🖤harry potter one shots🖤

📚biblioteca/pansimione📚

Sus manos se deslizaban por las estanterías, tocando los lomos de todos los libros. Caminaba de aquí para allá, matando el tiempo mientras esperaba a Hermione. Al fin, la "prefecta perfecta" como Pansy la llamaba, llegó corriendo, cargando un volumen que parecía extremadamente pesado. Paso por el mostrador, dejó el libro y volvió a emprender la carrera en dirección al pasillo treintaitres.

Pansy paró al ver que su novia llegaba a su encuentro.
–Ya estoy aquí– anunció Hermione y le plantó un pico en la boca. Las dos chicas se sentaron entre los libros, acurrucadas.
–¿El resto del trio de oro sabe que estas aquí?
–Claro, les he dicho que iría a la biblioteca– Pansy la miró dando a entender que no se refería a eso.
–¿Y saben con quien estas?–Hermione dirigió su mirada a la librería que tenia en frente, evitando los ojos verdes de Pansy.
–Solo Harry...

Pansy se enderezó y cogió a Hermione por las mejillas, sujetando su cara. Esta tenia los ojos llorosos pero aun así clavó su mirada en la de ella, con tanta intensidad que Pansy sintió que estaba haciendo mal al no dejar de mirarla, como si estuviera privando al planeta de la octava maravilla del mundo.

–Te quiero– dijo la Slytherin y era la primera vez que se lo decía en serio a alguien. La voz le tembló de la emoción y de pronto fue consciente de lo que acababa de decir. Por supuesto que la quería, ¿pero, y si se había adelantado? ¿Se suponía que debía decirle eso o era demasiado pronto? No quería cagarla, con ella no.

Hermione le mantuvo la mirada, con la boca abierta por la sorpresa y ella se miró los zapatos temiendose lo peor.

–Quiero que todo el mundo sepa que eres mi novia, Pansy– dijo de pronto Hermione con una sonrisa.
–¿Y Weasly?
–Lo superará– y acercó sus labios a los de ella, lentamente. Hermione sentía que protegía un tesoro cuando se giró para colocarse a horcajadas sobre Pansy, ella era su tesoro. Por mucho que se hiciera la diva, Hermione derribaba todas sus barreras.

Cuando se veían por los pasillos, fingían que se odiaban, o simplemente se ignoraban. A ojos de todos, eran dos alumnas enemistadas sin mas. Ellos no notaban como se aceleraba el corazón de Hermione cuando veía a Pansy de lejos. Ni notaba como Pansy clava su mirada en Hermione, tratando de resistir el impulso de sonreír ante las maravillosas vistas.

–Muffliato– susurro Greanger y sonrió pícaramente a Pansy. Ella le devolvió la sonrisa y besó sus labios como si su vida dependiese de ello y al separarse se deleitó mordiendo sus labios mientras su mano se perdía en la cabellera morena de la chica.

Hermione atacó su cuello y Pansy mordió su hombro para reprimir un débil gemido hasta que recordó que Hermione había hecho el hechizo silenciador.

Tanto el cuello de Pansy como el de Hermione estaba marcado cuando un alumno de tercer curso, que buscaba un volumen de trasformaciones, llegó al pasillo treintaitres. El chico, de ravenclaw, se quedó mirando a las dos chicas que pararon y se quedaron también en silencio.

Sin embargo este silencio no duró mucho ya que Pansy lo rompió diciendo:
–¿Que? Nunca creiste que alguien como yo cazaría a alguien como Greanger ¿verdad?– con su clásico tono divertido y sarcástico. El chaval se limitó a negar con la cabeza y salió de allí visiblemente incomodo.

Las chicas se levantaron y intentaron arreglar su uniforme. Se abrocharon todos los botones, se alisaron las blusas y se arreglaron las corbatas. Hermione anuló el encantamiento silenciador y antes de salir del pasillo cojidas de la mano Pansy la paró para darle un beso.

Una voz familiar surgió de entre las estanterías. Ron y Harry asomaban las cabezas por las estanterías, en los huecos en los que faltaban libros, mientras que Draco se apollaba en la misma estantería.
–Así que esto es lo que hacías en la biblioteca Greanger...– dijo Malfoy riendo y Pansy rodó lo ojos con una sonrisa mientras que Hermione se ruborizaba un poco.
–Debe de ser la primera vez que viene a la biblioteca y no es para estudiar– rió Ron.

–Creeme, no es la primera vez– contestó Pansy sonriendo y, cojiendo la mano de su novia, ambas salieron de la biblioteca muy juntas y con la cabeza muy alta.