Malcriado ( yaoi/gay) FINALIZADA

Capitulo 5: Un mal sueño (E)

Cuando abrí los ojos por la madrugada, esperaba encontrar al tímido Dante aun aferrado a mi espalda, pero para mi desgracia eterna se encontraba de pie a mi lado mirándome mal.

- ¿paso algo?- apretó los puños y frunció el entrecejo con la cara enrojecida.

- !eso quiero saber!- grito tirando de las cobijas - !que diablos haces en mi cama!- reprocho aun sin dejar de gritar, Que demonios le sucedía ahora.

- Pero...pero tu tenias miedo y me pediste que me quedara- me senté alarmado pensando que tal vez fue mi culpa por andar por ahí sonámbulo o algo así.

- Eso dije si... Pero mira - se acerco a la ventana con la cara siniestramente molesta- ya paro de llover, además estaba medio dormido y no sabia bien que decía - decía con las mejillas rosadas y pensaba en lo que decía con detenimiento.

Enserio parecía confundído, tal vez era mi culpa por tomarme tantas libertades.

- no entiendo - me levante - pero prefiero no pelear- dije para luego casi salir de la habitación para decirle algo antes de salir - entones ¿no escuchaste lo que te dije?- abrió los ojos levemente mientras ponía su mano en su barbilla pensando.

- Hum, no verdaderamente - me miro desinteresado - Y a todo esto, es mejor no involucrarnos si te iras de todas formas.

Eso era verdad, y aún así de todas formas dolía, de todas formas nunca nadie me escuchaba.

Comenzó a meterse a la cama mientras murmuraba cosas aunque de todo lo que decía solo una frase me llego a romper en pedazos.

- preferiría que fueras mujer- supongo que no pretendía que lo escuchará, así que apague la luz y salí de su habitación para ir a la mia.

Jamás me había tomado la molestia de detenerme a pensar que querían los demás o que sentían.

Toda mi adolescencia se trataba de mi y de lo que yo quería, nunca pude ver a mi padre, y mi madre tal vez esté en cama, y aún así no me digno a ir a verla.

Cuando al fin salio el sol yo ya estaba sentado en la sala, esperando a que todos despertaran en el comedor

Al escuchar unos pasos por el pasillo acercándose a donde yo estaba.

Mi corazón se acelero y por ello tome rápido de mi taza de café para levantarme a lavarla y no ver a Dante a los ojos.

Parecía un adolescente nervioso por ver al chico que le gustaba.

- oh eres tu guapo - la voz del primo de Dante me asusto un poco, Haciéndome sobresalté.- soy Edwin - sonrío, parecía alguien amable - dime - se acercaba mas a mi - que tienen tu y ¿Dante?- me arrincono a la barra de la cocina donde estaba lavando la taza, era de mi altura así que lo veía de manera tenebrosa.

- s.solo soy su niñera- me excuse y el me miraba dudoso.

- eso espero, porque el es mio - me tomo de la corbata acercándome mas a su rostro - si llegas a tocarlo juro que...

- buenos días - dijo Dante entrando a la cocina viéndonos en aquella posición incomoda- perdón por interrumpir- dijo cambiando su expresión - los dejo solos - dijo sin cambiar su desinterésada expresión  saliendo de el comedor.

- Diablos - dijo Edwin soltandome bruscamente mirando por donde se había ido Dante.- Te lo advierto - me miro de reojo-  el es mio- dicho eso salio del comedor hacia la cocina y yo tras Dante, quien se había subido a un coche y su chófer para salir, ignorando mis gritos de que esperara.

Solo enpeoraban mas cosas entre nosotros, y mañana entraría a la preparatoria, yo...quería ayudarlo.

Pensé en su primo, que quería de el exactamente, actúa diferente cuando estamos solos.

Debía averiguar que era todo esto.

Narra Edwin.

Mire por la ventana como Dante tomaba un auto.

Lo volví a arruinar, nunca lograba hacer las cosas bien, ya que el miedo de que el superará todo antes que yo, era gigantesco.

Odiaba el pensar que podría abandonarme, Que consiguiece amigos.

Lo cual no podía permitir, el y Erik eran solo míos.

Dejé de mirar a la ventana y subí a mi habitación, no podía ver en estos momentos a ese niñero, lo odiaba, lo odiaba demaciado y quería que desapareciera, sin embargo, hoy no podía hacer nada.

Por suerte Dante se había enojado con el, así que podría irme hasta que las cosas se calmaran, comencé a rebuscar entre los cajones, recogí mi ropa y la puse en mi maleta, llame a mi chófer  y salí de la casa sin avisar a nadie.

Al esperar a mi chófer, miraba mi celular, aunque no tuviera que ver, en realidad ni siquiera le daba el uso a un celular tan costoso, solo lo utilizaba para llamar a mi chófer, y a los únicos lugares que me llevaba era a la licorería y a casa de Dante y Erik.

Sonreí amargo, Ellos eran solo para mí y eso era evidente.

Narra Dante.

Al momento de salir de la casa, el mayordomo me entregó una carta que hiba dirijida a minkus.

La mire dudoso mientras miraba por la ventana, había comenzado a lloviznar y la luz de las lámparas resplandecía entre las gotas.

- ¿A dónde vamos señor? - preguntó el chófer mirándome por el retrovisor.

- Vallamos a beber algo - le dije con una sonrisa.

- supongo - dijo no muy convencido pero sabía que contradecirme no servía de nada.

Abrí la carta encontrándome con una hoja llena de escrito.

Supuse que como siempre, huiste de tus problemas cariño, lamento todo lo del pasado, por favor regresa, prometo ser mejor, y darte todo lo que algún día te faltó, Por siempre y con amor.

Mi numero telefónico es **********

Lo sabía, un amorío más, arrugue el papel metiéndole en mi chaqueta.

Aún era temprano para beber, así que le pedí que desviara a una cafetería.

- vamos, desayuna conmigo - le dije bajando del coche a lo que el asintió y se bajó entrando conmigo a la cafetería.

Nos sentamos y pedí waffles y leche.

Y el solo un café, los adultos eran aburridos.

- ¿Minkus también te a cojido a ti? - pregunté directamente a lo que él arrugó las cejas.

- no, ¿debería llamar a la onu? ¿Le hizo algo?

- No, no soy presa fácil.

- No se si debería preocuparme - confesó sin creerme.

- Después del café ¿podrías comprarme un celular?

Pedí a lo que el solo asintió con una sonrisa.

Sin más tomo su café y se marchó dejándome desayunar en soledad.

Cuando por fin regresó, tomé mi celular nuevo.

Habría mucho que investigar.