única parte

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"Estoy bien. Solo que no quiero salir de aquí dentro."

"Tienes que comer algo, Can." Tin estaba sentado en uno de los bordes de la cama, sosteniendo en sus manos un recipiente con caldo de pollo y a la vez una botella de agua entre sus piernas. Prometió cuidar del azabache en el momento en el que se enteró de que estaba enfermo.

"Te parecerá increíble, pero no tengo hambre." su voz sonaba lenta y pausada, menos fuerte de lo que solía hablar Can. Realmente tenía que estar enfermo para que no querer probar bocado.

"Saca la cabeza de debajo de las sábanas, no te oigo bien Cantaloupe." el mayor sabía que su novio no podría quedarse callado después de oír ese apodo que le parecía tan estúpido.

Vio como unos pequeños dedos se asomaban por el borde de la sábana. Can cogió la tela y la sacó de su rostro bajándola hasta el borde de su barbilla, "No me llames así, idiota." susurró el azabache.

Tin solo sonrió, era como un niño pequeño. El menor estaba haciendo su típico puchero con los labios y tenía todo el pelo desordenado. Mentiría si dijera que no era la cosa más tierna que había visto nunca.

"No tengo hambre, solo quiero dormir." volvió a susurrar Can.

"Bueno pues te dejo la comida aquí por si tu apetito decide volver de repente." se acercó a su escritorio dejando el caldo y la botella. Agarró su portátil y los apuntes de clase, "Me voy a estudiar al comedor para no molestar y que duermas bien, luego vendré a despertarte."

Antes de que pudiera cruzar la puerta escuchó un leve susurró de su novio, "No te vayas, quédate."

El más alto no respondió, se quedó parado con una de sus manos tocando la manija de la puerta, dándole la espalda a Can.

"Ai'Tin." murmuró.

La sonrisa del nombrado se ensanchó, "No he escuchado bien lo que has dicho."

"Ai'Tin~, no me hagas repetirlo." volvió a agarrar la sábanas y se cubrió de nuevo el rostro.

El mayor se dio la vuelta y camino hacía el escritorio, dejando el ordenador y el montón de hojas para estudiar. Caminó hacía la cama haciendo el menor ruido posible. Se acercó al chico y agarró con sumó cuidado la sábana que cubría a su novio por completo para después arrastrarla hacía abajo, a la altura del pecho. Can se cubría el rostro con las manos. Tin acercó sus manos a las del contrario, retirándolas suavemente de su cara.

"Cantaloupe, me parece a ver escuch-" la pequeña mano del menor escapó de sus dedos y cubrió sus labios.

"Ai'Tin~, solo túmbate y no digas nada."  el nombrado elevó una ceja pero se mantuvo callado. 

Dio la vuelta a la cama para situarse en el otro lado, con la mirada de Can fija en él. Levantó la sábana y se tumbó en el colchón. Se giró de perfil para mirar de frente al azabache. Colocó un brazo alrededor de la cadera de Can para acercarse lo más posible a su cuerpo. Acercó su rostro al cuello del menor, aspirando el aroma del chico, notó como la piel de Can se erizaba. Antes de apartarse de su cuello posó sus labios en la delicada piel del azabache, dejando un ligero beso. Iba a mirarlo cuando uno de los brazos del menor le rodeó la cadera y este enterró el rostro en  su pecho. 

Era extraño que Can se mostrará tan cariñoso. Tin lo entendía, cada persona tiene una manera diferente de demostrar sus sentimientos. En el caso de su novio lo veía en sus ojos, en la manera en que lo miraba o le sonreía, o cuando le enviaba mensajes preguntándole por su día, preocupándose por si había comido. Nunca demostraba de manera directa sus sentimientos y menos de manera afectiva. Tin estaba bien con ello, lo entendía y lo respetaba. Porque él al contrario que el azabache si que demostraba sus sentimientos, lo hacía de una manera mucho más directa. Solía pedirle al menor que lo besará o él le pedía permiso a Can para besarle. No solía callarse sus sentimientos respecto a su novio, le decía lo mucho que le gustaba y lo mucho que le quería, sin tapujos.

Acercó una de sus manos al cabello del azabache, acariciando su cabeza,"Me parece que el resfriado te ha afectado un poco." Can levantó un poco la cabeza, posando la barbilla en el pecho de su novio.

"¿A qué te refieres?" 

"En nada, no te preocupes. Sólo duérmete." Can volvió a formar un puchero con sus labios. Aunque seguidamente asintió lentamente y se volvió a acurrucar junto a Tin. Durmiendo juntos toda la tarde.

Tin no podía expresar la felicidad que sentía al estar con Can, sólo lo vivía.

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⏰ Última actualización: Nov 11, 2018 ⏰

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soft boy  - TinCanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora