Una salvada que devuelve a la realidad hasta al más mínimo distraído, una salvada que hará que Tn se enamore de aquel chico con cabellos color crema y un increíble tiro... el cual, en cierta manera, la salvó.
Iba caminando por el parque, cuando unos chicos se me acercaron, los reconocí al instante, son unos matones, los conozco porque van a segundo de primaria y yo voy a primero, siempre están molestando a alguien de mi clase.
Hola ______ - me dijo mirando a mis ojos.
Hola - dije cortante y fría, pero en realidad tengo mucho miedo.
Podrías venir con nosotros - dijo sonriente mientras acercaba su mano a mi brazo.
Suéltame - le pegué en la mano para que me soltara; pero solo sujetó con más fuerza.
Es inútil que me pegues - sonrió y apretó mi brazo con más fuerza.
Suéltame, me haces daño - lágrimas cayeron de mis ojos.
Ese es el punto - dijo apretando aún más fuerte.
De repente un balón de fútbol se estrelló en la cara del chico, éste me soltó y cayó al suelo, los otros dos salieron corriendo asustados.
No... No me hagas daño - dije atemorizada.
Lo siento si te asusté - levanté la vista y ahí estaba, un niño peliblanco - ví que te estába lastimando y no pude contenerme.
Da igual - sonreí - gracias por ayudarme.
No hay de qué - extendió su mano hacia mí - toma mi mano.
Sí - tomé su mano, está templada ni muy fría ni muy calida.
Soy Shuya Goenji - dijo haciendo una sonrisa de oreja a oreja.
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