relatos de un adolescente.

1. Orden.

Que manía la nuestra de ordenarlo todo, creemos que una vida "ordenada", estructurada, planificada; nos va a garantizar la felicidad (que ilusos). 

Quizás, lo que nos mantiene vivos no es ese orden, tal vez lo sea el encanto que rompe con esos parámetros ideales, lo distinto, eso que tanto nos molesta o estorba y trae sensaciones nuevas. Eso que nos duele, porque produce un cambio brusco, eso que nos hace tropezar unas cuantas veces y nos da una lección, eso que nos produce miedo; lo desconocido. 

Quizás el (des)orden es lo que nos hace inigualables, nuestra huella frente a los demás, y eso provoca que las personas más (des)ordenadas causen controversia. ¿Cuántas veces temimos mostrarnos tal cual somos por miedo a la mirada del otro? ¿Cuántas veces dejaste de ser? ¿Cuánto amor propio te falta? ¿Cuál es el canon de belleza alcanzable? ¿Quién sos? ¿Qué sos?

El no cumplir con las regla, el desequilibrarse, el "distinto", no es más que un ejemplo de un orden caótico (y no por eso, menos valioso). Cuestionate, preguntate, animate a ver las cosas de un modo distinto, no tengas miedo de equivocarte (si al fin y al cabo, todo somos humanos), mostrate como sos, no hay nada más maravilloso que eso. No dejes que el orden ideal de esta miserable vida te corrompa, enfrentalo, vencelo. 

                                                                    Sé vos mismo, (des)ordenate.