WHERE I BELONG?

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SeokJin debió suponer que JiMin no se quedaría con los brazos cruzados al decirle su nombre

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SeokJin debió suponer que JiMin no se quedaría con los brazos cruzados al decirle su nombre. No era precisamente un amargado, pero cuando la pelota llegaba a sus pies siempre tenía que escuchar una bolsa de preguntas explotando en sus oídos. En otras palabras, JiMin nunca dejaba de preguntar.

Con toda la paciencia que podía crear al momento de patear la pelota, correspondía con una sonrisa falsa y varias respuestas cortas. SeokJin sentía que sus mejillas dolían y el sudor de su frente era tan incómodo que simplemente no quiso poner energía en calmar al niño.

—¿De dónde vienes? —gritó JiMin al recibir la pelota, y con mucha demasía la pateó.

—Vengo de Anyang.—contestó levantando la rodilla para frenar la caída de la pelota. Dejó que cayera y la pateó nuevamente.

—¿Anyang? ¿Dónde queda?

—Por el norte, cerca de Seúl.

Cuando oyó el nombre de la capital, JiMin se emocionó y golpeó la pelota mucho más alto, aterrizando más allá de la acera.

—¡¿Seúl?! ¡Una vez-! —Vio como la pelota caía en los arbustos de la casa del señor Oh, y tragó en seco porque ese señor era temible para el niño de once años.—Oh, oh. Oh... voy a buscar la pelota, je... je...

SeokJin, mirando también por aquellos arbustos, hizo una mueca de resignación y abanicó su mano diciéndole que él lo haría.

—¡Gracias, gracias! —dando muchas venias, el niño sonrió tanto que mostró uno de sus dientes superiores faltantes, presidiendo una apariencia tierna.

SeokJin se encogió de hombros, indicando que no era nada. Partió a buscar la pelota, y para la sorpresa de JiMin, no le sucedió nada.

—¡Vaya, qué cool!—dijo apenas tomó la pelota de las manos de SeokJin.—¿Qué más puedes hacer?

—¿Uh?—emitió perplejo.—Eh, no soy tan así.—se sonrojó, puso su mano tras su nuca dando un masaje y rió nervioso.—Pero si lo dices así... Probablemente sí, heh.

—Tengo sed, hyung. —comunicó dejando la pelota en el suelo, y revisó sus bolsillos. Suspiró al ver que no tenía nada de dinero.—Hyung, quédese aquí. Voy a ir a mi casa y sacaré dinero de mi alcancía para que nos tomemos unas bebidas.

—Pero no es necesario.—balbuceó SeokJin, impactado ante las acciones de JiMin.

JiMin no aceptó su rechazo y hizo un berrinche, mostrando un puchero en sus labios.

—¡No, hyung! —exclamó dando un puntapié al pavimento.—Hyung es el único con quien puedo jugar, aquí sólo hay niñas. Y no porque mi mamá me haya puesto nombre de niña, signifique que yo deba jugar con niñas.

SeokJin dio una carcajada por el reclamo de JiMin y en su mente, sabía que tenía motivos de hacer berrinches.

—No es eso.—habló un poco más calmado.—Es que pronto mi papá traerá al señor Kang para que me haga unos exámenes.

HAVE YOU (missed me)? 『JINMIN』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora