Sentimientos confusos rondan por las mentes

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Habían pasado algunas semanas desde que un nuevo curso hubiera empezado en Hogwarts.

Albus Severus había demostrado tener una capacidad intelectual muy alta en todas sus materias. Era atento, trabajador y estudioso. También había empezado a entrenar con el equipo de Quiddich. Debía admitir que no era tan sencillo jugar cuando varias personas estaban pendientes de sus movimientos, pero con la práctica iba acostumbrándose.

James Sirius seguía en su línea de rebelde. Llevaba sus materias aprobadas, salvo Pociones en la que el profesor Snape le había advertido "amablemente" que no aprobaría su asignatura hasta que no le viese sudar sangre del esfuerzo. Seguía rabioso por el hecho de que Albus fuese el nuevo buscador del equipo rival, pero eso también significaba que tarde o temprano se las verían en un partido, ya que James también era buscador de su casa.

Sin embargo, algo había pasado a ser muy importante, en esas semanas, para él: Hermione Granger. Se había enamorado de ella sin darse cuenta y había optado la costumbre de visitarla a diario con alguna tonta excusa.

La profesora Granger había conseguido adaptarse a sus clases por fin y se sentía orgullosa del progreso de sus alumnos en clase. Solía cartearse con Harry y Ginny sobre el comportamiento de sus hijos. Le costaba entender por qué James era tan travieso con los demás cuando con ella era un encanto de niño.

Severus Snape seguía con sus instintos asesinos despiertos hacia James Sirius. Acababa de corregir uno de los trabajos del chico quien de manera "muy oportuna" había optado por añadir en ingredientes: "esencia de pocionista maloliente mezclada con orina de murciélago". Gruñó y apretó los puños. Gryffindor acababa de perder otros 20 puntos.

Odiaba a Potter. "No". Se corrigió. "Odiaba a ese Potter". Pensó en Albus Severus. Él era diferente. Él era tan...Lily.

En ese momento, James caminaba por los pasillos hasta que se topó con Hermione. Notó el rubor aparecer en sus mejillas. Se mordió el labio y se alborotó el pelo.

-¡Hola, Hermione!-saludó el chico alegre.

-Hola, James. ¿Cuándo dejarás de tutearme mientras estemos en Hogwarts?-preguntó de manera dulce la castaña profesora.

-Es que tienes un nombre bien bonito como para no llamarte por él.

-Oh, qué lindo.

Hermione acarició el brazo del joven a modo de agradecimiento. James enrojeció y sonrió más que complacido.

-Lamento interrumpir una escena tan enternecedora de una leona y su cachorrillo, pero tengo que hablar con usted, profesora Granger.

-Tendrá que ser en otro momento, ahora está conmigo-dijo James lleno de ira por la interrupción.

-Tranquilo, James. Hablaremos en otro momento. Profesor, ya me tiene a su entera disposición.

James Sirius se alejó echando humo por las orejas. Ese maldito murciélago siempre arruinaba todo.

Severus observó su marcha con una sonrisita de satisfacción.

-¿Qué tiene tanta gracia?-preguntó Hermione algo molesta por la forma burlona en que Snape había observado la escena.

-Le dije que tuviera cuidado, Granger, pero no me hizo caso. Esa es su primera víctima. Le tiene hechizado.¿Quién será el siguiente?

-¿De qué me está hablando?

-Del flechazo que ha provocado su exhibicionismo en el engreído de

"BlackPotter".

-Yo no exhibo nada y James no tiene ningun interés en mí de esa manera que usted insinua. Ahora si es tan amable, ¿qué quería decirme?

Severus se calló. Por unos instantes esas palabras le recordaron a cierta pelirroja.

Flashbach

-Lily, Potter tiene cierta fijación en ti que no me gusta. No deberías mostrar interés en hablarle o se creará ciertas expectativas.

-Yo no muestro nada y James no tiene ningún interés en mí de esa manera que pareces creer. ¿Qué me querías decir sobre una poción?

Flashback

-Profesor Snape, ¿va a decirme lo que me tenga que decir o no?

Severus Snape volvió su vista a la castaña. ¿Por qué le había recordado a Lily al hablar de James?

-Ha llegado una carta del ministerio. Citan a todos los testigos de guerra a declarar de nuevo sobre algunos de los mortífagod reclusos.

-¿Citación? ¿Casi dos décadas después? ¿Por qué?

-Porque están considerando la opción de reinsertar a esos desgraciados a la comunidad mágica.

Severus Snape se marchó sin más dilación hacia su habitación. Estaba confuso. Lily no hacía más que aparecer en su cabeza más, si era posible, que antes. Albus Severus le recordaba tanto a ella...¿Pero qué tenía que ver en todo eso la castaña? Era una mujer hermosa, indudablemente, pero...¿Acababa de decir que la sabelotodo era INDUDABLEMENTE HERMOSA? ¡Se estaba volviendo loco!

-Hola, profesor Snape ¿Cómo lleva el domingo?-preguntó Albus Severus sonriente al pocionista con quien acaba de encontrarse.

El profesor cortó sus cavilaciones de imediato para encontrarse con unos ojos verde esmeralda preciosos. Suspiró. Querría haberle gritado a ese muchacho que se pusiese gafas de sol para no hechizarlo, pero le era imposible. Esos ojos, esa sonrisa y esa amabilidad le hacían ¿feliz? ¿Qué sentía por el pequeño Albus? No era Lily, solo se la recordaba como en su día hizo Harry, pero era más fuerte lo que Albus Severus despertaba en él.

-Supongo que disfrutar de unos minutos de descanso. ¿Y usted, señor Potter?

-Me levanté temprano para el entrenamiento de Quiddich a primera hora y ahora descanso como usted.

-¿Cómo va el entrenamiento?

-Muy bien. Todos me tratan con amabilidad y respeto. Creo que tenemos grandes posibilidades de vencer a Gryffindor-resolvió el pequeño con entusiasmo.

-Confío en usted y en que así será-dijo el profesor apretando con ternura el hombro de Albus Severus y alejándose camino de las mazmorras.

El muchacho se sonrojó por el gesto del profesor. "Confía en mí"-pensó."¿Por qué me siento tan bien cuando el profesor Snape está contento conmigo?"-añadió a sus pensamientos.

Unos ojos azules volvían a sonreir observando todos esos pensamientos desde un segundo plano.

Continuará...

Severus Snape conoce a Albus Severus Potterحيث تعيش القصص. اكتشف الآن