❝ RON Y OTROS. ❞
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A la mañana siguiente, al abrir los ojos, mi cabeza descansaba sobre el pecho desnudo de Carl. Sus brazos rodeaban mi cuerpo con suavidad y el castaño todavía dormía con la mitad de su cuerpo cubierto con las sábanas de la cama. Recuerdo vagamente que no nos molestamos en vestirnos cuando salimos de la ducha, simplemente cuando estuvimos lo suficientemente secos, agarramos la ropa, que acabo en el suelo de la habitación y nos metimos en la cama.
La suave respiración de Carl impactaba contra la parte superior de mi cabeza. Supe que habíamos pasado el resto de la noche en la misma posición. Era agradable sentir a Carl tan cerca de mí, notando el calor y el olor que emanaba de su piel. Me hacía sentir cómoda, como si estuviera en el sitio de mi infancia, o en casa reunida con toda mi familia el día de Navidad. Me gustaba sentirme así.
Me separé con cuidado hasta tumbarme junto a él y pestañeé un par de veces observando como dormía. Alcé mi mano y la coloqué sobre el pecho del castaño. Comencé a trazar formas; círculos y dibujos sobre su pecho, con suavidad y lentitud, teniendo el suficiente cuidado de no despertarle.
La luz entraba a la habitación, pero los rayos solares no impactaban contra nosotros, lo que impedía que Carl se despertara a causa de la luz. Me incorporé de la cama agarrando la sábana, provocando que la susodicha siguiera cubriendo la zona de mi cuerpo de los pechos hacia abajo. Cuando estuve sentada sobre el colchón ladeé la cabeza y observé al castaño.
Los mechones de su pelo caían sobre su frente de manera alborotada, los pequeños rizos que se formaban en las puntas de su cabello, los cuales se enredaban entre ellos.
Pasé con suavidad la mano por su frente, retirando los mechones de su pelo y me incliné sobre ésta para dejar un suave beso sobre su cabeza. Después quité las sábanas de mi cuerpo y tras arropar al castaño bajé de la cama y cogí mi ropa del suelo. Tras ponerme la ropa interior y los vaqueros dejé la camisa sobre la silla y agarré la camiseta de Carl. La prenda era gris con las mangas en un tono verde.
Me encogí de hombros haciendo el gesto a mí misma y me puse la camiseta, la cual me estaba un par de tallas más grandes.
Tras calzarme las botas salí de la habitación sin hacer ruido y bajé bostezando al piso de abajo, concretamente a la cocina, para ver si había alguien despierto. Caminé hasta la estancia y vi a mi madre cortando algo de fruta sobre la encimera.
—Buenos días, mamá —dije estirándome, soltando un gruñido a mitad del acto.
Mi madre dejó el cuchillo y giró sobre sí misma para dirigirme una mirada y una pequeña sonrisa.
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Dinastía │ Carl Grimes
Fanfictiontwd! carlgrimes ▲ DINASTÍA Cuando los muertos viven y los vivos mueren la simple acción de sobrevivir depende de todos los pasos y movimientos que ejecutes a lo largo del camino. En ese mismo mundo pueden suceder unas variaciones tan dimin...