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— Estoy tan emocionado y ansioso.

— Si, lo sé. Estas en mi casa a las ocho de la mañana, un domingo. Me hago una idea de como te sientes — contestó Erick quien estaba sentado en el sofá abrazando sus piernas.

— Es que volveré a ver a mi hermano después de cinco años.

— ¡Fantástico!... ¿Pero yo que tengo que ver en eso?

— Necesito de tu ayuda para la sorpresa que estoy planeando.

— Magnífico.

— ¡Lo sé! Lo que haremos será... — Christopher hablaba y hablaba Erick tenía su cabeza recargada en sus brazos, tratando de dormir un poco y no poder escuchar a su amigo, pero este lo hacia difícil pues se sentó a su lado y su volumen no era para nada bajo.

Al parecer ese día ya estaba planeado y no tendría escapatoria, pero podría aprovecharse de eso y hacer que valga la pena.

...

— Necesitamos a Thiago.

— ¿Necesitan a quien? ¿Porque?

— Bueno nosotros no cabemos en ropa tan chica y no quiero equivocarme de talla al comprarla porque sería desperdiciar dinero y no me gusta hacerlo, ya saben lo codo que soy y...

— Pero, ¿porque? — la hermana de Erick alzo una ceja y se cruzó de brazos. Erick solo se limitaba a ver a Christopher, sabiendo de sobra que era una mala idea.

— Mi hermano viene y tiene casi la misma edad que él y quiero comprarle ropa cool para que se sienta bienvenido.

— Si, mamá, yo quiero ir — Thiago hizo un puchero y le hizo ojitos, lo que provocó que su mamá le permitiera ir.

— Erick, lo cuidas bien. Ambos. ¿Entendieron?

— Si — respondieron a la par.

Y sin perder tiempo los tres salieron al centro comercial mas cercano Royal Center.

— ¿Cuantos años tiene tu hermano? —preguntó Thiago con curiosidad pues él nunca lo había visto en los pocos años que conocía a Christopher.

— Tiene diez — le sonrió por el retrovisor, y vio cuando el pequeño contaba con sus dedos.

— ¡Yo soy mas chico que él! Mira — le extendió sus manos mostrando ocho dedos arriba.

— Thiago, no distraigas a Christopher. Primero deja que se estacione y puedes hablar con él todo lo que quieras — dijo Erick quien estaba algo alerta notando como el conductor se distraía mirando a su sobrino.

— No exageres ni que fuéramos a chocar — Erick lo miro con los ojos abiertos.

— Eso dijiste la ultima vez, ¿recuerdas?

— Aaahh... — un corto silencio gobernó el coche —. ¡Mira ya llegamos! — Erick se limitó a rodar los ojos y mirar por la ventana.

En efecto, ya habían llegado al gran centro comercial, al mas cercano. Y lo que harían sería visitar varias tiendas de ropa y una que otra juguetería.

Thiago y Erick fueron los primeros en salir del coche, el primero arrastró a su tío con él para que viera los adornos que decoraban el centro comercial, y eso que solo estaban en el estacionamiento y ya se encontraron con grandes esferas y unas cuantas estrellas colgadas en el inició.

Christopher los siguió con paso lento, le gustaba ver como Thiago se entusiasmaba pareciéndole gracioso los gestos que hacia Erick por no querer caminar tan rápido.

El ojiverde giro su cabeza para ver la tranquilidad con la que caminaba el castaño, mordió su labio y se agacho a la altura del menor susurrándole en el oído.

— Christopher me dijo que te compraría un helado cuando llegáramos, vamos a pedírselos — Thiago no tuvo que meditarlo dos veces, salió disparado en dirección al castaño, el cual lo tomo por sorpresa cuando el pequeño pedía un helado de chocolate.

— ¿Fue tu idea cierto? — cuestión al estar cerca de Erick.

— ¿En serio? — pregunto desubicado, después sonrió.

— Me las vas a pagar.

— No me amenaces que me voy de aquí con todo y Thiago.

— Pensé que lo dejarías, conociéndote.

— Cierto — ambos se rieron.






Soulmates ||CHRISERICK||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora