3. Reforzando nuestra amistad.

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- Hannah, despierta. Debemos ir a clases - alguien está intentando hacer el milagro de despertarme. Abro los ojos y veo que se trata de Hermione.

- Buenos días ¿Qué hora es? - pregunto sentándome.

- En media hora servirán el desayuno.

- Gracias por despertarme, estoy acostumbrada a los picotazos de Zeus - agrego antes de buscar mi ropa y desaparecer en el baño.

Con el desayuno logro despertarme un poco más, me siento al lado de los Weasley, aunque me parece raro que no estén Ron y Harry, es muy probable que se hayan quedado dormidos. Al terminar, con Hermione, caminamos juntas hacia el aula de Transformaciones. Ninguna de las dos dice nada, no me es fácil hacer amiga luego de lo que me paso. La profesora McGonagall, nos da nuevamente la bienvenida y enseguida, nos da trabajo para hacer en silencio. Ocupo la única mesa vacía, porque sé que esos dos se han perdido. Para mi sorpresa, al parecer la profesora es una talentosa animaga, de un solo salto se transforma en un majestuoso gato gris atigrado que nos observa desde su escritorio. Cuando comienzo a responder la primera respuesta, escucho el trote apresurado de dos personas entrando al aula.

- Llegamos... - suspira Ron, aliviado - ¿Te imaginas lo que haría McGonagall si nos descubriera? - le pregunta a Harry y la profesora con un solo salto se transforma en humana, nuevamente - Eso fue algo brillante.

- Gracias por el cumplido señor Weasley, ¿Tal vez sería más útil si los transformara a los dos en un reloj de bolsillo? Así, tal vez llegarían a tiempo.

- Regresar es un lío - se defiende Harry.

- Los transformare en un mapa, ¿Eso los ayudaría a encontrar sus sillas?

Por suerte, ninguno de los dos dice nada y se sientan a mi lado. Los saludo con una sonrisa y les indico que es lo que estamos haciendo. Luego de eso, la clase pasa bastante tranquila.

- ¿Qué tenemos hoy? - pregunta Harry a Ron.

- Pociones Dobles con los de Slytherin - responde Ron - Snape es el Jefe de la Casa Slytherin. Dicen que siempre los favorece a ellos... Ahora veremos si es verdad.

-Ojalá McGonagall nos favoreciera a nosotros -dice Harry. La profesora McGonagall es la jefa de la casa Gryffin­dor; pero eso no le ha impedido darnos una gran cantidad de deberes en la clase anterior.

- Lo dudo, ella es muy correcta - agrego - Lo mejor será que vayamos junto para no perdernos.

Las clases de Pociones se dan abajo, en un calabozo. Hace mucho más frío allí que arriba, en la parte principal del castillo, y habría sido igualmente tétrico sin todos aquellos animales conservados, flotando en frascos de vidrio, por todas las paredes.

El profesor Snape, hace su gran entrada, sorprendiéndonos.

- Ustedes están aquí para aprender la sutil ciencia y el arte exacto de hacer pociones -comienza. Habla casi en un susurro, pero se le entiende todo. Como la profesora McGonagall, Snape tiene el don de mantener a la clase en silencio, sin ningún esfuerzo- Aquí habrá muy poco de estúpidos movimientos de varita y muchos de ustedes dudaran de que si esto sea magia. No espero que lleguen a entender la belleza de un caldero hirviendo suavemente, con sus vapores relucientes, el delicado poder de los líquidos que se deslizan a través de las venas humanas, hechizando la mente, engañando los sentidos... Puedo enseñarles cómo embotellar la fama, preparar la gloria, hasta detener la muerte... si son algo más que los alcornoques a los que habitualmente tengo que enseñar. Aunque quizás... muchos de ustedes han venido a Hogwarts dotados de habilidades tan formidables que se sienten con la confianza de no prestar atención - su fría mirada recae sobre Harry, que esta sentado a mi lado escribiendo en su cuaderno y golpeo suavemente su codo y le hago un gesto para que mire hacia el frente, pero ya es tarde - Señor Potter, nuestra nueva celebridad ¿Qué obtendré si añado polvo de raíces de asfódelo a una infusión de ajenjo?

Harry Potter, una historia diferente.Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin