprendiendo, es normal que te equivoques en el intento, pero estaré para animarte a intentarlo una vez más...", sus palabras sonaban con tanta convicción que me preguntaba que clase de persona había sido en mi vida anterior para tener a alguien como Jimin a mi lado.
Escuchar sus palabras siempre me animaba, recibir sus abrazos me consolaba.
Habíamos hablado de todo, yo le comenté el vacío que se creo en mí al perder a papá, pude entender la magnitud de su dolor cuando su madre también se fue, y aun habían ocasiones en las que ambos nos abrazábamos llorando, sacando todo el dolor, por que de eso se trataba, apoyarse en los malos momentos, decir lo que pensábamos y sentíamos sintiéndonos seguros de que el contrario nos escucharía y entendería.
Habían muchas que aprender también, pero amaba cada momento con Jimin, no había mejor decisión la que tome cuando a regañadientes fue a esa fiesta.

Estaba tratando de encontrar algo que quedara bien con la lasaña que estaba intentado hacer, parte de mis tareas y proyectos era cocinar.
El chef Mark incluso al darse cuenta que estaba estudiando cocina, me puso a cargo de la zona de ensaladas, para tomar experiencia. Cuando llegue a casa, estaba tan emocionado que ni siquiera podía armar una oración coherente para decirle a Jimin lo que había pasado.

Cuando al fin pude hablar, me felicitó, se sentó en mi regazo y me besó.

- Me doy!- dije ya algo alterado

- Huele bien...que pasa?- Jimin llegó a la cocina y vio mi cara de frustración

- No sé, debo crear una innovación con la lasaña pero no se me ocurre nada...- dije bufando mientras seguía rebuscando por las especies en la alacena

- A mi me gusta el chocolate- dijo Jimin apoyándose en la isla de la cocina y yo lo miré sin decir nada, estaba sorprendido, estaba tan frustrado que no se me ocurrió pensar en algo dulce...

- Qué?

- Creo que has probado con todo lo salado, que tal algo dulce?- dijo sonriendo- A mi me gustaría probar pasta con chocolate, ambos me gustan, pero siempre los como por separado...

- Jimin....- dije mientras caminaba hacia él y lo abrazaba- Te he dicho lo mucho que te amo?

- No lo sé...- dijo besando mi mejilla

- Te amo!- dije besando todo su rostro. No solo por emoción, sino por que lo sentía en las venas, Jimin siempre había estado para mí, cada vez que lo necesitaba estaba allí, sin importar qué, Jimin siempre encontraba el modo de calmarme, me apoyaba, y en algunas ocasiones me regañaba... Es demasiado encantador verlo con su ceño fruncido y con sus labios abultados y manos en la cadera...

- Apresura que tengo hambre, yo tengo que seguir estudiando con libros de calculo y con muchas letras...- hizo un puchero, y pasó sus brazos alrededor de mi cuello

- Lo haré....- le dije dándole un corto beso

Amaba cocinar. Pero mas amaba ver la sonrisa de Jimin al probar cada comida que hacia...

Cayendo por TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora