[Eider Clark tiene 26 años, pelo muy fino y ondulado, flexible y atlética, manos huesudas; es una persona tranquila, que le gusta vivir en paz y crear ambientes armónicos. Bastante irresponsable, odia los problemas. Nadie sabe que ama secretamente...
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— Puedes parar ya?. — La pelinegra Suspiró.
— Es que no puedo, me es imposible poder sacarlo de mi cabeza.
Eider Clark de 26 años, se encontraba trabajando en su turno de noche en "Candy's Café"; debido a la escasez de clientes se encontraba detrás de la barra platicando con su compañera de trabajo, Kate.
Eider se había pasado la mayoría del tiempo hablando sobre sus extraños sueños constantes.
— Deberias enfocarte más en el trabajo y no en esos sueños extraños que posiblemente no significa nada.—Kate le sugirió mientras se separaba de su amiga para servir otro poco de café a un cliente en una de las mesas.
— ¿Que harías tú si tuvieras el mismo sueño constantemente donde te muestran a un hombre luchando contra una especie de bestia o mounstro?.— Preguntó Eider llendo detrás de su amiga hablando en un tono más bajo que antes para no llamar la atención.
— Probablemente iría al psicólogo.— Se burló Kate.
— Se que suena extraño pero empiezo a pensar que eso pasará pronto.- Eider se encogió de hombros.
— Eider.— Kate se acercó a la castaña colocando su mano izquierda en el hombro de Eider.— Los mounstros no existen, ok?
Pero Eider ya no se encontraba escuchando a su amiga dado que dos hombres entraron en la cafetería, ambos eran altos, uno más alto que el otro pero realmente eran altos; uno era de pelo rubio y con corte militar mientras que el otro tenía el cabello largo y de color castaño.
La chica se encontraba en shock dado que el más alto de los dos era el hombre.
Era el hombre con el que había estado soñando estás últimas semanas.
— Eider, Estás ahí?.— Kate al ver que Eider no estaba prestándole atención, la sacudió levemente.
La pelinegra volvió a recuperar la atención de la castaña luego de que está viera como ambos hombres se sentaban en la mesa del fondo.
Kate miro donde anteriormente miraba su compañera y sonrió.
— Oh, ya entendí. Es verdad que son guapos, nunca los había visto por aquí.— Kate dejo salir un suspiro.
— Es el..— Susurró Eider.
— ¿Que?.
— Es el, es el hombre con el que he estado soñando.
— Es imposible.
— Te digo que es el.— Eider estaba muy exaltada.
— Bueno, si estás tan segura porque no vas y hablas con el.— Propuso Kate.
— Estás loca, ¿Que le diré?
— La verdad, que está como quiere y que es el hombre de tus sueños, literalmente.— Contesto la pelinegra restándole importancia al asunto.
— Si, y también quieres que les cante los especiales?.— Dijo sarcásticamente la castaña.
— Sabes, sería buena idea, empieza con eso.— Contesto dandole una sonrisa llena de diversión.— Ahora ve y tomales la orden.
Eider bufo levemente y se acercó con paso lento hacia la mesa del fondo, una vez frente a la mesa, hablo:
— Ya saben lo que van a pedir?.— Pregunto de manera calmada aunque en el fondo de estaba muriendo de los nervios.
— Yo quiero el especial de hoy, una rebanada del pay de manzana y una cerveza.— Contesto inmediatamente el de corte militar mientras que la chica anotaba todo rápidamente, una vez termino, se giró hacia el de pelo largo.
— Y usted?.
— Yo solo quiero un café.
— Enseguida les traeré lo que ordenaron.— Se giró para emprender su camino hacia la cocina. Dió la orden al cocinero y se giró a la barra para servir el café en la tasa y el pay en el plato y agregarlo a una charola.
— Y, ¿Qué pasó?.— Pregunto Kate una vez estuvo a lado de Eider.
— No pasó nada, solo ordenaron es todo.— Contesto Eider.
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Dean miro a su hermano quien seguía cada uno de los movimientos de la chica.
— Si la sigues mirando pensará que eres un acosador.— Dijo Dean a su hermano.
— No estaba mirando.— Sam regresó la vista a Dean.
La chica regreso con una bandeja en la que transportaba la comida hacia la mesa pero antes de llegar a esta dejo caer la charola al suelo.
¿La razón?
Un hombre de gabardina apareció mágicamente a su lado asustando la en el proceso.
El estruendo de los platos rompiéndose en el suelo captó la atención de todos en el lugar pero luego de ver lo ocurrido regresaron a hacer lo que estaban haciendo, no sería la primera vez que se caían los platos.
— Dígame por favor que eso no acaba de pasar.— Dijo Eider antes de que el hombre de la gabardina acercara su mano a la frente de la chica y todo se convierta en oscuridad.
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Primer capítulo. Como ya dije, la inspiración no es mucha en mi mente pero hago un esfuerzo para traerles una pequeña historia, no es la mejor en narración pero es lo único que puedo ofrecer.
Espero me hagan saber su opinión y mis errores al momento de escribir.
