Capítulo 13

3.2K 339 29
                                    

~Narra Jérôme~

—¡Sí! ¡Así! ¡No pares!

Si no hubiese tenido los ojos cerrados, sin duda alguna los hubiese puesto en blanco. Como si yo fuese a continuar o a detenerme porque ella lo pidiera. Esto no era sobre lo que esa mujer podía querer, era sobre lo que mi cuerpo demandaba, y en ese momento, con una desconocida sentada a horcajadas sobre mí mientras mi chófer daba vueltas por París, no se trataba de otra cosa sino de seguir moviéndome con fuerza dentro de ella hasta que todo estallara y finalmente esa criatura que vivía dentro de mí tomara un descanso y me dejara en paz. Luchar contra el monstruo había probado ser una tarea demasiado agotadora.

La mujer seguía gritando, diciendo incoherencias... Podía mandarla callar pero el sonido de fondo estaba bien. No porque me diera alguna indicación de que ella lo estaba disfrutando; las mujeres solían mentir y además si lo disfrutaba o no, no era mi problema. Los gritos y el ruido me gustaban porque era como presenciar en vivo una buena porno.

No sé por qué abrí los ojos, tal vez podía sentir su mirada, y entonces lo vi. Había olvidado su presencia. La pareja de la desconocida que ahora gritaba lo bien que se sentía tenerme dentro contemplaba el espectáculo sentado frente a mí en la limusina. Sus ojos estaban vidriosos y una de sus manos estaba dentro de sus pantalones. Enfoqué mi vista en él deliberadamente y sonreí. Tiempo de dar un buen espectáculo.

Sin dejar de mirarlo, agarré las caderas de la mujer y me volví más violento, empujándola sin contemplaciones en un ritmo demoniaco. Sus gemidos aumentaron hasta convertirse en gritos. La mano del hombre se movió ya sin disimulo, olvidando todo subterfugio, y unos segundos después, finalmente, me derramé con sacudidas descontroladas. Cuando mi cuerpo dejó de moverse, removí a la mujer de mi regazo y se la pasé a su acompañante.

—No terminó. Encárgate.

Fue como darle permiso a un par de perros guardianes bien entrenados para que comieran. Se lanzaron uno sobre el otro. La mujer tratando de conseguir lo que no me había tomado el tiempo de darle; el hombre todavía mirándome, buscando mi aprobación. Nunca me habría imaginado cuando recogí a ese par en un antro de mala muerte que iban a resultar tan «convenientes».

Al mismo tiempo que me encargaba de deshacerme del condón, antes que cualquier vestigio de esa mujer se traspasara a mi traje, y componer mi apariencia, le devolví la mirada al hombre con una sonrisa, como si estuviera muy interesado en lo que estaban haciendo. En otro momento, tal vez, me hubiese unido de alguna forma al espectáculo prolongando así la diversión, pero esa noche tenía otros planes. Este par no era verdadero entretenimiento, solo una forma de saciar el hambre, algo de comida chatarra por decirlo de alguna forma.

No obstante, decidí actuar como si de verdad estuviera interesado. No estaba en mí decepcionar a una parejita tan bien dispuesta. Tal vez tuviera uso para ellos en otra oportunidad. Afortunadamente, no duraron mucho. Se desplomaron cansados y satisfechos sobre los asientos y yo solo podía pensar en que agradecía a la providencia que fueran de cuero. Presioné el botón a mi derecha y el panel que nos separaba del chófer bajó. Gerard sintió el movimiento y se quitó el audífono que solía usar en estas ocasiones.

—Puedes detenerte en la próxima esquina —dije y sin esperar respuesta hice subir nuevamente el panel divisorio.

—Esto ha sido muy divertido —les dije a mis acompañantes, quienes, tal vez escuchando mi conversación con el chófer, habían comenzado a arreglarse la ropa. —Repitámoslo en algún otro momento —el coche se detuvo y busqué unos billetes en el bolsillo interior de mi chaqueta. —Con esto pueden terminar de disfrutar la noche —sonreí de forma sugerente. —Espero que piensen en mí mientras lo hacen.

El 'Chico Malo' del Ballet (Gay) [Terminada] #3Where stories live. Discover now