La cámara azul

3 0 0
                                    


-Yo no tengo hermanos- respondió Adam, incrédulo.

-Cállate y sígueme sin hacer preguntas- respondió Emilie-.Muy pronto lo entenderás todo.

Caminaron entre los pasillos hasta una gran entrada de unos cuatro metros de alto sellada por una lámina resplandeciente. Entonces la chica colocó su mano sobre ella y, haciendo un movimiento circular, comenzó a mover la puerta, dándole paso a una cámara de la que salía humo del mismo color de la luz que iluminaba todo dentro del lugar: azul.

-Parece que el dorado y el amarillo los cansó un poco, ¿no? - bromeó Adam.

Entonces Emilie, sin girarse completamente, echó su mano hacia atrás y su brazalete se enroscó sobre su mano y cayó de ella hasta formar una especie de bastón. Entonces se giró y descargó un golpe sobre la cabeza del chico.

-Espero que lo estúpido no te quede luego de despertar, Math- dijo mientras él se quejaba-. El azul es el color de nuestra alma, el vumtum que sale de la habitación ayuda al dormido a conectar su mente con su alma y dentro encontrarás el conector que te ayudará a recordar quién eres.

-Ustedes deben de estar confundiéndome. Primero entras al baño de chicos, luego me llamas Mathew, luego me dices algo de un Ruder...

-Rodertum- corrigió ella con paciencia.

-... eso, luego me secuestras y me traes a una especie de banco dorado y ¿ahora esperas que entre voluntariamente en una habitación oscura de la que sale humo azul? 

-Algo así- respondió-. De no entrar voluntariamente, tendría que llamar a los guardias.

Adam giró en redondo y comenzó a caminar, pero no había dado ni quince pasos cuando dos seres de al menos dos metros de alto comenzaron a caminar hacia él desde el fondo del pasillo. Todo hubiese sido normal, de no ser por sus ojos azules y las cuatro colas que colgaban de cada una de sus espaldas. Cuando ellos pasaron por una luz del pasillo, sus pieles azules brillaron con intensidad.

-Mathew Adams- llamaron al unísono con un tono grave- vuelve a la cámara ahora.

Fingiendo no haber escuchado, Adam corrió entre los dos monstruos y comenzó a correr, hasta que una cola le envolvió su pie y lo botó.

-No te resistas, Math. Eso solo hará que se diviertan más- sugirió desde el fondo Emilie.

Otra cola azul vino por su otro pie y, entre las dos, comenzaron a arrastrarle por el suelo hasta la entrada que, minutos antes, era solo una pared dorada. 

Adam se levantó y entró al lugar. ¿Dónde estaba esa chica? Todo comenzó a iluminarse gradualmente con tonos azules y turquesas.

-Aquí estoy, Addie - se burló ella mientras conectaba un par de cables a un monitor que se encontraba al fondo de la habitación-. Esta bebé es Valkiria- dijo mientras presentaba un disco de al menos un metro de radio que sobresalía en el suelo porque su circunferencia se encontraba iluminada. 

-¿Si sabes lo que es una Valkiria real, no?-dijo él, nervioso.

-Por supuesto que lo sé, ¿de dónde creés que surgió el nombre de esas guerreras?- sonrió ella mientras miraba el disco.

-¿Y cómo es que me respondes cada vez que pienso una pregunta?

-Piensas muy alto y recuerda que... oh... te recuerdo que mientras use esto- dijo, señalando un auricular morado en su oído izquierdo- escucho todo lo que los demás piensan. Ahora ven y párate allí.

El humo azul que cubría el piso comenzó a arremolinarse en... valkiria cuando Adam se paró dentro de la zona iluminada. 

-¿Estás listo para volver?

-Ni siquiera sé a qué te refieres, pero hazlo rápido. No quiero que los monstruos azules vuelvan.

-Se llaman Xaltocks y son descendientes de...

-No me importa, Emilie- cortó Adam.

-Cierto, cierto- ella comenzó a escribir unos comandos en el monitor y luego se fue a una cabina de vidrio que estaba en el otro extremo de la sala.

-Mantén la calma, será solo un sueño. Tú podrás dominarlo- dijo ella antes de cerrar la puerta.

Entonces el humo comenzó a ascender, formando una especie de tornado a su alrededor. entonces, el radio de Valkiria comenzó a disminuir y ya no era de un metro, sino medio; con esto, el humo azul comenzó a acercarse más a Adam. Poco a poco, el radio disminuía y el humo se acercaba, mientras se veía en él ciertos destellos dorados. 

Cuando ya no quedaba espacio dentro del disco, Adam tomó una bocanada de aire, cerró sus ojos y cruzó el límite, entrando en el tornado de vumtum. Y entonces, cayó al suelo, inconsciente. 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 07, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mundo OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora