John McGarrett aupaba a su pequeño hijo alfa en sus piernas, el niño reía a carcajadas por la sensación y la seguridad que su padre le daba.
Doris veía embelesada a sus amores. La omega terminó de preparar el almuerzo escolar del niño.
Steve McGarrett tenía tres años y estaba orgulloso de poder ir al fin a la escuela, el menor estaba extasiado por la idea de hacer amigos nuevos.
Cuando estuvo listo, su padre lo llevó de la mano y lo subió al auto.
La escuela era enorme, sus pequeños ojos verdes brillaron de emoción.
— ¿Esta es mi escuela? — había una infinidad de olores nuevos, bueno, nuevos para un pequeño cachorro que nunca había salido del seno familiar— ¡me gusta! — salió corriendo del auto, podría tener tres años y no hablar muy bien, pero, su instinto aunque muy pobre le decía que explorara su nuevo entorno.
Una mujer rubia de unos hermosos ojos azules sonrió al padre del niño.
— John, veo que Doris al fin te convenció de traer a Steven a la escuela — el hombre sonrió.
— Sólo porque tú serás su maestra — la rellenita omega cogió al niño de la mano y se lo llevó al salón.
El alfa vio a su hijo partir valiente a su clase, Steve miro hacia atrás y sonrió despidiéndose de su padre, dándole un adiós que se pudo escuchar por todo el patio.
Clara Williams amaba a los niños, tenía cuatro de ellos, su pequeño Matt estaba en la escuela básica, Bridget y Stella estaban en tercero de guardería, pronto se unirían a su hermano mayor y el pequeño Danny tenía ocho meses y era su compañero de aventuras escolares.
Danny era el bebé más bello de todos, su cabello rubio claro, casi invisible y esos risueños ojos azules, lo hacían irresistible, por eso estaba ella haciendo monadas al niño en vez de dar clases.
A la hora del almuerzo todos los niños se reunieron en el jardín a desayunar, Danny tomo su porción de leche materna junto a los otros niños.
Steve veía a su profesora amamantar a la cosa rosada envuelta en frazadas, fue hacia ella y pellizco el mofle del bebé.
Fue ahí donde azul y verde se encontraron por primera vez.
Años Después
Daniel "Danny" para los amigos, Williams, tenía cinco años y estaba rodeado de todas esas niñas asquerosas que ponían sus manos en sus gordos cachetes.
Steve que estaba en tercer año de la escuela básica, aparto a las niñas y restregó su mejilla contra la del pequeño rubio.
— ¿Qué haces?— Danny se talló con la mano queriendo quitar la sensación viscosa del sudor del niño que practicaba futbol.
— Te marco con mi olor.
— ¿Por qué?
— No lo sé, solamente sé que hueles diferente.
— ¿Oler cómo?
— ¡Como a esas niñas! – dijo exasperado.
— ¿Y? casi siempre huelo a mis hermanas.
— Ellas son familia.
— Eres raro — dijo el rubio para irse a jugar con su nueva amiga Kono.
***
Steve llegó a casa enojado, azotó la puerta, preocupando a su madre.
— Cariño ¿Qué pasa?
— Me molesta que Danny huela a otros.
La mujer se sorprendió, sonriendo al ver los mofles de su hijo llenos de aire y rojos.
— Oh— la mujer acarició al niño— Danny está en serios problemas.
Danny llegó a casa junto a Matt que lo olfateó al percatarse de un aroma desagradable.
— Mamá — gritó — el niño McGarrett marco a Daniel.
La omega se rió.
— Oh cielos, ¿Qué haremos ahora?
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MARCAS
FanfictionLa Marca de un Amigo... ... La Marca de un Alfa... ... La Marca de una Familia ... Steve aprendera que ser un omega no implica solo parir hijos Danny entendera que ser omega es tener al mundo a sus pies, sobre todo si se mantiene lejos de alfas po...