Una apuesta porque me gustas.

Capítulo XVI.

Satou Masaki.

Me senté en el escritorio de Oda, y miré cómo se alejaba Takeshi. Era uno de los momentos más felices de mi vida, al fin Takeshi me había perdonado por semejante estupidez que había cometido.

Me volteé a mirar a mis amigos para seguir hablando. Había notado que nos miraban de una manera extraña, pero no pensé que aún me miraran así. Haruka los movió para que dejaran de verme así, todos se rieron.

-Me alegro, amigo. No podía quitarme la culpa de su ruptura. -Dijo Oda-
-Yo también me alegro de que ya todo esté bien.

No podía esperar a que fuera la hora del almuerzo. El maestro entró y comenzó la clase, me quedé dormido, como casi todos los días.

Takeshi me despertó. Sus manos se sentían tan bien en mi espalda, tomé su mano y la llevé hasta mi boca, la besé.

Abrí mis ojos y me estiré. Mis amigos aún no se habían ido a comer, así que nos miraban igual que antes. Takeshi parecía incómodo, se acarició la cabeza y acomodó su cabello. Me levanté y posé mi mano en su espalda, llevándolo para la cafetería.

Antes de poder salir, uno de nuestros maestros se acercó.

-Chicos. El trabajo que entregaron está incompleto.
-¿Disculpe? -Dijo Takeshi-
-Fue mi error, por eso no les bajaré la nota, pero deben arreglarlo.

El maestro nos entregó una hoja con el contenido que debía tener el trabajo, y si, había un punto que no habíamos puesto. Como dijo, fue su error, ya que ese punto estaba en la parte trasera de la hoja.

Takeshi la guardó en su bolsillo y me miró. Parecía decepcionado, después de todo el siempre ha sido el mejor estudiante de la preparatoria y la secundaria. Moví mi mano hasta su cuello y lo acaricié.

-Anímate, no nos bajará la nota.
-Solo estoy cansado, no quería tener que ocupar más tiempo en esa tarea.

Puso su brazo atrás de mi cuello y salimos del salón. Él se fue a comprar la comida y yo me quedé en una mesa esperando. Minutos después llegó y me entregó mi comida, lucía serio. Eso me asustó un poco. Hasta que abrió su boca y habló.

-Eres hermoso.

Solo sonreí. Él igualmente. Cuando terminamos de comer, el estiró sus manos hasta las mías, las tomó y me miró.

Se recostó en la mesa como de costumbre, solté sus manos y destapé mi botella de agua, bebí un poco y la cerré.

-Vamos a un lugar más solo, para hablar.
-Bien, vamos.

Me levanté y él igual. Caminamos hasta atrás de los salones y nos sentamos abajo de un árbol.

Él tomó mi mano y entrelazamos nuestros dedos. Acercó su rostro al mío y nuestras narices se tocaron, me acerqué para besarlo pero el se alejó. De repente se puso serio y me miró. Sentí un vacío en mi pecho.

-Tengo algo que decirte, Satou.
-Puedes decirmelo.
-Siento mucho haberte tratado así antes.
-No te preocupes, también hice las cosas como no debía. Y tú me perdonaste. Y ya no me digas Satou.
-Masaki... ¿Quieres ser mi novio otra vez?

Quedé en shock un momento. Segundos después, reaccioné a lo que había dicho Takeshi. Quise llorar de felicidad. Takeshi seguía mirandome. La primera vez, ninguno pidió ser pareja, solo dijimos "más que amigos". Por eso esta vez fue tan especial. Puse mi mano en su cuello y lo besé con delicadeza. Metió su lengua en mi boca y nuestras lenguas se entrelazaron. Él se acercó más a mi y agarró mi cintura.

Besé su labio inferior, lo lamí y me alejé un poco para poder responderle.

-Claro que quiero ser tu novio.