Deseando a mi profesor de cálculo

1. Yo te cuidaré

A la mañana siguiente, después de haber sacado a Badir de la comisaría y asegurarse de que había llegado sano y salvo a su casa; el profesor Darío LeBlanc, estaba sentado detrás del escritorio en su oficina de la universidad releyendo por cuarta ocasión el informe que su amigo Renato envió por correo, el cual, hablaba de la vida escolar de Badir. Todavía no daba crédito a lo que estaba escrito allí, inclusive estaba empezando a creer que era una mala broma del cretino de su amigo porque la mayor parte de esa información no estaba registrada en el expediente de la universidad.

Cerró los ojos y frotó su frente recordando los últimos sucesos.

"Alejandro Garza habló a su casa en la madrugada informándole que Badir había sido arrestado. Antes de salir de casa para pagar la fianza, se comunicó con el único quien podría ayudarlo en ese momento.

— ¿Qué quieres? —Respondió Renato adormilado al otro lado de la línea después de tres llamadas perdidas.

—Tu niño se fue de juerga y tú duermes como un bebé —lo reprendió con diversión.

—Existe algo que se llama confianza, ¿sabes?... Además... ¿cómo sabes que Hilal no está en casa? —Masculló su amigo bostezando.

—Porque resulta que se llevaron arrestado a Badir.

Escuchó que Renato contuvo la respiración.

— ¿También se llevaron a Hilal y a Alex? —Preguntó su amigo con preocupación sonando un poco más despierto.

—No, ellos están bien, probablemente ya estén en camino a sus casas.

—Lo siento, pero debo colgar, necesito contactar a Hilal.

—Espera —pidió Darío—, necesito que me investigues el historial completo de Badir.

— ¿Acaso tengo cara de detective? —Se burló Renato.

—No, idiota. Eres el subdirector del colegio en el que estuvo, ustedes deberían tener su expediente completo donde hable de su entorno familiar y las razones por las que fue castigado y suspendido. El que entregaron en la universidad está incompleto y necesito toda la información que puedas reunir.

Renato se quedó en silencio por un rato.

—Es cierto, pero no tienes que usar ese tono conmigo.

Darío sonrió porque Renato no estaba acostumbrado a que sus amigos fueran tan duros con él, por lo que le gustaba molestarlo de esa forma.

—Consígueme ese expediente hoy mismo y te pagaré como si hubieras resuelto un caso.

— ¡Muy bien, jefe! —Exclamó su sarcástico amigo— Ahora, en serio Darío, debo colgar para contactar a Hilal.

No tuvo tiempo de entretenerlo más pues ya había colgado para llamar a su niño".

Abrió los ojos y volvió a leer el expediente en su computadora arrepintiéndose de no haberlo llevado consigo la noche anterior.

Los documentos decían que provenía de una familia violenta en donde la mamá era una drogadicta y el padre un golpeador. Era hijo único, por lo que había crecido completamente solo viviendo las constantes golpizas de su padre.

Todos los registros eran testimonios de los vecinos que siempre escucharon gritos provenientes de la casa y veían a la señora salir de casa en busca de un poco de droga. La documentación también incluía varias visitas domiciliarias donde mencionaban no haber encontrado nada de lo que los vecinos reportaban y ningún golpe notorio en el muchacho. Por lo tanto, nunca se hizo más que castigar y suspender a Badir por su mal comportamiento, en apariencia injustificado.