9. Vacío

2.8K 210 112
                                    

Lucy

Es inevitable notar que Natsu está más extraño de lo normal desde que apareció en mi campo de visión hace algunos minutos. Sin contar el repentino abrazo sin razón aparente, además de no tener interés en regresar a su forma humana, cosa que ha hecho sin falta desde la primera vez que consiguió hacerlo, esta vez luce realmente perturbado por algo.

No tengo idea de lo que haya pasado para dejarlo así, pero una punzada me atraviesa el pecho cuando lo veo en este estado. Está llorando. Puede decirme lo que quiera, pero sé que no es más que una excusa. No sé por qué me afecta tanto, simplemente lo hace. No soporto verlo así. Al comienzo pensé que lo mejor para él era no forzarlo a hablar de lo que sea que le atormenta. Sin embargo, ahora, viéndolo así, tengo que hacer algo, al menos dejarle claro que estoy allí si me necesita, aunque no esté listo para hablar ahora.

—Lucy, yo...— dice con la voz enronquecida, con una tormenta de emociones pasando por sus ojos color jade.

Ahora mismo luce completamente perdido, como si no tuviera idea de qué hacer o decir, como si estuviera teniendo una lucha interna por decidir qué hará a continuación y, sobre todo, se ve más vulnerable que nunca. La armadura de seguridad y energía que siempre tiene, acaba de desplomarse en cuestión de segundos. El demonio que tengo en frente ahora no es más que un chico asustado e indeciso, y por alguna razón me duele verlo así. Lo que sea con lo que esté lidiando en su interior es demasiado para él, tan solo no me había dejado verlo hasta ahora.

Pasamos varios momentos en silencio, espero a que continúe con lo que estaba diciendo, viéndolo fijamente, pero no dice nada hasta que, de repente, y sin previo aviso comienza a acercarse aún más.

Puedo sentir como mi pulso se acelera a medida que se acerca, mientras que mis mejillas se sonrojan y me invade un bochorno, en parte por el calor que desprende el cuerpo de Natsu, el cual ya está a menos de cinco centímetros de distancia.

A una velocidad casi imperceptible, cierra sus ojos verdes, gesto que imito de forma casi involuntaria.

Estamos tan cerca que puedo sentir su aliento caliente en mis labios mientras que nuestras narices se rozan entre sí, está a punto de besarme. El demonio más fuerte de Zeref acaba de llorar en mi hombro y ahora está por besarme, y lo más increíble de todo esto es que no quiero detenerlo.

Todo lo que ocupa mi mente ahora mismo es el deseo de que nuestros labios se encuentren. No quiero detenerme a pensar si esto está bien o no, solo quiero hacerlo, y sé que Natsu también lo quiere.

—Yo...— habla con la voz en un tono más grave de lo que acostumbra.

—¿Sí?

—Yo te...— Siento como su pecho sube y baja en respiraciones irregulares, y no sé si quiero o estoy lista para escuchar lo que sigue a eso. —T-tengo que sacarte de aquí— dice de golpe, separándose y poniendo una buena distancia entre nosotros para ponerse a trabajar de inmediato en las cadenas que me impiden salir de aquí.

No tengo idea de cómo sentirme al respecto. Estoy enojada, aliviada, decepcionada, triste, en parte me alivia que esto no llegara a más, y en parte no puedo ignorar esta horrible sensación que me invadió desde el instante en que se apartó.

Hace escasos segundos estaba peligrosamente cerca, y en un momento, él mismo se encargó de establecer un muro invisible entre nosotros. Debo aceptar que, de cierta forma, me gustaba su cercanía, me gustaba en formas que no termino de comprender. No tengo idea de cuál sea la causa, pero, en cualquier caso, cuando se aparta me deja con una sensación de vacío, como si de repente se hubiera abierto un agujero en mi interior.

El Regreso Del DemonioWhere stories live. Discover now