Como siempre

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Había pasado un tiempo desde la última vez en la que Jimin hacía ese paseo. Cielo azul, hojas verdes con nacientes flores de todos los colores, y el sol se escabullía por entre el follaje, que tenía que mirar con los ojos entrecerrados para no hacerse daño. El sonido vibrante de las hojas siendo desordenadas por el viento era tranquilizante, las aves cantaban a lo lejos, con sus agudas voces enfrascadas en la distancia; sus pisadas crujían en la gravilla, encaminándolo hacia el puentecito por sobre el riachuelo que cruzaba el parque, a lo lejos, esperándolo.

Pero desde ahí quedaba un largo camino.

Un maullido volvió su vista al suelo, encontró con la mirada un gato callejero, que se escondió por detrás de sus piernas. Su perro lo estaba mirando atento, con las orejas alzadas y la cabeza inclinada, queriendo acercarse al gato.

Jimin tiró de la correa de su perro para tranquilizarlo, y el gato escapó en un parpadeo, frente a los ojos inocentes del can.

—No te metas en problemas. —acarició su cabeza, haciendo que su atención se volcara en otra cosa.

Continuaron su caminata matutina. A esas horas no había mucha gente, así que era el momento preferido de Jimin para pasear en calma.

El riachuelo los acompañó en su paso, deslizándose tranquilo, recibiendo pétalos en su caudal, haciendo su imagen aún más deleitante. Las aves bebían y picoteaban todo el perímetro, y una pareja de ancianos sentados en una banca les alimentaba con migas de vez en cuando.

Le pareció adorable entonces, ¿qué podían contar? Jimin pensó que seguramente habrían vivido los mejores y peores momentos juntos, y ahora estaban ahí, sentados, dándoles de comer a las aves como si fuera lo más importante del mundo en ese momento.

Aunque lo importante era el momento.

A veces solía inventarse historias en su mente sobre la gente o las situaciones que veía, para despejarse, para calmarse, para distraerse; para lo que fuera que lo necesitara. Podían ser de lo más descabelladas o totalmente contrarias a la realidad, pero seguro más de alguna era acertada, eso le gustaba creer.

Aún muy dentro de su propio mundo, distraído con tanta belleza que admirar, dejó ir la correa del perro cuando éste tiró de ella para echarse a la carrera cuesta abajo. Jimin se sobresaltó un poco más lento de lo que hubiese tardado normalmente, pero apenas entendió lo ocurrido siguió al perro.

No lo podía perder de vista, no está acostumbrado a estas cosas y no me lo perdonaría si algo le pasa.

El perro se encaminó por entre los arbustos, jugueteando y persiguiendo las aves, espantándolas del lugar en el que estaban siendo alimentadas, y sacando risas de los ancianos frente a ellas. Momentos después Jimin desaceleró el paso para disculparse con ellos sin esperar respuesta, y siguió su carrera hacia donde el perro había hecho una parada: el puente.

Con las manos apoyadas en sus rodillas se dejó respirar unos momentos, jadeando, cansado más del estrés emocional que le atormentó unos segundos por siquiera pensar en perder el perro de vista, que de la maratón que le había hecho correr.

El dichoso perro estaba saltando y correteando alrededor del chico de cabellos negros. Contrasta tan bien con su rostro.

—Lo siento, me ha pillado distraído. —dijo aún entre jadeos.

—No es nada. —Yoongi respondió, encogiéndose de hombros. —¿Siempre es así?

—Supongo. —sonrió nervioso.

—¿Cómo se llama? —acarició al perro y éste se acurrucó bajo su mano.

—Luh. Pero en realidad no es mío.

—¿Eres paseador de perros entonces? —le dio una media sonrisa.

—Algo así. Es de mi novio.

—Ah, bueno.

Jimin agarró la correa de Luh entonces, dándole dos vueltas a su muñeca para que no se le volviera a escapar, pero él parecía que estaba más interesado en Yoongi que en querer corretear de nuevo.

Entonces se quedaron en silencio, contemplándolo, por entre las aves cantando y la brisa revolviendo sus mechones en el rostro. Se miraron unos segundos y Jimin resopló, como respuesta recibió una suave risa encerrada que se escapó por las comisuras de sus labios.

Luh estaba sentado al lado de Yoongi, jadeando cansado por su carrera, sonriente y aún moviendo la cola. Mirándolos a los dos sin poder decidirse a quién quería mirar.

Como la primavera había entrado de lleno, la brisa arrastró el aromático polen de los árboles floreados, haciendo que Jimin soltara tres estornudos seguidos.

—Vaya, no te voy a preguntar si eres alérgico. —soltó Yoongi risueño.

Jimin apenas acababa de secarse las nacientes lágrimas que su reacción habían provocado, con la manga de su suéter abultada en su puño libre.

La imagen era un poco más tierna de lo que podría haber deseado Yoongi, con los ojos vidriosos del chico rubio en frente, y sus mejillas sonrosadas en su rostro decorado por una tímida sonrisa. Encantador.

—Deberías tomar pastillas para eso.

Ambos rieron entre dientes y empezaron a caminar juntos, uno del lado del otro, dejando que sus brazos coludieran de vez en cuando, sutilmente.

—¿Sabes de eso? —preguntó Jimin.

—Claro, mi novio es un descuidado que siempre las olvida.

Jimin le dio un suave empujón con el hombro, y siguieron caminando risueños cuesta abajo, a paso lento.

Entonces Yoongi se le adelantó, parándose frente a él firmemente. Jimin alzó las cejas cauteloso, agachando un poco la cabeza. Qué ternura.

Sus manos alcanzaron el rostro de Jimin, y en un delicado movimiento de sus pulgares acarició ambas mejillas, rosadas, suaves, tersas, pulcras...

Deslizó sus dedos por entre su cabello, entrelazándolos en los mechones nacientes de la nuca.

Entonces acercó su rostro, y acarició con sus labios los del otro, que tan familiares eran para Yoongi. Los rozaba con dulzura, eran cálidos y suaves, tan terriblemente embriagantes; una vez se le acercaba era imposible que se quisiera separar.

Jimin tomó con su brazo libre el de Yoongi, y lo besó con delicadeza, con la ternura que solo a él le identificaba, un beso tan suave como sus mejillas, tan calmo como sus ojos, tan increíblemente electrizante como cada gesto que Jimin ejecutaba con él, para él, solo para él.

Se dejaron ir como por mutuo acuerdo, dejando caer sus miradas en las del otro, hasta que soltaron suspiros seguidos de sonrisas completas, llenas de cariño, tan conocidas pero tan añoradas como siempre.

Y siempre resultaban ser frescas, nuevas.

—¿Nos vamos a casa? —Jimin preguntó a sus dos acompañantes.

—Claro. —Yoongi entrelazó sus dedos con los del otro. —¿Pedimos algo para comer?

—Está bien, lo que quieras.

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Cortito pero bonito ❤
FELIZ CUMPLE KIM Kmbrlpl17 🎉🎈🎊🎉🎈🎊🎉🎈🎊🎉🎈 con mucho amor para ti ❤ VIEJA AAAJAJAJJSJ ❤❤❤❤ espero que te guste 🐰✨
Que te vaya bonitido en el burn the stageeee ✨✨✨✨✨ oh y el martes te doy regalos 🎁🎁🎁🎁 jshshsh ❤

Como Siempre •♡ Yoonmin ♡• BTSWhere stories live. Discover now