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Nos besamos de una forma hambrienta y necesitada, al parecer a ambos nos faltaba un buen polvo. A medida que se volvía más caliente el ambiente, él iba deshaciendose de mis prendas.

En la oscuridad que nos envolvía, pude ver como, medio confundido, miró mi erección por unos cinco segundos, pareció restarle importancia así que simplemente me dió vuelta. Elevé mi trasero y juré que al sentirlo tan lejano, solo iba a penetrarme y ya (me preparé mentalmene para el dolor), pero para mi suerte, este atacó mi entrada con su lengua. Interesante, no era tan hetero como creía.

Lamió de aquí a allá, haciéndome gemir fuertemente. Al ver que estaba lo suficientemente lubricado, lo sentí acercándose a mi y lentamente enterrarse en mí. Un gruñido se escapó de sus labios y un jadeo de los míos. Comenzó a embestirme lenta pero profundamente. Desesperándome.

-v-vamos, ¿eso es lo que m-más puedes?- pregunté, retándolo, esperando a que acelerara sus movimientos.

Solo sé que me volteé un poco y pude ver como sonreía de lado, para luego sentir su piel chocar contra la mía bruscamente. Una y otra y otra vez. Sin espacios. Fuerte y profundo. Me tenía gimiendo y jadeando a su antojo, porque al parecer disfrutaba ver como me deshacía debajo de él. Odiaba ver como veían a los pasivos con superioridad, así que decidí darle un poco de su propia medicina.

Rápida mente me levanté y me puse encima de él, dando vuelta la mesa, rápidamente me penetré con su miembro y comencé a montarlo, sintiéndolo más profundo y más grande al parecer.

-A-ah... Dios...- gemí y dirigí mi mano a mi miembro, moviéndola al mismo ritmo con el que me autopenetraba. Comencé con movimientos más bruscos y acelerados, apoyé una mano en su pecho y, a través de la mascara que no se había quitado, pude ver sus ojos, con las pupilas delatadas, mirándome fijamente. Me acerqué a el y besé su boca, inmediatamente juntó nuestras lenguas y agarró mis caderas para acelerar aún más mi ritmo, acompañado de ciertas embestidas que hacían que mi trabajo fuera más rápido.

Fue cosa de unos minutos para que ambos nos corriéramos. Me tiré a su lado, sin esperar palabras, ya que este se veía muy drogado y apenas terminamos, se fue al tercer mundo.

Esperé a que mi cuerpo descansara unos minutos y me levanté, vi la hora, 3:36, mierda, es tarde, ¿Amber ya se habrá ido?. Me vestí rápidamente para mirar al chico una vez más, creo que merecía esto, dejé mi número en la mesita de noche y me marché.

Al salir había menos gente. Algunos tirados en el suelo, otros sentados,

Le mandé un mensaje a Amber y esperé a su respuesta que nunca llegó.

Salí del lugar esperando a que quizás pasase algo de locomoción, pero al parecer era un lugar de mala muerte porque ni un autobús pasaba, me tocó ir caminando hasta que encontré la civilización, donde al fin había una parada de bus. Esperé un par de horas hasta que el primer bus del día pasó. Para este punto yo ya me quería morir.

La máscara me la había sacado apenas salí de la habitación. Es extraño, jamás había tenido sexo con alguien enmascarado, de todas maneras, el anonimato le daba un toque excitante y algo, ¿romántico?.

Apenas me subí al bus me quedé completamente dormido, para mi suerte, desperté dos paradas más lejos de mi casa. Así que caminando con una cara de muerto llena de resignación me devolví a mi hogar.

Al llegar usé mis llaves para entrar y subí sin hacer mucho ruido. A mis padres no les molestaba que llegara tarde mientras avisara y, obviamente, llegara. Confiaban en mi, cada que les preocupaba mi persona me escribían o me llamaban y yo siempre contestaba así que no había problema. Los privilegios se ganan haciendo lo que se te dice, no entiendo el afán de todos de no hacer caso. Pero bueno.

Bullying. ||Markson.||Where stories live. Discover now