El collar de ópalo...

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Oficialmente Hogwarts tenía un fantasma más habitando y caminando por los pasillos.

Así me sentía, un fantasma, sin vida, pálida, con ojeras y de un humor de los mil demonios...
¿La razón? Harry James Potter. Desde aquel día en que él presenció los efectos de el llamado y que viera con sus propios ojos la marca tenebrosa tatuada en mi antebrazo izquierdo, no hemos vuelto a vernos.

Al parecer su decisión fue alejarse de mí y lo comprendo está marca significa que estoy del lado oscuro, que soy sirviente del mago oscuro que quiere deshacerse de los muggles y de todo aquel que esté en su contra.

Además, que estoy involucrada en el plan para que los mortífagos entren a Hogwarts. Blaise y Theo han estado investigando en libros de la Sección Prohibida algún hechizo que repare el armario evanescente que está en la Sala de Menesteres.

Draco anda desesperado por encontrar el maldito hechizo, sin embargo, tenemos un problema más, Voldemort le encargó a Draco la tarea de asesinar a Dumbledore...

¿Cómo mierdas lo hará? No tengo ni puta idea..

— Chicos, me voy, tengo sueño— le anunció a Theo y Blaise.

Son casi las dos de la madrugada, estamos en la biblioteca con cientos de libros por leer.

— Bien, ve con cuidado de que Filch no te pillé— advierte Theo.

— Está bien, y ustedes no demoren en ir a la sala común, ya pronto amanece— ellos asienten, yo procedo a buscar la salida.

Mi camino de vuelta a la sala común, lo hago por un pasillo que nadie usa, es bastante más oscuro que lo habitual por eso con un lumus ilumino el camino...

Al dar la vuelta en una esquina, siento como una mano se aferra a mi brazo y me jala detrás de un pilar...

— Que demonios...— maldigo en un susurro.

— Shh... Soy Harry...— mi cuerpo se tensa al escuchar su voz muy cerca de mi oído— guarda silencio Filch se aproxima.

Sin darme tiempo a decir nada, escucho unos pasos aproximándose y los pequeños maullidos de la señora Norris.

Potter me pega más a él, y siento como algo traslúcido cubre mi cuerpo y el de él...

Sentirlo así de cerca me ha hecho latir el corazón frenético y su respiración en mi cuello hace que un escalofrío recorra todo mi cuerpo...

— Filch se ha ido...— sus palabras me sacan del trance y de mis pensamientos poco decorosos...

— Bien...— mascullo un tanto nerviosa— me voy...— intento salir de debajo de la manta o lo que sea que me puso Potter, pero él me retiene.

— Ni siquiera me das las gracias por salvarte de Filch— comenta de nuevo muy cerca de mi oído.

Su aliento me hace cosquillas.

— Mmm gracias...— digo tragando saliva e intentó nuevamente zafarme de su agarre— suéltame Potter, por favor— digo casi en tono de súplica.

A pesar de sentir una sensación muy excitante tenerlo así de cerca, me recuerdo a mi misma, que él y yo, ya no somos nada, bueno sí somos algo, enemigos...

Él quita la manta y me suelta...

— ¿Qué haces a estas horas por los pasillos?— pregunta sin dejarme a dar un paso.

TitaniumWhere stories live. Discover now