Parte única.

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Miré mi celular por tercera vez en el día y solo me llevaba a la bandeja de mensajes, la cual está totalmente vacía. Es algo triste que te dejen embarcado en una cita, a decir verdad, es muy deprimente... Agradezco que me dé igual. Será la última vez que le haga caso a Aaron de salir con una de sus amigas, algunas son agradables, otras no tanto.

Miro al cielo nocturno contemplando cada una de las hermosas estrellas que brillan hoy para todos nosotros. Su sola presencia hizo que todo lo de la cita haya valido la pena, pues no saldría al parque solo para ver el cielo en una banca completamente solo.

Estos momentos me hacen recordar aquellos magníficos espectáculos visuales que tuve con mi antiguo mejor amigo. El vago recuerdo de él me hace sentir muy nostálgico, hasta el punto de hacerme suspirar. Cuatro años sin hablarnos da una clara señal de lo mucho que le importó lo que vivimos; lo cual obviamente es nada, pues solo me dejó. Ni siquiera me molesté en decirle algo cuando hizo pública su relación con Taylor, no hacía falta, desde ese momento supe que nuestra amistad no iba a seguir...

Suspiré tratando de sacar ese sentimiento de mi sistema.

Pero no puedo solo olvidar cada vez que me desvelé para aconsejarlo, cada lágrima que limpié de su rostro, cada risa que le saqué para animarlo... Todo eso pareció ser solo una basura comparado con estar con ella.

-Nunca fuiste mi mejor amigo...-susurré pensando en voz alta.

Un par de voces que parecen estar discutiendo, me hace salir de mis pensamientos; al verme invadido por mi activa curiosidad... Busqué con la mirada el lugar de donde se escuchaba el disturbio, y casi me ahogo con mi propia saliva al darme cuenta de quién es... Esto no puede estar pasándome.

Como si tan solo mencionarlo en mi mente fuera suficiente, allí estaba él... Aquel único chico que no puedo alejar de mis pensamientos.

-Nash –murmuré caminando por inercia en su dirección.

No ha cambiado casi nada, solo su cabello que cubren casi por completo sus orejas. Su piel blanquecina cubierta de pecas, sus mejillas redondas, sus labios gruesos resaltando un natural color rosa... Y sus ojos, ese azul que haría temblar a cualquiera.

-¡Todo el tiempo haces lo mismo, me tienes harta! –exclama Taylor, su novia, enojada a más no decir.

-¡¿Solo porque se me olvidó tu regalo?! –pregunta Nash en el mismo tono de voz– ¡No fue a breve, me estaban presionando mucho en la sesión donde estaba!

-¡Siempre con tus malditas excusas!

Nash muerde su labio inferior y respira con fuerza, sé que le sucede, está tratando de no llorar. No debería meterme, ya no somos amigos...

Pero yo nunca aprendo si no es a la mala.

-¡Hey!... Hola, ¿Qué tal todo? –dije llamando la atención de ambos.

Taylor me miró con toda su indiferencia y bufó con fastidio, como si le molestara mi presencia.

Por otro lado, Nash... Él tiene los ojos muy abiertos, incluso creo que palideció un poco. Sus ojos solo me decían lo impresionado que estaba en verme de nuevo, todo su ser está en shock. Por un lado me emocionó su reacción, pero no era el momento para dejarse llevar.

-¿Qué quieres? Estamos resolviendo algo aquí, gracias –dijo ella totalmente borde.

-Oh vaya, descuida, no hay que ponerse agresivos –dije en broma tratando de aligerar el ambiente– ¿Está todo bien? Por si no lo notaron, están en un parque.

Vuelve O.SWhere stories live. Discover now