Pide un deseo

Capítulo 1

La gente pide deseos a estrellas fugaces pero...

¿Cómo empezó todo?

Esta no es una historia cualquiera, todo lo que salga en ella es obra del destino.

Algunas personas piensan que es algo bueno pero otras que es algo horrible. 

Una de leyendas dice que cuando cae una estrella fugaz el reino de los cielos se abre para los mortales ¿Será cierto?

Vayamos a la época de los padres de nuestra protagonista.

Adalia necesitaba saber los secretos del universo, leyó todo lo que pudo y se le quedó de por vida, pidió tantos deseos, primero en la vela de su pastel y luego a las estrellas fugaces.

Blaz quería nutrir más su cerebro, leyó más y más hasta que deseó todo el tiempo.

Adalia se enamoró de Blaz por su inteligencia y ganas de comer el mundo.

Blaz de enamoró de Adalia por ser ambiciosa y vencedora.

Se casaron y tuvieron dos hermosas gemelas.

Así que su deseo se cumplió.

Vayamos a la actualidad.

Aitana y Alana tienen ya están a punto de cumplir nueve años de edad.

Aitana nació el día 11 de noviembre, siendo precisos a las 11:30 de la noche.

Y Alana nació el día 12 de noviembre, siendo precisos a las 12 de la noche.

Las dos crecieron en un ambiente realmente mágico, sus padres les enseñaron a pedir deseos, deben adquirir su conocimiento, primero con las velas del pastel.

Oh, esas velas.

¿Realmente cumplen deseos?

Aitana sonríe frente a las velas de su pastel delicioso de tres leches, junto a sus padres y su hermana gemela Alana.

—Pide un deseo, preciosa- Su mamá dice con voz dulce, impaciente.

—Lo que más desees en el mundo- Su papá dice con voz alegre, sonriendo.

Aitana claro que lo hace.

¿Y se le cumplió?

Vayamos a unas semanas después.

—¿En serio sacaste buenas notas?- Alana pregunta, impresionada.

—¿Qué te puedo decir?- Aitana sonríe con cierto aire de superioridad.

—¿Cómo lo hiciste?- Alana sigue impactada, nunca se imaginó a su hermana sacando 10 en cualquier materia que no fuera ciencias naturales.

—Si pides un deseo se te debe cumplir, eso es lo que pasó- Aitana da media vuelta y corre para dentro de su casa.

Alana se quedó un rato afuera, pensando en la cara de mustia de su hermana, y sin querer, Alana pidió ser más inteligente que su hermana.

¿Y se le cumplió?

Alana ya era inteligente, no necesitaba tener mejores notas, ya lo hacía, lo que tenía sin darse cuenta era envidia, ya nadie se enfocaba en sus calificaciones altas.

Alana con sólo 9 años, sentía que ya nada tenía sentido.

—Aitana ¿Por qué tus deseos siempre se vuelven realidad y los míos no?- Alana pregunta de repente, a media comida, muy triste.

Aitana levanta la vista de su plato de carne y vegetales, tan sólo sonríe.

—No lo sé, será que yo lo deseo tanto que se vuelven realidad- Aitana alza la ceja, pero al ver la cara de su hermana, se ataca de la risa-. Lo siento pero es la verdad.

—Que graciosa, hermana- Alana alza la cabeza y se da media vuelta, intentando no llorar.

En todo el camino a su cuarto sólo piensa "Deseo que Aitana no tenga una vida feliz"

¿Y se le cumplió?

Claro que no, Aitana primero deseó protegerse de cualquier maldición.

O tal vez aún está en proceso de volverse realidad...