Chica Rural [EN PROCESO]

¡TODO COMIENZA!

MILAN STAND PATHERSON

Vivir en un rancho no es algo muy lujoso ni cómodo...para otras chicas, pero para mi no, para mi vivir en el rancho "FRACTURE" es lo mejor del mundo. Aquí puedes ser libre, cabalgar y jugar con las cabras y los corderos, alimentas los bebes de los animales y el aire choca con tu rostro.

-Vamos Ling- él comenzó a trotar, {Ling es su caballo}.

-¡Espérame Milan!- gritó mi omma {omma: mamá en coreano} mientras cabalgaba hacía mi.

-Dile a Monto que se apure- el caballo de mi omma era rápido, pero solo cuando quería.

Cabalgamos una hora y media hasta llegar al rancho, mi padre nos esperaba en la puerta, tenía un semblante serio, conozco sus expresiones, siempre pone esa cara cuando algo no le agrada. Bajé de Ling y caminé hacía él, su expresión cambió a una muy nostálgica, como si extrañara algo.

-¿Pasa algo appa?- {appa: papá en coreano} no dijo nada y señalo la puerta para que entrara.

Solo pude ver como mi omma y mi appa discutían de algo, era una discusión pacifica, pero sus semblantes eran preocupados. Entré y miré hacía todos lados, mi mirada paró en uno de los sillones, donde un chico, bien vestido, con lentes oscuros y un sombrero negro que tapaba su rostro, miraba su celular. Me exalté un poco, pero el seguía enfocado en su móvil, al parecer nada estaba a su alrededor, solo estaban él y su teléfono.

-Disculpa- seguía enfocado en su aparato,- disculpa, oye- seguí intentando que me prestara atención, pero la efectividad de mis actos era nula, y exploté-¡¡OYE!!- y por fin dejó de teclear, pero no con la expresión que yo esperaba.

-Que irritante eres- seguía enfocado en su teléfono.

-No se si a ti también, pero a mi me gusta que la gente me mire cuando les hablo- solté enojada.

-¿Que qui...- se quedó quieto mientras me miraba muy serio.

-¿Que, nunca has visto otra cosa que no sea tu teléfono?- dije con sorna.

-Ja, que graciosa, no, pero nunca eh visto ninguna chica que tenga tanto potencial para ser modelo- sonrió levemente.

-¿Modelo?- pregunté extrañada.

-Tus padres no te lo han dicho, bueno supongo que tendré que hacerlo yo- dio un leve suspiro- seras mi nueva aprendiz de modelo, seras una de las 9 musas, eres la número 9- dijo mientras sonreía.

-¿Qué? ¿Y cuándo acepte eso?- me acerqué exaltada.

-No debes hacerlo, ya esta decidido, mañana nos iremos a Francia-pausó- a menos que quieras que tu rancho le pertenezca a la empresa de modelos de mi familia- sonrió con algo de sorna.

-¿Cómo que de tu empresa?- ¿Había escuchado bien?.

-Si, las escrituras de este rancho fueron compradas por mis padres hace 20 años, pero como tu madre fue una de nuestras mejores modelos en la industria del modelaje le regalaron el rancho- lo interrumpí.

-¿Mi omma, modelo? deja de mentir- lo apunté.

-Oh, vienes de Corea, supongo que del sur, yo suelo ir mucho allí, allí están los mejores modelos masculinos de todos; y si, tu madre fue modelo antes de tenerte a ti, yo no la conocí en sus años de modelaje, pero dicen que era como un ángel volando sobre la pasarela, tenía el mejor cuerpo, todos los conjuntos se le veían bien, me da lastima saber que dejó todo eso para estar en este "lugar"- miró a su alrededor algo disgustado.

-Vienes a mi casa, me dices que ahora le pertenezco a una empresa de modelos, me dices que mañana iremos a Francia, inventas que mi omma era una modelo, y todavía te atreves a insultar mi hogar, una persona tan...tan horrible como usted no debería ser maestro de modelaje- de verdad estaba muy enojada, debo dejar de enojarme así, el doctor dijo que si otro ataque al corazón me llega a pasar, podría ser mi ultima acción en la vida, ya que sufro de una enfermedad extraña del corazón, no puedo tener emociones muy fuertes o podría morir según los médicos que me han revisado.

-Ja, que malagradecida, estoy ofreciéndote un trato y tú dices que no debería ser maestro de modelaje, después de todo, lo mejor será que el rancho sea de mi familia, para que lo quiere una chica tan grosera- se dio la vuelta y caminó a la puerta, me quedé meditando sobre la situación, debía hacer lo posible por salvar nuestro rancho.

-De acuerdo, ¿A que hora mañana?- pregunté siendo derrotada.

-A las 7:20 a.m- no lo vi, pero juraría que había sonreído.

Esto sería un horror.