4° parte

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Formas dulce

4º parte

Tsuna estaba por salir de su departamento. Con una maleta bastante cargada, en la que llevaba todos los elementos que podrían ser de utilidad en aquella oportunidad. Ese era su día libre en la cafetería y se pasaría todo el día preparando el pedido de aquel azabache.
Ya habían transcurrido tres semanas desde que lo conoció y el final de aquella conversación había terminado mejor que si la hubiera planeado pues se había retirado dejándole su número de teléfono e incluso el de su oficina, por si ocurría algún imprevisto con el encargo.
Demás está decir que durante ese tiempo han tenido más de un intercambio de mensajes y varios encuentros con la excusa de que el azabache debía estar al pendiente de los avances del proyecto. Si no era Tsuna el que lo llamaba y citaba para que probara los rellenos o consultarle sobre algunas combinaciones. Era Reborn quien le mensajeaba preguntando si podía pasar a ver cómo iban quedando las muestras de los pastelillos individuales. Todo eso dejaba más que complacido al castaño pues le demostraba que no era el único que se sentía atraído por el otro. En más de una oportunidad el azabache le había hecho comentarios con doble sentido o le rozaba de un modo un tanto descarado. Obviamente el castaño no había desaprovechado tampoco ninguna oportunidad que se presentara para rozarse sutilmente con el cuerpo ajeno. En general no era de buscar la iniciativa, pero este hombre no solo le gustaba físicamente, aunque era una razón muy valedera para perseguirlo, su personalidad también le atraía en esas tres semanas, no solo había descubierto la gran adoración que sentía por su sobrina, o lo mucho que quería a su madre y hermana, también que era bastante narcisista y arrogante además de que podía llegar a ser un poco cruel, y si se preguntan como le podía gustar alguien así solo les respondería que con los amigos que tiene estaba más que acostumbrado a personalidades extravagantes y fuera de lo común, y si a eso le sumamos el hecho de que se la pasara halagando su trabajo, cosa poco común ya que la mayoría que conocía sobre su oficio lo consideraba una gran pérdida de tiempo, de hecho por eso había dejado su anterior puesto en un restaurant de renombre, así que empezaba a tenerle cariño, no iba a decir que estaba enamorado, porque era demasiado pronto para eso, pero no opondría resistencia, de echo va a colaborar en todo lo posible para dejarse conquistar. Pero todo eso lo vería a partir del lunes. Ahora debía concentrarse en realizar bien su trabajo para la celebración que se daría mañana. Mientras ordenaba mentalmente sus ideas, escucho el timbre. Seguro de quien había tocado, sin demora abrió y saludo a quien rondaba por sus pensamientos.
-hola Tsuna ¿ya tienes todo listo? -
- si ya tengo todo preparado. Aunque sigo insistiendo en que no era necesario que vinieras a buscarme. Solo tenías que darme la dirección y me hubiese ido en taxi. –
-por supuesto que era necesario, yo fui el de la idea de que prepararas todo en la casa de mi madre (y fue una buena manera de sacarte tu dirección y pasar más tiempo juntos) y por lo que veo, llevas bastantes cosas, además me dijiste te faltaba buscar un par de cosas en la tienda. No puedo dejar que vayas cargando todo eso tu solo. – sin más que decir tomo la maleta que cargaba Tsuna y se dirigió a su auto
Otro pequeño detalle que se sumaba a todos los que el mayor había tenido con él en esas semanas. Con una linda sonrisa le siguió y se subió en el lado del copiloto. Iban conversando de diversas cosas durante el trayecto lástima que el ojimiel estaba un poco nervioso por conocer a la que esperaba muy pronto llamar suegra y eso no le permitía disfrutar completamente de la compañía del azabache. Hicieron una parada rápida en una tienda para conseguir algunos ingredientes que le faltaban, no era mucho solo uso cuantos colorantes extra y por si caso lo necesario para preparar algunas pastas o coberturas porque, aunque Reborn había comprado todos los elementos necesarios para las mezclas(había sido gracioso recibir constantes mensajes consultándole cada mínimo detalle de la lista que le había armado o incluso fotos para asegurarse de que no metía la pata)y ya estaba decidió que pasta usaría como cobertura, no se quería arriesgar a no poder terminar las tortas porque por algún accidente se quedó sin insumos. Una vez terminada la compra continuaron con su camino y en menos de media hora llegaron al hogar de la madre de Reborn le impacto un poco encontrarse con una muy bien cuidada mansión, ahora entendía porque la fiesta se celebraría ahí, había espacio suficiente como 400 personas.
