1 voy a sacarte

6.2K 190 0
                                    

Se que no merezco siquiera verle, se que le cause mucho daño pero.... cuando me enteré que estaba en prisión no pude evitar ponerme a llorar, sé que lo que menos merezco es verlo o si quiera recibir noticias de el.

Me amaba lo se y me aproveché de eso, intente usarlo para poder borrar evidencia de uno de mis clientes, el día que García se enteró me llamo a su oficina y me amenazó con contarle a la policía y hasta me lanzo uno de los juguetes que tenía en su escritorio, pero aunque me dejo un Moratón en el ojo, ella es demasiado bondadosa así que sólo me pidió que le contará la verdad a Spencer o me largara de su vida y así lo hice.

En el momento que le deje pensé que era lo mejor, yo tenía demasiado que perder, era una de las mejores abogadas del país más sin embargo unos pocos días después de que me fui me di cuenta, que mi cobardía me había hecho perder lo más importante, a el.

Así que aquí estoy retorciendo el dobladillo de mi falda lo voy a intentar, voy a sacarlo de aquí y tal vez así logré su perdón o almenos aligerar la carga en mi conciencia. Estaba tan perdida en mis pensamientos que no me di cuenta cundo abrieron la puerta hasta que escuche la voz del guardia -pasa sólo tienen cuarenta minutos- le dijo mostrando un poco de repudio en su voz.
- Ya le dije que no espero a nadie, mi abogada estuvo aquí ayer- contestó el mientras entraba en la habitación, su voz seguía siendo tan dulce y calmada como la última vez que hable con el.
-deberías agradecer que recibes vistas- fue lo último que agregó el carcelero antes de cerrar la puerta.
En ese instante supe que había llegado la hora, hice acopio de toda mi fuerza, me levanté de la silla haciéndola rechinar un poco.
Pensé que cuando llegará este momento estaría preparada pero no, temblaba más que en nuestra primera cita, así que sin darle más vueltas al asunto lo encare
-hola Spencer- susurre con miedo, miedo a que me rechazara aunque en el fondo se que lo merecía.
-¿Mindy?- pregunto sorprendido de verme pero no tanto como lo estaba yo, su rostro estaba más marcado, se veía más fornido, maduro, mas sexy. Se que no debería pensar en esto dada la situación pero su pelo largo y la barba lo hacían parecer un niño malo.
-¿qué haces aquí Madison?- su tono no era para nada hostil más bien sonaba esperanzado.
-estoy aquí para ayudar, ya sabes se supone que soy la mejor- trate de sonar graciosa
Después de el incómodo reencuentro estuvimos hablando sobre su situación y todas las pruebas que tenían en su contra, durante la charla se me ocurrio un plan del cual no estaba segura si funcionaría pero de lo que estaba segura es de que lo sacaría de aquella prisión aunque tuviera que derrumbar un muro, no me importaba a quien debía sobornar, soy la mejor abogada que existe y aunque me averguence admitirlo no siempre ganó por medios exactamente legales.
-¿porqué?- pregunto sacándome de mi ensoñación y con la mirada gacha.
Frunci en seño sin entender muy bien su pregunta.
-Para comprobar tu inocencia, le enviaré a mi amiga de la naval una muestra de las drogas encontradas en tu sistema, ella las examinará y la compara en la base de datos así podemos comparar su huella química con las drogas usadas por el señor Skratch* y si hay coincidencia te sacaré de aquí muy pron...- antes de terminar de explicarle por completo mi plan me interrumpió y por primera vez en la media hora que teníamos hablando me miró a los ojos dejándome fuera del juego.
-eso lo entiendo, quiero saber ¿por qué me dejaste?- su voz sono rota y dolida, me partía el corazón saber que lo lastime.

Me pasé las manos por el cabello y luego las puse sobre mi rostro antes de hablar -lo siento tanto, no quería hacerte daño- me observo con incredulidad, creo que hasta logré ver un atisbo de ira en su mirada -se que no me crees pero déjame explicarte, cuando me fui- pare de hablar un segundo para aclarar mi voz estaba a punto de las lágrimas, me acomode en la silla y seguí hablando -cuando estábamos juntos yo era una de las mejores abogadas, pero de pronto me ofrecieron un caso que podía impulsar mi carrera, ya no sería una de las mejores, sería la mejor abogada de este país.... Pero las cosas se mezclaron. El casó había pasado por el FBI, tenían evidencia en contra de mi cliente ¡defendia lo indefendible! A si que pensé en ir a visitarte al trabajo, y así poder sacar la evidencia que vinculaba a mi cliente con la víctima- durante el tiempo que llevaba hablando pude ver en su mirada la decepción que le causaba mi relato lo que provocó que rompiera en llanto, me calme un poco y seguí hablando - no pude, cuando estaba frente a la caja de evidencia me quebre, realmente mi carrera no valía la vida de aquella chica así que salí de hay pero... algo salió mal García se enteró, me llamo a su oficina y me dijo que te contara lo que intente hacer o lo haría ella misma y yo... Yo... no pude hacerlo preferí alejarme a que me vieras así como lo haces ahora, como vez a esos criminales, como si no valiera nada,te amo demasiado y no puedo soportar tu desprecio aunque se que lo merezco, mi ambición casi hace que deje libre a un criminal- para cuando termine mi cara están a empapada.

-Yo no se que decir, pero creo que si me hubieras contado lo que pasó no te habría juzgado yo te amaba jamás me habría alejado de ti, me duele que pensaras que te juzgaria- apenas si entendí lo que decía escondía su rostro entre las manos, me rompió el corazón escucharle decir que me amaba en tiempo pasado.
-¿me amas? Fue lo que dijiste, aún me amas- la intensidad con la que dijo eso, me devolvió la esperanza, me habló con dulzura con ¿amor?.
-nunca deje de hacerlo eres el chico perfecto, dulce, amable, valiente, inteligente, guapo y muchas cosas más-. Lo vi a los ojos y corrobore mis sospechas el me veía como antes, me veía con amor. Justo cuando el hablaría de nuevo el guardia abrió la puerta dando a entender que se había terminado el tiempo, que me había parecido poco.

Se levantó de la silla y camino hacia un lado de la mesa, me levanté, me acerque a el y lo vi a los ojos intentando descifrar lo que pensaba, de un segundo a otro me abrazo por la cintura y me apreto con mucha fuerza contra el y rodee su cuello con los brazos, justo cuando el guardia entró a la habitación Spencer susurro a mi oído -te amo- y se fue.

Si antes estaba decidida a sacarlo de ahí  sin importar como, ahora sabiendo que aún tenía una posibilidad con el, estaba más motivada que nunca.

one shots Spencer Reid Donde viven las historias. Descúbrelo ahora