Primera noche (senpai)

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Ya habían cenado. Ale y Senpai se dirigieron a la habitación con una botella de limoncello sin abrir y dos pequeños vasos. Tras colocar una manta sobre el suelo y elegir qué vaso utilizaría cada uno empezaron con un brindis de inicio. Durante varios minutos estuvieron contestando preguntas sobre sí mismos, conociéndose aún más. Tras 56 preguntas y varios chupitos decidieron parar para no estar más perjudicados al estar sintiendo ya los efectos del alcohol.


Era el turno del Strip Poker. Ambos sabían lo que iba a ocurrir en los siguientes minutos pero era necesario un poco de diversión y visualizar al otro.

Senpai finalmente tras varias rondas perdió y se quedó completamente desnudo. Sin embargo se moría de vergüenza, así que decidió ponerse los boxers otra vez con la excusa de que tenía frío.

Era el momento.

Ale y Senpai se levantaron y se metieron en la cama como si para dormir se tratase, aunque eran conscientes de que aún no dormirían.

Cada uno se puso cerca del otro, sintiendo su piel y calor. Ale fue quien tomó la iniciativa y abrazando a Senpai con su brazo empezó a acariciar su torso desnudo. Senpai sabía lo que eso significaba, así que intentó imitar sus movimientos y hacerle lo mismo a él.

Los movimientos de Ale era suaves, delicados e impredecibles; poco a poco se acercaba al paquete de Senpai que ya resaltaba una erección.

Senpai le acariciaba el muslo, acercándose a la nalga y al paquete donde notó que Ale también estaba excitado.

Mientras entrelazaban sus piernas para sentirse más cercanos, Ale comenzó a besarle el cuello poco a poco, pasando por sus pezones y abdomen.

Senpai temblaba de excitación mientras le hacía caricias a Ale en la cabeza y espalda mientras se acercaba a su pene.

Ale comenzó a besarlo por encima del boxer, localizándolo con su boca en la oscuridad de la habitación. Las ganas por comérsela eran tan grandes que no dudó en bajarle el boxer con sus manos hasta perderlo en el borde de la cama.

Mientras Ale tocaba con su lengua el glande, Senpai respiró fuertemente haciendo un movimiento de placer.

Hacía ya unos meses que no sentía algo igual y las ganas se habían intensificado desde la tarde.

Ale comenzó a chupar la punta cubriendo con su boca el glande, se la metía en la boca para luego sacarla varias veces seguidas. Aunque Senpai no veía nada se podía crear una imagen mental de lo que ocurría tres palmos más allá de su barbilla.

Tras unos minutos, Senpai lo guío hasta estar sus cabezas juntas de nuevo. Esta vez Ale estaba encima de su cuerpo rodeándole con sus brazos por la espalda. Había una cosa que senpai recordaba y tenía presente: el punto g de Ale era el lóbulo de la oreja. 

Mientras se abrazaban y juntaban sus cuerpos casi hasta fusionarse, Senpai se acercó a su oreja y la comenzó a lamer.

Solo necesitó escuchar un pequeño jadeo para saber que había acertado. Sus corazones latían fuertemente y sus mentes concentradas en sólo una cosa, el placer del otro. Mientras Senpai le lamía la oreja, recorría con sus dedos su espalda y manoseaba su culo hasta quitarle sus boxers y sentir ambos sus penes.

Senpai le dió la vuelta estando él ahora encima de Ale. Empezó a bajar lentamente por su cuerpo mientras besaba su torso hasta llegar a su pene.

Sin dudarlo, se lo metió en la boca intentando cubrirlo completamente, aunque jugaba con su lengua y el glande.

Por lo que podía escuchar Ale estaba disfrutando y acompañaba el movimiento de la cabeza de Senpai con sus manos.

 Aunque senpai no quería parar, se le cansaba la boca de chupar tremendo pene y siguiendo la voluntad de Ale paró y volvió a encontrarse cara a cara para abrazarlo, lamer su cuello y oreja.

En completa armonía volvieron a girar sobre sus cuerpos hasta estar Ale encima de Senpai. Ale fue directo a lo que quería, que era continuar chupándosela y como si de telepatía se tratase, colocó su entrepierna sobre la cara de Senpai para que él también le diese placer. Durante unos minutos practicaron un intenso 69 en el que todo encajaba a la perfección.

Cuando fueron a cambiar de posición para de nuevo encontrarse cara a cara, la mezcla entre el alcohol y las diferentes posiciones a lo largo de toda la cama habían hecho que Ale se desubicara por unos segundos. Sin embargo se intercambiaron los lugares en la cama y continuaron frotándose el uno contra el otro. La manta ya no hacía falta, sus temperaturas corporales transmitían el calor suficiente como para que el otro estuviese cómodo o incluso empezase a sudar. 

Ale volvió a abrazar a senpai fuertemente, a lo que Senpai respondió de igual manera mientras ambos tocaban al otro. El ritmo se aceleraba y cada vez iba llegando al desenfreno. Mientras Ale besaba el cuello de Senpai, él le lamía la oreja, haciendo que Ale jadease llegando a momentos en que incluso gemía de placer. La respiración de ambos subía de intensidad y Senpai se acercaba cada vez más a su cara para sentirla.

Entre los besos que Ale daba a Senpai en el cuello, fue acercándose poco a poco a su boca hasta juntar sus labios. Senpai sin dudarlo comenzó a besarlo, sintiendo los delicados labios de Ale resbalar entre los suyos. Todo iba acelerándose, ambos habían perdido el control pero sabían lo que hacían. Senpai no podía contenerse e intentó llegar más a fondo, empezando a meter su lengua en la boca de Ale hasta que se encontraron en un baile de saliva que disfrutaban ambos.

Todo estaba alcanzando niveles inimaginables para ambos. Mientras se tocaban, Ale inclinó su cabeza al pene de Senpai. Lo cogió con su mano y empezó a masturbarlo con decisión acercando la boca para disfrutar de su elixir.

Senpai lo quiso ayudar para llegar para acabar más rápido. El movimiento de su brazo era cada vez más rápido hasta que empezó a jadear y dar señales que el final esperado se acercaba. Ale rodeó con su boca el glande y en ese preciso momento, Senpai eyaculó con gran placer. Mientras lo hacía a grandes chorros (debido a la abstinencia que ambos habían acordado por 5 días) Ale tragaba saboreando cada gota hasta dejarlo completamente limpio.

Era turno de Senpai. El hecho de probar la corrida de otro por primera vez lo hacía ponerse cachondo. El proceso se repitió como con senpai: pajear y esperar. Los jadeos y pequeños gemidos de Ale le indicaba que estaba a punto de acabar. Y llegó el momento. Senpai notó como bastante líquido viscoso llenaba cada rincón de su boca, mientras sus papilas gustativas se deleitaban con el sabor dulce de su semen hasta tragárselo.

Al acabar, ambos reposaron sus cabezas en la almohada mirándose el uno al otro y acariciando el cuerpo del otro entre jadeos y suspiros recobrando el aliento.

"Buah" susurró Ale. "Uff" resopló Senpai. Entre algún que otro suspiro, sonrisa y risa, inmortalizaron el momento con una selfie after sex que guardarían como sello de lo que una noche de diciembre pasó.

"Buenas noches" se desearon para acurrucar sus cuerpos y descansar hasta la mañana siguiente.

Senpai y yoحيث تعيش القصص. اكتشف الآن