Al ingresar fueron recibidos por una mujer apenas un poco más baja que el azabache de cabellera de un tono azulado y ojos de un azul oscuro muy lindo.
-buenos días, mi nombre es Tsunayoshi es un gusto conocerla- y le extiende la mano para saludarla.
Luche no le toma la mano, sino que lo envuelve en un abrazo de oso que provoco que el castaño empezara a ponerse azul por la falta de aire. Si no hubiese sido por que Reborn reacciono a los poco segundos y los separo, abrían tenido que hacerle una maniobra de resucitación al menos, aunque eso hubiese sido una buena excusa para probar los labios del chico. Diablos que le estaba costando horrores no saltarle encima a el chico, si no fuese porque mañana era la fiesta y Tsuna tenía que trabajar en la torta, no hubiese dudado ni un segundo en arrastrarlo a una de las habitaciones vacías meterlo en la cama y mantenerlo ahí por lo menos una semana.
-mama, puedes controlarte, casi lo asfixias. -
-Los siento mucho, no pude contenerme, es que eres demasiado lindo y tierno Tsunayoshi. Cielos donde deje mis modales. Mi nombre es Luche, como ya lo dijo Reborn soy su madre, es un verdadero placer conocerte. Y espero que disculpe mi arrebato de hace un momento. -
El rostro de Tsuna estaba tan rojo que podría parecer un tomate.
-no se preocupe, no es como si fuese la primera persona que lo hace-
-así que ¿ya estás acostumbrado a que te anden abrazando así de la nada? - luche logro identificar un marcado tono celoso en la vos de su primogénito y una sonrisa se le formo en el rostro, por lo visto su niño estaba interesado en el castaño.
-si, después de que mi madre mis hermanos y mis amigas lo hagan cada vez que me ven, termine acostumbrándome, aunque no es como si dejase que cualquier desconocido en la calle lo haga. – algo en el tono del azabache le decía a Tsuna que mejor aclaraba todo el asunto, y al ver como relajaba la postura supo que no debía mencionar que algunos de sus amigos, Mukuro y Byakuran, también lo hacían para avergonzarlo. Por lo visto el azabache era celoso.
Dejando esa pequeña escena de lado condujeron al castaño a la cocina donde el chico quedo fascinado con lo bien equipada que estaba, y empezó a trabajar en las mezclas que necesitaría. Todo el día el castaño junto a Luche y con un poco de colaboración de Reborn estuvieron preparando el pastel. Los dos mayores quedaron impresionados con el esmero y detalle con el que el ojimiel trabajaba las masas, los colores y las formas. Poco a poco el pastel iba tomando la forma de aquellos personajes, eran dos pequeños ponis de diferentes colores, y cerca de sus hocicos había un par de rostros de niñas, a Reborn le llamo la atención eso así que pregunto porque los hizo.
-no recuerdo bien si era en una película o en una temporada de la serie donde los ponis toman la forma de niñas. Esos rostros corresponden a estos dos personajes-
- sabes mucho de este tema ¿verdad Tsunayoshi? -
-por favor solo dígame Tsuna, Luche san. Y si a mi hermana menor le encantan y cuando le dije que haría un pastel de este tipo me dio la idea de poner las caras también. - así fue avanzando el día, escuchando algunas historias de los hermanitos de Tsuna, de algunas travesuras de Uni y de algunos momentos incomodos de Reborn. Para las diez de la noche ya estaba terminado el pastel y junto a él había números pastelillos, galletas tartas y postres.
Como ya estaba todo terminado Reborn salió a preparar el auto para llevar al ojimiel a su casa cuando se estaciono frente a la entrada allí lo esperaban su madre y el castaño, antes de despedirse del menor Luche le había pedido que asista a la fiesta mañana, que le encantaría volverlo a ver y además que no quería arruinar el pastel así que prefería que lo manejara el, nunca se sabía que podría pasar y era mejor tener un plan b. Tsuna acepto con una linda sonrisa la invitación y se despidió hasta el día siguiente.
Reborn estaba más que complacido, sabía que el ojimiel seria del agrado de su madre, y no solo porque compartían el gusto por la repostería, sino que el chico era una dulzura en si mismo. Ahora solo faltaba la aprobación de su hermana y de su sobrina la cual al saber que todas esas golosinas eran producto del trabajo de Tsuna no dudaría en aceptarlo.

Formas DulcesWhere stories live. Discover now