Un Suspiro De Luz

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Cuando estábamos a medio camino una extraña sombra salió del suelo

-Tengo entendido que me buscaban ¿Cierto? Yo no soy un digimon muy paciente y tampoco quiero que causen destrozos en mi guarida así que... ¿Qué les parece si luchamos ya aquí?- pronunció la sombra, la cuál adoptó forma. Era un digimon enorme y realmente musculoso; su cabello era largo y negro absoluto; sus ojos rojos, de un rojo tan profundo que parecía que en vez de pupilas lo que rodease el iris fuese sangre; su piel era gris y tenía algunas marcas cómo tatuajes del mismo color que los ojos; llevaba el pecho al descubierto, el cuál, por cierto, estaba repleto de estas peculiares marcas y un enorme agujero permitía verle parte de una costilla, pero no era una costilla blanca si no roja; de su boca salían grandes y afilados dientes ensangrentados de tres filas, cómo los de un tiburón; de su espalda sobresalían dos enormes alas formadas por sólo huesos por lo que no creo que sirviesen para volar, tal vez fuesen solo un adorno...

-¿Eres...? ¿Eres tú...?- empezó a pronunciar Yolei absorta por el miedo

-¿su enemigo? ¿El digimon opuesto a la luz? ¿El que acabará con las vidas de los niños elegidos? La respuesta es sí. Por cierto pueden llamarme Yamimon

-Baja ese ego, tú no acabaras con nadie, ¡te venceremos!- gritaba entusiasmado Davis, parecía que le agradase luchar contra un digimon que parecía tan poderoso- ¡V-mon digievoluciona!- gritó enseguida y todos hicimos lo mismo. El resultado fueron 2 digimons nivel campeón: Aquilamon y Ankylomon; 7 supercampeón: MagnaAngemon, Angewomon, Lilymon, Zudomon, MegaKabuterimon, Paildramon y Garudamon; y 2 de nivel mega: WarGreymon y MetalGarurumon.
Todos ellos se lanzaron a la lucha y, mientras, nosotros sólo podíamos mirar. Aquilamon y Ankylomon fueron vencidos en apenas unos segundos pero al menos al ser tan grande el número de atacantes los digimons de cuerpo perfecto resistían bastante bien. El primero de ellos en caer fue Zudomon, seguido por Lilymon y MegaKabuterimon pero nosotros no perdíamos la esperanza, la victoria era posible.

De repente el enemigo desprendió una gran cantidad de energía que nos desplazó dejándonos a todos un poco heridos y llenos de polvo, pero bien. Mientras, los digimons seguían luchando sin descanso.

De repente un potente rayo impactó sobre mi compañero y este cayó al suelo regresando a su etapa infantil. Yo fui lo más rápido posible a socorrerlo pero con un pie inútil tardé en llegar a su lado. Me senté junto a él e intenté que reaccionase. Finalmente abrió los ojos y yo solté un suspiro de alivio mientras él me pedía disculpas por haberme fallado, a lo que yo le respondí que no debía preocuparse, que lo había hecho lo mejor que había podido.

Mientras hablábamos, Angewomon, Garudamon y Paildramon también fueron derrotados, sólo quedaban el digimon de Tai y el de mi hermano, nuestras esperanzas estaban puestas en ellos. El enemigo era fuerte, muy fuerte, pero yo no perdía la esperanza, estaba seguro de que saldríamos de esta.

De pronto Yamimon se quedó parado y una luz negra envolvió su cuerpo, estaba acumulando energía y la soltó dejando así bastante heridos a nuestros dos aliados aunque, a pesar de las heridas, permanecían aún en etapa mega. El ataque había sido tan potente que incluso yo, que me encontraba a una prudente distancia de la pelea, sentí una fuerza que me arrastró hacia atrás, separándome así de mi compañero. Yo de inmediato busqué con la mirada al resto y pude comprobar que ellos también habían sido afectados por esa energía pero estaban bien
.
-Ya está bien- dijo el enemigo- ¡es hora de acabar con la poseedora del emblema de la luz de una vez por todas!

-¡Ni se te ocurra tocarle un pelo a mi hermana!- gritó Tai

-Intenta impedírmelo- contestó riendo y acto seguido intentó dañar a Hikari, parecía que le iba a lanzar un ataque pero no ocurrió nada, había gastado mucha energía con el movimiento anterior así que no le quedo otra que, al igual que había hecho antes, quedarse quieto para acumularla, era cómo si se estuviese cargando, cómo una batería.

