7: Poeta anónimo.

2.5K 144 40
                                    

A la mañana siguiente me levanté con la resaca más grande del mundo, nunca jamás vuelvo a beber así. Me levanté y me puse mis pantuflas, fui a la cocina y me serví un bol de cereal. Me senté en el sofá y prendí la televisión, estaba viendo la televisión cuando golpearon suavemente la puerta y deslizaron otro papel. Rápidamente me paré del sofá y salí. Pero no había nadie.

¿De nuevo? Ya me estaba hartando de eso, me agaché cogí el papelito y lo abrí.

«Alguna vez te has preguntado quien soy yo. 

¿Quién es ese tipo raro que solo escribe? 

Bien, yo realidad soy un poeta que vio en ti inspiración 

y a ti te dedica su creación. 

Un poeta que solo escribe lo que siente 

y a lo que quiere, 

que solo describe sus sentimientos y su pasión, 

los cuales salen desde el fondo de su corazón.

AT. »

¿Qué si alguna vez me lo he preguntado? Muchas veces, en verdad quería saber quién se tomaba el tiempo de escribir esto y tan solo arrojarlo a través de la puerta. Quería saberlo, necesitaba saberlo.

Me duché y salí de mi departamento, pero antes le pregunté al señor de la vigilancia, Charles.

—Hey disculpe- dije atrayendo su atención—¿No hay nadie que por casualidad...haya preguntado por mí, o dejado alguna razón, tal vez?

—¿A qué se refiere señorita Blair?—dijo el hombre con cara de pocos amigos.

—Lo que sucede es que, ya ha pasado dos veces que encuentro poemas de amor bajo mi puerta, y la verdad me estoy acojonando un poco.

Charles se quedó pensando un largo rato y luego habló.

—¿Serviría si le digo que un joven ha preguntado por usted dos veces en este mes?

—¿Un joven? ¿A qué se refiere?—pregunté abriendo mis ojos.

—Sí señorita, un joven, peinado tipo Elvis Presley, gafas oscuras, alto y delgado. Ha preguntado por usted, señorita Blair.

—¿No me estará confundiendo con otra persona de este edificio?

—No señorita, él pregunta por Jane Blair, y usted es la única de este edificio.

—Ya, pero, ¿no sabe su nombre? Él chico firma como AT, siempre.

—Él joven nunca me dijo su nombre, tal sólo decía que tenía algo muy importante que entregarle a usted.

—Pero, señor, ¿Cómo es posible que lo deje seguir hasta mi piso? ¿Y si planea hacerme daño?

—Tal vez suene estúpido, pero el joven parece atraído por usted—dijo desapareciendo de la recepción.

¿Qué era todo esto? ¿Quién era AT? Esto me estaba acojonando demasiado, necesitaba saberlo todo.

Salí del edificio y fui a un Starbucks, pedí un café y me senté a leer La Casa Torcida, mi libro favorito de todala vida, hasta alguien se sentó al frente mío y me quitó suavemente el libro de la cara.

—¿Qué tal, Jane?

Era Alex.

—Oh, Hola Turner, ¿Cómo estás?

—Bastante bien ahora que te veo—me sonrío sin mostrar los dientes.

Me sonrojé de inmediato y a mi mente vino el recuerdo del beso de la otra noche. Me sonrojé aún más.

—Oye, Turner, sobre lo de la noche pasada…Y-yo…

—Yo lo disfruté, ¿tú no?

Pero por supuesto que lo había disfrutado, pero no podía decirle eso, es decir, ¡Lo acababa de conocer! Apuesto a que ahora estaba el triple de sonrojada.

—Ehh...Yo...—tartamudee.

—Te ves hermosa cuando te sonrojas, Jane.

Dios mío, si seguía así quedaría como un tomate.

—Ya basta, por favor, ¿sí? No me siento cómoda con esta charla.

El me miró bastante avergonzado, y yo lamenté mi comportamiento. Es sólo que…era extraño, demasiado.

—¿Cómo te ha ido en el día, Jane?—preguntó tomando un sorbo de su café.

-Bien, sólo que algo raro ha pasado estos días- dije y me miro en señal de que continuara- Verás, hay alguien que no sé si sea broma o no, ha estado dejándome poemas de amor, pero el chico sólo los desliza bajo la puerta y ya. Es muy raro, Turner. Pareciera que está loco por mí, o tal vez sólo estoy exagerando.

—Oh, Jane—dijo sonriendo.—Cualquiera en su sano juicio, se volvería loco por ti. Créeme.

Y me tomó de la mano.

Feel so different. {Alex Turner}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora