Pasiva. [KatsuDeku] ||O.S.||

Capítulo Único (Parte IV - Final) +18

Se sintió desvanecer cuando percibió el fuerte timbre de voz detrás de su cabeza. Una mano se posicionó sobre su cintura y fue subiendo lentamente hasta su hombro, donde comenzó a delinear el borde del cuello de su polera, jalándola ligeramente, dejando su hombro descubierto.

Un jadeo se escapó de la boca de Izuku cuando Katsuki deslizó su lengua por la zona destapada, trató de volver a abrir la puerta cuando sintió la mano de Katsuki presionarse contra la suya sobre la esfera metálica. Se dio cuenta que estaba totalmente recargado en la puerta; todo su cuerpo, a excepción de los pies, estaba siendo aprisionada contra la superficie de madera por el cuerpo de aquel hombre de cabellos pálidos, que ahora comenzaban a pegarse a su frente por el sudor aperlado que comenzaba a escurrir por sus sienes.

Comenzó a succionar la piel del más bajo, quién le correspondió jadeando más alto de nueva cuenta. Izuku comenzó a salivar, pero Katsuki no le dio tiempo de engullir; en un movimiento rápido, metió dos de sus dedos en la boca del peliverde, moviéndolos suavemente por toda su cavidad bucal y deslizándolos por sus labios.

—Déjame escucharte, Deku... —susurró mordiendo el lóbulo de su oreja.

—Ah, Kacchan...

—¿Sabes...? Me fascina que me llames así —susurró besando su cuello.

Una descarga eléctrica recorrió desde la punta de sus pies hasta su nuca cuando sintió la mano de Katsuki metiéndose en su pantalón, tocando su erección por encima de la tela. El aliento cálido de Katsuki chocaba contra su nuca y todos los vellos de la zona se erizaron.

Izuku soltó su mano del picaporte y se volteó en un movimiento bastante rápido. Ahora tenía al más alto mirándolo extrañado, con la respiración pesada y un bulto en su pantalón. Lo tomó con fuerza del cuello de la camisa del uniforme y lo jaló bruscamente para abajo, sus respiraciones se combinaban, ambos podían sentir el vaho caliente sobre sus bocas. Izuku ahora tenía el control de la situación y no iba a desaprovechar la situación, lo quería provocar, lo iba a provocar.

Dio un lengüetazo rápido sobre los labios entreabiertos del contrario, los mordió y soltó un jadeo sobre ellos.

Se separó un par de centímetros y admiró los ojos de Katsuki, estaban desbordantes de deseo, lo penetraban hasta lo más profundo de su ser y se sintió desnudo ante su intensa mirada. No se contuvo más y estampó sus labios contra los de él.

Izuku lo besó con desesperación, esta vez los dos se movían toscamente, ambos querían el control, en medio del beso abrieron su boca, soltando un gemido de excitación sobre los labios del contrario. Se miraron e inmediatamente leyeron los pensamientos del otro.

Katsuki volvió a besarlo mientras buscaba el picaporte para poder abrir la puerta, cuando lo encontró lo giró y empujó al peliverde dentro de la habitación. Entre pasos acelerados y sus pies entrelazándose, llegaron hasta la cama, dónde el más alto empujó a Izuku, dejándolo caer sobre la superficie acolchonada.

Observó por un par de segundos la imagen que lo encendió e hizo endurecer más: Izuku con sus manos recargadas a los lados de su cabeza —ligeramente volteada para esconder su sonrojo— mientras jadeaba fuertemente mirándolo, sus piernas tenían ligeros temblores y abrió su boca para exhalar pesadamente.

Katsuki se deshizo de su camisa abriéndola por el pecho, rompiendo los botones. Se hincó en la cama, colocándose entre las piernas del otro, tomó sus tobillos y los empujó doblando sus rodillas. Se inclinó para desabrochar los pantalones del ojiverde mientras con su mano libre levantaba la playera de Izuku, deslizando su palma por todo su abdomen hasta llegar a las circunferencias que sobresalían de su pecho, apretándolas suavemente, haciendo que el jadeante Izuku soltará un gemido más agudo de lo normal.