𝗬𝗢𝗢𝗡𝗚𝗜 𝗪𝗢𝗨𝗟𝗗 𝗡𝗢𝗧 𝗗𝗢 𝗧𝗛𝗔𝗧, 𝗥𝗜𝗚𝗛𝗧? (𝘠𝘖𝘖𝘕𝘔𝘐𝘕)

Parte única

Cuando JiMin conoció a YoonGi, sintió que una luz iluminaba sus días.

Hasta ese momento, sus días habían sido oscuros, grises, sin tonos de colores ni nada que remarcar. Su vida era monótona, aburrida, solitaria. Lo era tanto que JiMin realmente quería irse de allí.

Justo en un momento de gran debilidad, cuando el chico estaba a punto de terminar con todo en manos de un bote de pastillas, YoonGi llegó a su vida.

Su llegada vino acompañada de una especie de luz para JiMin. Su vida pasó de ser oscura y sin razón real de existir a estar pintada de colores hermosos.

En el momento de la llegada de YoonGi, JiMin se encontraba tan sumido en la oscuridad y tan perdido, tan mal, que tomó su llegada como una salvación. Vertió todo su amor por él, basó su felicidad en la existencia de una sola persona. Era extraño, a la vez que atrevido, y JiMin supo que era peligroso basar toda su existencia en torno a algo.

"Pero YoonGi hyung no me hará daño, ni se marchará, ¿verdad?" Pensamientos así se escuchaban en la cabeza del menos a todas horas, y tal vez ese fuera su fallo.

Tal vez creer que su hyung nunca lo heriría fue lo que hizo que terminara así, pero, ¿cómo iba JiMin a saber eso?

...

Se conocieron en la cafeteria donde JiMin trabajaba. YoonGi fue a tomar algo, y quedó prendido de lo bonito que era el menor de los dos.

Sus visitas a la cafeteria se hicieron más frecuentes. JiMin se dió cuenta de qu esperaba con ansias la llegada de aquel chico de blanca piel que le sonreía cada vez que iba allí.

Intercambiaron nombres, para después terminar intercambiando un beso en la que fue su primera cita.

JiMin se sentía como en un sueño. Amaba a YoonGi con todo su ser, y sentía que el mayor le correspondía cuando este le pidió ser su novio.

Una lástima, en realidad, que YoonGi se aburriera pronto de las cosas.

...

Las semanas se transformaron en meses, y antes de que JiMin se diera cuenta, el mayor y él ya estaban viviendo juntos.

El edificio en el que vivían era bastante elegante. YoonGi, a diferencia de JiMin, tenía dinero, y no parecía tener reparo en comprarle cosas bonitas al chico. Este, gustoso, las aceptaba, ya que nunca pudo permitirselas. Además, cualquier cosa que viniese de su hyung era una obra de arte a ojos del chico.

JiMin pudo dejar el trabajo en la cafeteria y, gracias a YoonGi, empezar a estudiar en una universidad. Aún no tenía 22 años, y, YoonGi, con dos años más, trabajaba en la que sería su empresa cuando su familia se la heredara.

YoonGi estaba ocupado en la empresa, y por eso era que, con el tiempo, algunos días llegara un poco más tarde a casa, ¿verdad?

Era normal. Era un hombre ocupado. Pero, si lo que hacía era trabajar algunas horas extra, ¿por qué YoonGi hyung volvió a casa una vez con una marca roja en un lado del cuello? JiMin fingió no darse cuenta de ello.

Al fin y al cabo, YoonGi hyung no haría eso.

No le engañaría. No, no, él era una persona superior a todo eso, y amaba a JiMin. Se lo había dicho varias veces.

Las ausencias de YoonGi se hicieron más frecuentes, y a veces no llegaba a casa por la noche.

Cuando JiMin le preguntaba donde había estado, él, con una sonrisa cansada, le respondía:

"Ha sido una larga noche de trabajo, cariño" dicho esto, simplemente se iba hacia el dormitorio, camino del baño para darse una ducha para desestresarse de la larga noche de trabajo.