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Sentía algo de frío por lo cual tomé mis sábanas y me tape, acurrucandome en ellas. Sin embargo no volvía a conciliar el sueño. Le dí la espalda con mi cuerpo a la pared y ví a Mike. Me sobresalté un poco al ver que se encontraba inmóvil mirándome fijamente.
- M-Mike.- dije sin mas.- ¿Qué haces?.- apenas pude pronunciar aquello, Mike habia introducido en mi boca una galleta con chispas de chocolate.-
- No quiero que te vuelvas a desmayar por la presión baja.- ¿Presión baja? ¿Eso le hicieron pensar mis padres a Mike?.-
- Es más estrés emocional Mike.- musité mientras me sentaba en la cama y sostenía mi cabeza con mis manos.-
- ¿Qué es el estrés emocional?.-
- No creo que sea algo de lo que te preocupes en mucho tiempo, tranquilo.-
- ¿Es lo mismo que siento por que te vas a ir?.- Afligido. Mike me hace ver eso en sus ojos.-
- Mike.- suspiré y tomé, con una de mis manos, una de sus mejillas, acariciándola.- Se que aún me quieres aquí, y que te preocupas por eso. Pero yo tengo la última palabra sobre todo esto... Te daré una respuesta cuando este segura.-
- Está bien.- hablo mientras miraba con desgano el suelo.-
- Espera.- el volvió sus ojos a mi.- ¿Qué hora es?.- con sus pequeñas manitos tomo mi celular que se encontraba muy a su alcance y me lo tendió.- ¡Oh mierda! ¡Ya casi van a ser la una!.-
- ¡______! No debo repetir malas palabras.-
- Pero siempre lo haces...-
- Quiero tratar de cambiar.- ví como se alejaba y desaparecía por la puerta.-
¿Verdaderamente el queria cambiar?
Te juzgué mal hermanito... espero poder compensartelo algun día...
Sin darle más vueltas al asunto me levante rápidamente y agarré lo primero que encontre cerca. Iba tarde y si quiero estar bien emocionalmente, ádemas de no ser intimidada, debo encontrarme con aquella persona misteriosa de los mensajes.
Recuerdo bien el lugar, al dirigirme a el empece a dudar ¿Y si realmente me estoy metiendo en la boca del lobo?.
No, no hay vuelta atras _______
Al encontrarme fuera de aquella tienda me recosté en una de las paredes, esperando lo peor, me impaciente. Estaba vacilando si en irme o no. En el momento en que doy media vuelta para marcharme, alguien toca mi hombro.
- Perdona la tardanza.- esa voz ¡Oh dios, conozco esa voz!.-
- ¿L-Lisa?.- aquella peliroja me miró con una sonrisa ladina. Esto no iba a ser nada bueno.-
- Tenemos que hablar ______.- esto me confunde.- Al parecer no tomas enserio lo que te digo.- a todo esto aun tenia su mano en mi hombro. Apretó su agarre.-
