Nunca entendí el porqué de tu partida, era demasiado duro como para asimilarlo, pero, después de un tiempo, pude entenderlo y el dolor empezó a disminuir.
¿Sigue doliendo?, claro que me sigue doliendo, ya no lloro todos los días, ya deje de recordarte todos los días y eso también me duele ya que si fuiste tan importante para mi ¿Por qué estoy empezando a olvidarte?.
Me quisiera imaginar que estas en algún cielo, en la reencarnación, o que te convertiste en un ángel, lo que sea con tal de que no me consuma el dolor de solo imaginar que simplemente dejaste de existir.
Me hubiera encantado estar ahí para ti, tener una última conversación contigo, poder oír tu voz, sostener tu mano una última vez y oír como el latido de tu corazón empezaba a desvanecerse junto con el color de tu rostro y el calor de tu piel, pero como eso se me es imposible lo único que me queda es dejarte ir e imaginar que alguna vez volveré a verte.
