Capítulo 4: Conociendo a la Diva.

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Narra Axl.

Me encontraba bebiendo un poco de licor en el sofá, este día prometía ser igual de asqueroso que los anteriores.

-Axl, ¿pero qué carajos? - escuché al kilometro parado decir mientras se acercaba hacía mi. - ve a quitarte esos harapos, los chicos que harán la audición no tardan en venir y tú en esas fachas.

-Wow, wow, wow. - dije sarcásticamente. - no sabía que venian a verme a mi.

-Eres un idiota. - levantó la voz, y tomó un cojín entre sus largos y delgados dedos. - solo ve a ponerte algo más decente... - respiró hondo. - por favor.

No tenía porqué hacerle caso, estaba en mi maldita casa, en mi maldita sala, e iba a hacer lo que me saliera de los huevos, no lo que un rubio de bote me ordenara.
Aparte, mi atuendo no estaba tan mal como él lo quería hacer parecer, era un pinche dramático.

-¡IZZY, VEN A CALMAR A TU MUJER! - grité fuertemente.

-¡AXL! - reclamó Duff, y me tiró el cojín en la cara - cierra la maldita boca. - rodó los ojos, fingiendo molestia.

A mi no me engañan, ellos dos se traen algo raro.

-Espero estes contento Rose, ya dijiste tu pendejada del día. - parloteaba el pelinegro, mientras bajaba las escaleras. - ahora, podrías dejar de ser un estúpido por un segundo y mover tu trasero fuera de aquí. Tenemos cosas que hacer, y solo estás estorbando. - colocó sus manos sobre sus caderas y fijó su mirada en mi.

-Izzy... -Duff pronunció su nombre con una delicadeza, que te hacía vomitar.

¿Ven que si son bien putos estos mens?

-Bien, ustedes ganan. -levanté mis manos en señal de rendición. - me largo de acá antes de que el estomago se me revuelva más.

Subí de inmediato a mi cuarto, dejando a los tortolitos solos para que hicieran sus homosexualidades a gusto.

Me dispuse a darme un baño, realmente lo necesitaba. Abrí la llave de la ducha, y me metí bajo la fría torrente de agua que caía con cierta presión; la baja temperatura quemaba suavemente mi piel y de alguna manera me tranquilizaba mucho. Enjuagué mi cabello con delicadeza, y proseguí a tallar mi cuerpo gentilmente con la espuma que el jabón generaba al deslizarlo entre mis manos. Tenía mucho tiempo para disfrutar este momento, así que lo hice muy lento.

A veces, solo necesitaba un tiempo completamente solo.

Después de una eternidad, sequé mi cabello, salí del baño y fui hacia mi cuarto; tiré la toalla que cubría mi cintura y me dispuse a buscar algo de ropa cómoda. Me decidí por un pantalón negro un poco ajustado, una camiseta que me quedaba grande y a la mierda la ropa interior, no estaba de ánimo para lidiar con ella. Mi cabello seguía un poco húmedo, pero no importaba realmente, ya que el secado natural me sentaba mucho mejor.

Me reintegré a la sala donde Izzy estaba sentado en uno de los sillones, jugueteando con su guitarra. Duff al parecer permanecía en la cocina, bebiendo Vodka como si no hubiese un mañana.

Estaba a punto de sentarme en el sofá, cuando el timbre sonó.

-Ve tú, Axl. - dijeron ambos al mismo tiempo.

-¿Qué?, ¿yo, por qué? - me quejé.

-Porque estás más cerca, duh. - respondió Stradlin sin siquiera levantar la mirada.

-Genial, son los amigos de la Jirafa desabrida y yo debo recibirlos. - mascullé.

Abri la puerta sin ganas, y me sorprendí un poco con la apariencia de ese par. Por un lado, un rubio hiperactivo que parecía que en cualquier momento explotaría de emoción, por el otro un misterioso moreno con rizos que cubrian la mayor parte de su rostro.

Te odio, Axl. | Slaxl |Where stories live. Discover now