FALL FOR YOU.

Capítulo 31.

·Jackson Memorial Hospital, Miami.

Estoy en la habitación 373, planta 3. Observación.

Le acaban de realizar a Alli múltiples análisis para poderle diagnosticar el problema que tiene. Ella me habla como si nada le hubiera ocurrido. Como si no hubiera podido ahogarse en la piscina. Gracias a Dios que eso no ha ocurrido, bueno... gracias a Joseph.

—¿Ves lo que conlleva no comer, Allison?-

—No ha sido nada James, solo un simple mareo.-

—Hubiera sido un simple mareo si lo que te lo hubiera causado hubiera sido el calor, ¡PERO NO! ¡HA SIDO POR NO COMER! ¡Y ENCIMA DE TODO EN LA PISCINA!-le grito.-¡NO HA SIDO UN SIMPLE MAREO!-

La puerta de la habitación se abre y los ojos se Alli se dirigen a ella. Tarda un instante en darse cuenta de quién está ahí, sus ojos se humedecen.

·Narra Alli.

Mientras James me reprocha cosas que ni siquiera estoy escuchando oigo como se abre la puerta. Desvío la mirada hacia la puerta y noto como mis ojos se humedecen.

—¡PAPÁ!-digo entusiasmada. Hubiera salido de la cama corriendo si no fuera por todos estos cables que llevo pegados a mi cuerpo.

—¡Cariño!-se acerca a mí y me abraza fuerte.-¿Cómo estás?-me pregunta preocupado.

—Genial papá, ahora genial.-

—No llores cielo,-quita una lágrima de mi mejilla y me abraza-estoy aquí para cuidarte.-

—Yo también he venido a cuidarte, mi amor.-añade Elissabeth intentando acercarse para acariciarme.

—No te atrevas a tocarme.-le digo desafiante.

—Eh,-me tranquiliza mi padre-¿desde cuándo ese genio, Alli?-

—¿CÓMO QUE DESDE CUÁNDO? ¡PAPÁ! ¿ESTÁS CIEGO?-

—¿De qué me hablas cariño?-pregunta.

—Alli...-intenta calmarme James.

—Hola James.-le saluda mi padre dándole la mano.

—Hola señor Hastings.-dice James algo cortado.

—James, ¡por favor! Llámame Marcus, estamos en confianza.-ríe. James asiente.

—¡PAPÁ! ¡TE ESTOY HABLANDO EN SERIO!-le miro a los ojos-¡LO ÚNICO QUE HACE TU SECRETARIA ES TRAERNOS PROBLEMAS!-

—¿Qué está pasando aquí?-dice un hombre entrando a la habitación con una bata blanca. Es el médico.

—No es nada.-ríe mi padre.

—Bueno señorita Hastings, yo le aconsejaría que no se alterara mucho, al menos durante una semana.-

—¿Tiene los resultados de las pruebas?-pregunta James.

—A eso venía.-añade el doctor.

—Díganos.-dice mi padre.

—Bueno, la señorita Allison padece anemia.-

—¿Anemia?-pregunto.

—Sí, sufre el llamado "empobrecimiento de la sangre". En su caso es leve por lo que padece anemia parcial, ya que su sangre solo disminuye de algunos elementos que usted necesita. No es una enfermedad extremamente grave, pero si le sumamos que según los análisis que le hemos realizado padece principios de anorexia... podría llegar a ser preocupante.-se explica.