Todos aprovecharon esa debilidad para echar a correr mientras el se "recargaba". Yo, en un acto reflejo, también traté de ponerme en pie, olvidando por completo mi lesión, el dolor que sentí en el pie al apoyarlo es indescriptible. Al instante caí sentado al suelo agarrándome la parte adolorida con ambas manos y gritando de dolor. Mi hermano, que estaba huyendo junto a los demás, puso una cara de pánico al verme, estaba bastante lejos de ellos y yo solo era incapaz de desplazarme.

-¡T.K!- gritó él corriendo lo más rápido que podía hacía a mí pero el digimon finalmente terminó de recargarse y aunque su intención era acabar con Kari yo era un blanco muy fácil que no podía desaprovechar, lanzó un rayo contra mi persona y oí un grito de una chica, creo que era Hikari. Mientras esperaba mi fin el tiempo se hacía eterno, por mí cabeza pasaban a correr los recuerdos de lo que me había traído hasta aquí: la llamada de Tai, la ausencia a la mitad del entrenamiento de baloncesto, la sensación de que mi hermano no me quería, mi madre preocupada porque no quisiese salir del dormitorio, el encuentro con Kari en el muelle y la posterior cena en su casa, la reunión en casa de Izzy, la lucha contra Dorokomon... todo, todo hasta llegar a este justo instante. Finalmente ocurre, cuando Matt ya casi ha llegado a mi lado, ocurre, su ataque impacta contra mi pecho. Yo grito con todas mis fuerzas y caigo para atrás, la herida arde, arde mucho. Me llevo las manos a ella y las empapo de sangre, estoy sangrando, estoy sangrando mucho. Noto a mi hermano agarrarme de la mano a pesar de que esta está llena de sangre por haberme sujetado la profunda herida con ella, finalmente él ha llegado a mi lado, justo a tiempo para despedirse, justo antes de que la llama de mi vida vaya a apagarse.

-T.K., resiste por favor- dice de rodillas, a mi lado

-D-dile a mamá y papá que los quiero- pronuncio yo con mis últimos esfuerzos, desgarrado por el dolor.

-No les diré nada porque no vas a morir,estaras bien- contesta derramando sus lágrimas sobre mi camiseta

-Hermano...

-Dime

-Muchas gracias por haber intentado protegerme todos estos años...por el afecto que me mostraste a tu manera... creo que no he sabido a-preciarlos a tiempo. G-gracias por ser mi hermano

-Takeru no te despidas por favor, no vas a morir, no puedes morir, por favor, saldrás de esta- dice con sus ojos totalmente rojos y empapados en lágrimas, nunca había visto a mi hermano llorar así, bueno en realidad es la segunda vez que le veo llorar...
Al poco rato llega el resto del grupo, todos con lágrimas en los ojos... pero yo no quiero que lloren por mí.

- Lo siento mucho T.K., te he fallado, juré protegerte y te he fallado- pronunció Patamon

-N-no, tu me has salvado miles de veces, esta vez no podias hacer nada, no te arrepientas de nada, q-quiero que sepas que el que hayas sido mi co-mpañero ha sido el p-privilegio más grande que he recibido- dije casi susurrando, se me acababan las energías.

Después la joven Yagami se sentó a mi lado, donde hace nada había estado mi hermano, ahora él lloraba desconsolado en el hombro de Sora, verme así no era fácil para él.

-T.K.- pronunció ella dulcemente y su voz supo sacarme una ligera sonrisa a pesar del dolor- T.K., yo... yo..

-Kari- interrumpo yo al ver que a la chica no le salen las palabras, yo también necesitaba decirle algo- K-Kari, no quiero morirme sin antes confesarte lo que siento por ti, Kari, y-yo te quiero y quiero que tengas esto- digo entregandole mi emblema y ella me muestra una sonrisa sincera mientras comienza a llorar aún más. De repente su emblema comienza a brillar y su compañera llega a etapa mega, pero ella no presta atención a esto, sólo tiene ojos para mí

-T.K., yo también te quiero- pronuncia y acto seguido me besa en los labios, y yo en ese beso le entrego mi último suspiro mientras noto cómo finalmente mi corazón deja de latir.
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Se viene el final...❤

Digimon Adventure Agujas RotasWhere stories live. Discover now