Jessica, una chica afortunada acostumbrada a su rutina con todo un futuro por delante, hasta que conoce a Harper, una chica con un pasado desastroso y con un futuro inesperado.
Hoy es lunes, festivo, Jess no tenía ni clases en la escuela ni ballet, me levanté, fuí al banco y ví que mi padre había ingresado el dinero, Ufff, por fin, llamé a Oliver y se lo dije, un problema menos.
Me dirigí a casa de Jess, ya era una costumbre, trepé y seguía dormida, es tan mona, y esta abrazando mi chaqueta. Me subí a la cama y comencé a darle besos suaves por toda la cara para despertarle.
Harper: Buenos dias princesita. Jess: Debo de estar soñando- dijo sonriendo, verla despertar se estaba convirtiendo en uno de mis hobbies favoritos. Harper: No estas soñando mi amor- dije sin pensar, ella se sonrojó. Jess: ¿Mi amor?- me miró con una sonrisa. Harper: Mi amor- le dí un beso en la frente. Jess: Me encanta como suena - me dió un beso fugaz -voy a cambiarme, ¿podrías no mirar?- alcé una ceja. Harper: ¿Va enserio?- dije desanimada, ella asintió y miré a el otro lado de la cama, saltó encima de mí y dejo un beso mi cuello, llevaba solo una camiseta de tirantas.
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Jess: ¿Bajamos, mis padres no están y podriamos desayunar? -dijo estirando su mano, la tomé y le tiré de nuevo a la cama, quería jugar un poco, comencé a besarla por el cuello y le pregunté. Harper: Tienes que aprender a aprovechar el tiempo ¿Quieres bajar ahora?- dije casi sin separar mis labios de su cuello- negó con la cabeza- tu mandas- comencé a descender, llegué a sus pechos, le quité el sujetador y la camiseta, ella me desnudó a mí, estuve unos segundos jugando con cada uno de sus pechos y descendí un poco más hasta llegar a intimidad, cogí sus brajas y las froté contra su clitoris, su cara era de completo placer- ¿te gusta esto nena? Jess: hmm... - asintió y jadeó contra mi oido.
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Bajé hasta su intimidad otra vez y le pedí permiso para bajar sus bragas, ella asintió, lo hice, estaba completamente desnuda, la admiré durante 10 segundos, ella mordió su labio y yo le lancé una mirada maliciosa. Me pude encima y comencé a masajear su clítoris.
Harper: ¿Estás segura de esto?- dije masajeando más rápido. Jess: No hay nada que más desee ahora mismo, hazlo.
