Iba caminando tranquilamente por la calle, sonriendo, pensando en sus cosas. Llevaba unos shorts que le encantaban, que le hacían sentirse guapa. De repente, sin venir a nada, un hombre que conducía un coche negro le grita: "Oye, guapa, sube, que yo te llevo". Le dijo que no, pero él insistió. Le repitió que no se pensaba subir en su mierda de coche. "No debes de tratar así a los hombres", replica con una sonrisa de superioridad. Ella decidió pasar, "con gente como él es imposible razonar", pensó. Aceleró el paso y a continuación el coche comenzó a ir más rápido. No había nadie, eran las tres de la tarde de un día caluroso y la gente reposaba en sus casas. Mientras caminaba miró hacia atrás un par de veces, y vio que el coche continuaba allí. Comenzó a ponerse nerviosa, a asustarse, y de repente él salió del vehículo. Tras agarrarla y meterla en el maletero (a lo que ella opuso toda la resistencia que puso), dirigió el coche a un lugar apartado. Allí la sacó del coche, le ató las manos y le puso un trozo de cinta en la boca, "por si acaso". Las lágrimas corrían por sus mejillas mientras intentaba defenderse. Él comenzó a quitarle la ropa. La violó. Ella trataba de gritar, pero apenas le quedaban fuerzas. Ya no le servia para nada, solo le daría problemas. Cogió la primera piedra que vio y le dio un golpe seco en la sien. La sangre manaba de su cabeza, y él solo estaba centrado en buscar un escondite. Cuando se aseguró de que ya había muerto, la metió en una lona de piscina y la tiró a un pozo, como si estuviera tirando una bolsa de basura a un cubo. Se fue a su casa; actuó como si nada. La madre de la adolescente fue a la policía, encontraron el cadáver. Acusaron a aquel hombre del coche, pero no fue condenado por falta de pruebas. La gente empezó a hablar. Mira los pantalones que llevaba o seguro que fue culpa suya fueron las frases más escuchadas. Dejó de salir en el periódico, quedó todo en el olvido. Nuevos casos salían cada día en los medios de comunicación.
Ella, antes de cerrar los ojos por última vez pensó: "Si muero hoy, quiero ser la última. Por favor, es lo único que pido".
