tres

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Pasé una de mis manos por su nuca y la otra por su cintura, para pegarla a mi y evitar que se separara.

Mis labios golpearon los suyos duramente, los suyos eran suaves. Como una pequeña almohada para labios.

Ella luchaba por separarse, pero mi agarre era muy fuerte.

Mordí su labio, haciendo que se quejara, y aproveché para introducir mi lengua en su cavidad bucal.

En un momento dado ella dejo de luchar contra mi y empezó a seguirme el beso.

Ella pasó sus manos lentamente por mi pecho hasta entrelazar sus brazos por detrás de mi cuello. Bajé mi mano de su nuca y la coloque en su cadera. Nuestras lenguas se rozaban y nuestros pechos chocaban por nuestras respiraciones.

Entonces me separé de ella.

Ella abrió los ojos a tope, nuestras respiraciones eran muy aceleradas.

-Vamos -Dije cogiéndola de la mano y subiendo las escaleras, aprovechando que estaba lo suficientemente distraída como para que no hiciera ningún ruido hasta que llagáramos a mi casa.

Ella no protestó ni intento huir y subió las escaleras conmigo. El plan había funcionado a la perfección.

Aún sin soltarla, abrí la puerta con una mano y la hice pasar dentro.

Inmediatamente un enorme labrador negro corrió hacia nosotros, enredándose entre nuestras piernas.

-Alejate, Boo -Dije al perro, cerrando la puerta con el pie. El perro me ignoró y moviendo la cola se puso a dar vueltas al rededor de la chica.

-No importa -Empezó ella a hablar-. Al menos alguien que sí es amable conmigo.

Ella se puso en cuclillas y empezó a acariciar a Boo. Me quedé viéndola por unos segundos y luego la cogí del brazo arrastrándola conmigo hacia la cocina. Ella intentó soltarse, pero yo seguí andando.

-Sueltame, maldita sea.

-No aún -Respondí secamente.

Al llegar a la cocina la solté y ella se sentó en una silla.

-¿Quieres comer algo? -Pregunté.

-No, quiero irme.

-Lo siento, eso no está en el menú. -Me acerqué a ella con una sonrisa de lado en mi cara. Mi mirada estaba fija en sus labios.- Pero yo sí que tengo hambre.

-¿Qué haces? -Preguntó cuando la cogí de la mano y la puse de pie.

La ignoré y pasé mis manos por su cintura, la apegué a mi y la volví a besar.

Ella me siguió el beso por unos segundos, pero entonces se separo e hizo algo que no pensé que haría.

Me dio una bofetada.

-¿Qué demonios acabas de hacer? -Mis manos fueron hacia la zona impactada y mis ojos ardieron de lo furioso que eso me puso.

-Lo-lo siento -Murmuró cubriéndose la boca con su mano.

-Pagaras por eso, lo sabes, ¿no?

-Yo -Comenzó-... de verdad que lo siento. -Entonces frunció su ceño.- No, ¿de qué hablo? Por supuesto que no lo siento. ¡Ni siquiera sé tu nombre! -La cogí de la cintura con ambas manos e intentó separarse de mi, sin éxito alguno.

-Harry -Dije sin mas.-. Y ahora pagaras por lo que has hecho, lindura.

Intentó alejarse de mi. Parecía que ella nunca aprendería. Había intentado alejarse de mi muchas veces, ninguna lográndolo, no entendía por qué siquiera seguía intentando.

Con una mano la cogí de la nuca acercando su cara a la mía, mientras mi otra mano bajaba un poco hasta posarse en su cadera. Sin previo aviso metí mi lengua en su boca y ella se estremeció. Me deseaba, lo sabía, aparte había dejado de luchar contra mi y me seguía el beso.

Entonces solté su nuca y la cogí en mis brazos, enrolló sus piernas alrededor de mi cadera y yo la senté en la mesa, en ningún momento dejando de besarnos.

Baje mis besos por su cuello y me detuve un momento en su clavícula para dejarle una pequeña marca.

-Oh, dios, Harry -Dijo cuando succione su piel.

-Eres mía -Dije, succionando más fuerte.

Entonces baje mis labios hacia el escote de su camisa de cuadros. Con mis manos desabroché unos botones.

Dejé pequeños besos por la parte superior de sus pechos que sobresalía del sujetador, sus manos estaban en mi pelo, estirando. Subí mis besos por su cuello y mandíbula hasta llegar al lóbulo de su oreja.

Ella dejaba salir pequeños gemidos y suspiros de placer por sus labios que me hacían ponerme aún mas duro de lo que ya me encontraba.

Bajé mis manos acariciando sus piernas, que dejaba al desnudo con esos pequeños pantalones cortos y que me volvían loco. Volví a besar sus labios, la apegué lo más que pude a mi. No había corriente alguna que pasara entre nosotros.

La temperatura seguía subiendo, y sabía que no podría parar más tarde, pero no tenía por que parar. Para esto es para lo que la había traído a mi casa. Era la primera que traía aquí, pero también la primera a la fuerza.

Desabroché del todo su camisa y me separé de ella mientras se la quitaba. Entonces volvimos a besarnos, para separarnos de nuevo cuando ella empezó a meter sus manos por debajo de mi camiseta para quitármela.

Lanzó mi camiseta a lo que parecía el cuenco de la comida de Boo por el sonido que hizo al caer. Ella soltó una pequeña risa que me hizo sonreír.

La cogí de la cintura, pasando mis manos por toda su espalda mientras ella bajaba sus labios por mi cuello, lamiendo con la punta de su lengua.

Bajo sus manos hacia mi pantalón, intentando quitármelos. Me quité rápidamente mis converse blancas para luego ayudarla a quitarme el pantalón, dejándome sólo en mis boxers negros.

-Estamos en desventaja, bebé -Le dije.

La baje de la mesa y baje sus pantalones, dejándola solo con su ropa interior de encaje negro.

-Joder, me vuelves loco -Dije atacando sus labios con los mios.

-Demuestralo -Respondió ella entre besos.

mine |harry styles| auWhere stories live. Discover now