09. Sobrina nieta.

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———Olivia———

Salimos del cuarto. Evitaba mirar a Jack. ¿Qué pensaría? Llegamos al centro del taller, donde encontré una escena peculiar. Santa estaba hablando con una chica. La chica era joven, de unos 18 o 19 años. Tenía el pelo blanco y hasta la cintura con ligeros tirabuzones en las puntas. Llevaba un vestido en tonos verdes y rosas pastel que hacía recordar a los años 50.

—¿Es ella?—susurró mirándome, preguntando a Santa. Este la miró extrañado.

—¿Cómo puedes dudarlo? Has estado con ella hace días—respondió Santa bajando el tono.

—Era broma...—se excusó ella riendo falsamente. Miré a Jack, el cual por su mirada parecía también no entender nada.

Esa chica no podía haber estado conmigo hace días, puesto que no la había visto en mi vida. Lo único que me sonaba de ella era el vestido, que me recordaba a algunas fotos de mi abuela de joven que a veces me había enseñado en mi infancia.

Llegué a donde estaba santa con Jack a mi lado. Santa se giró y me sonrió exageradamente. De buenas a primeras atrajo a la chica a su lado.

—Olivia, ella es mi nieta—la presentó Santa—, Melanie.

—Espera, ¿no era tu sobrina?—intervino Jack a mis espaldas. Acto seguido se puso a mi lado apoyado en el bastón. Santa fulminó con los ojos a Conejo y al hada los cuales parecieron hacerse más pequeños.

—Si...es mi...sobrina nieta. Es que esto de tener familia numerosa y lejana es un lío ¿eh? Solo por parte de padre somos doce hermanos...—bromeó intentando disimular. Claramente algo ocultaban.

—Olivia, es un placer conocerte—dijo dándome un abrazo seco de medio segundo. Me fijé en sus ojos, tenían un verde traslúcido precioso. Melanie miró a Jack—. Y a ti también Jack.—dijo yendo hacia el para darle un abrazo muy efusivo. Él me miró con cara de no saber qué estaba pasando y le siguió el abrazo.

Todo aquello me parecía muy extraño. Raro, muy raro todo.

Ella se apartó de Jack después de lo que pareció ser una eternidad y volvió al lado de Santa sin dejar de hacerle ojitos a Jack.

—¿Y por qué ha venido?—preguntó Jack. Yo también quería saber la respuesta. Si yo pintaba poco aquí, ella lo hacía todavía menos.

—Asuntos familiares, nada grave. Pero se quedará aquí unos días, en el taller—Santa puso la mano en el hombro de Melanie y ella disimuló una cara de desagrado. Aquella chica no me daba buena espina, sin embargo no dije nada—. Jack, enséñale el lugar.

Jack amplió los ojos desprevenido, sin muchas ganas de hacerlo. Aunque como lo había dicho Santa se sometió a obedecer.

—¡Claro!—chilló Melanie corriendo al lado de Jack agarrándose a su brazo—. Enséñame el lugar. Empecemos por arriba, que tiene mejor vista a las estrellas...—Jack y Melanie se alejaron dirección del ascensor y me quedé sola con el resto de guardianes. Ellos se pusieron en fila india delante de mi.

—Creo que no nos hemos presentado con propiedad...—me sonrió Santa—. Puede que ya lo hayas supuesto, soy Santa Claus—dijo ofreciéndome su mano para saludar, yo la acepté. Tenía un aspecto fuerte, grande, duro y nórdico. Sus ojos azules transmitían ilusión.

—Es un placer—respondí atónita. Decidí dejar de plantearme la pregunta de si era real o no, y la intercambié por el pensamiento de cuánto le gustaría a Bruno estar aquí. Santa se retiró dejando a la vista al hada de los dientes.

—Hola, a mi puedes llamarme Tooth. Ya lo habrás oído, todo el mundo me llama así...— dijo estrechándome la mano con efusividad. Ella se retiró dejando a Conejo—. Tú puedes.—le susurró a Conejo antes de irse definitivamente.

No se quien es Jack Frost.Where stories live. Discover now