Capítulo 12

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Chat Noir se adentró por completo en la habitación. Quitó sus gafas y la capucha, para luego bajar a la primera planta. Buscó con la mirada a Marinette, pero no la encontró.

Al final terminó quitándose toda la ropa que traía encima y la guardó en el bolso. Se fue extrañado de la habitación de la chica, con un sentimiento de pesar en su pecho.

Algo entristecido volvió a la escuela y se destransformó, vigilando que nadie lo viera. Tomó asiento en una de las bancas y suspiró.

—Adrien... —llamó Plagg frente a él y este no lo miró.

—Ahora no, Plagg... Sólo quiero ir a casa. —abrió su camisa para que el kwami se escondiera y así lo hizo sin decir media palabra más.

Adrien se puso de pie tomando su bolso junto al deportivo y salió de los camerinos con una postura algo encorvada.

—Adrien. —la voz de Kagami lo detuvo. Se volteó a verla un momento, traía su traje de esgrima puesto y su típica expresión seria en el rostro.

—Dime... —respondió lo más amable que sus ánimos le permitían.

—¿No vas a entrenar?

—No estoy de ánimos para eso, así que... si no tienes nada más que decir, me voy. —sujetó la correa de sus pertenencias dispuesto a marcharse.

—Oye, siento si actué de mala forma la vez pasada. —él se detuvo. —es sólo que no me agradan las personas indecisas y de poco carácter, pero no por eso quiero perder tu amistad. No quiero que ese inconveniente noe aleje.

—No debemos juzgar a las personas antes de conocerlas. —habló por lo bajo, girando su rostro para verla a los ojos sobre su hombro. —Marinette podría sorprenderte si le dieras una oportunidad.

—¿Entonces me perdonas? —Kagami se acercó extendiendo su mano y Adrien la miró un momento para luego girarse por completo hacia ella.

¿Debía perdonarla?, era una buena opción... por más que Kagami mostrara una actitud un tanto fría, no era una mala persona y sólo le faltaba conocer más a Marinette para cambiar su perspectiva de ella.

Adrien no era alguien rencoroso y le gustaba tener amigos. Él no era nadie para negar el perdón a una persona que mostraba arrepentimiento.

—Claro. —estrechó su mano.— aunque realmente no es conmigo con quien debas hablar. En fin, ya me voy. Nos vemos en la siguiente práctica.

—Bueno... Nos vemos. —le sonrió haciendo una pequeña reverencia con su cabeza.

Al menos recuperó una amiga, pero en su mente pensaba que había perdido a otra, o al menos era lo que lograba entender dentro de la tristeza que tenía por su fallida cita con su compañera.

Intentaba no pensar cosas malas, pero le era inevitable. Como Chat Noir muchas veces fue rechazado por Ladybug y ahora sentía lo mismo con Marinette, pero había algo que le daba esperanza... ella le dijo "te quiero". ¿Por qué lo diría si no lo sentía realmente?, ¿quizás lo dijo como un amigo?, no podría saberlo... No hasta hablar con ella nuevamente.

Llamó a Nathalie para que fuera por él al instituto. Le dijo que no se sentía muy bien y que prefería descansar. Sin decir más, la asistente llegó pocos minutos después.

Cuando ya estaba en la mansión, se sorprendió de ver a su progenitor en el vestíbulo esperándolo.

—Padre. —habló mientras se adentraba en la gran casa.

—Nathalie me dijo que te sentías mal otra vez.

—No es nada grave, sólo estoy un poco cansado. —respondió lo más convincente posible, ya que no quería que le prohibiera nuevamente ir a la escuela.

Following The HeartbeatWhere stories live. Discover now