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—¿Qué pasa con el anticristo?

Dean presentía que la conversación tomaría un torno inesperado cuando pronunció aquello, pero jamás creyó que sería tan inesperado.

—Se está poniendo al día con mis viejos DVD de fantasía, —comenzó a decir, aclarando su garganta en medio de la oración.— así que estaba pensando que podríamos dejar a Jack.

El cazador detuvo lo que estaba haciendo para encarar a su hermano menor con mirada sospechosa. —¿En serio?

—Sí. —Sam fingió aquella espontaneidad.— Pusimos seguridad extra, él estará bien. ¿Cuándo fue la última vez que trabajamos juntos en un caso, solo tú y yo?

Aunque al hombre le costará admitir, tuvo que deja salir su mirada agotada. Él adoraba trabajar con su hermano cazando monstruos pero últimamente siempre había alguien con ellos. Desde luego que eso no le molestaba en absoluto, pero extrañaba cantar a gritos con su hermano menor en el asiento delantero del impala.

—Ha pasado tiempo.

Él sonrió. —Exacto. ¿y, bien?

Dean sabía que cuando Sam hacia de su responsabilidad, a algo o a alguien, no se detenía en pensar en su poca protección, siempre sentiría aquella voz en su cabeza que esta para susurrarle lo mucho que debería preocuparse de su responsabilidad porque todo recae en sus hombros. Así que cuando Sam salió de la sala en la que estaban, el cazador mayor hizo su llamada a la adolescente más nueva del catálogo de Jody. Al parecer, tras hablarlo con Sam por un largo tiempo acordaron que, si alguna de las tres protegidas de Jody podría parecerse a los Winchester, sería ella.

Sioux Falls estaba a seis horas de Lebanon, aún así la puerta se abrió de par en par tras unas cuatro horas y media después de la llamada. Las multas por máxima velocidad valían la pena si la chica podía sentir el aire volar su cabello con tanta potencia que al mismo tiempo creía que la piel se despegaría de su esqueleto.

La puerta estaba sin cerradura, usualmente se preocuparía pero Dean le había advertido que la dejaría abierta por si ellos no se encontraban cerca para dejarla entrar. Asumió que estaban empacando para irse y así era, el mayor le había dicho que partirían luego de una pequeña siesta pero todo el mundo sabe que Dean Winchester no toma pequeñas siestas así que aún después de haber encontrado el caso hace cinco horas, todavía no habían dejado el búnker.

Los curiosos ojos color verde corretearon alrededor del lugar en busca de nuevos datos que acumular, fascinada por todo aquello se aproximó a la mesa más cercana a ella. Interesada en lo que se hallaba frente suyo, decidió tomarlo entre sus manos y se arrepintió al instante en que lo hizo.

—Debo advertirte que Dean se pondrá furioso.

Las manos de la cazadora actuaron más rápido que sus pensamientos, apuntando en la cabeza al adolescente frente suyo con un arma que tenía escondida en su pantalón al mismo tiempo que soltaba un alarido demostrando lo espantada que había quedado.

Pasos rápidos se oyeron hasta que los Winchester se dejaron mostrar a un lado de la escalera con preocupación en sus facciones.

—¿Rory? —Sam frunció su nariz, tornando su cabeza a un costado.

—Claro que el idiota de tu hermano no te contó. —gruñó la nombrada apretando su mandíbula al igual que manteniendo fijo el arma en la cabeza del chico.

Jack en el mientras tanto había dedicado su tiempo, siendo apuntado con un arma de fuego, a admirar a la chica que sostenía aquél arma. Por la forma en la que entró despreocupada pero luego se puso firme cuando Jack la asustó demostró que era una cazadora principiante. El afecto por los Winchester, quienes doblaban su edad y la observaban con notable cariño correspondido, era porque ellos eran los mentores que le habían enseñado gran parte de ese mundo a la cazadora. Su apariencia parecía no importarle demasiado debido al poco esfuerzo por lavar o planchar su ropa pero realmente le importaba porque su corte de cabello, del mismo largo que Sam, era adornado con un flequillo que debía de ser recortado por una peluquería solamente así que aquello daba a relucir que sí tiene problemas con el autoestima como todo el resto.

La información fue sacada a base de los pensamientos de Jack tras mirarla fijamente por lo que sería probablemente minutos. Las series televisivas de detectives que Sam le había mostrado quizás habían afectado levemente su forma de pensar las cosas.

—¿Y éste quién es? —el comentario grosero no pareció afectarle al chico pero si a Dean, quien rodó los ojos y quitó de un tironeo la pistola de sus manos

—Hola, soy Jack. —estiró su mano con una sonrisa, a la cual la chica respondió poniendo la suya y esperando el movimiento del chico, el cual nunca llegó ya que la cara se le deformó completamente. Con vergüenza pronunció: —Realmente no sé qué hacer luego de aquello, nunca había llegado tan lejos.

La llamada Rory explotó en rosas después de lo que parecieron horas pero fueron realmente segundos. Él se alegró, según lo que  Sam le había contado respecto a tratos humanos era que cuando las personas se reían de lo que habías dicho por lo general era porque ibas por buen camino y estar yendo por buen camino con aquella bonita adolescente que parecía interesante logró sacarle una sonrisa.

—Espera, ¿Jack, como el crío de Satán, Jack?

La sonrisa del nombrado cayó tan fácil como había escalado en su rostro. Cuando las personas oían a su progenitor tendían a alejarse del pobre hijo quién no podía hacer nada más que cargar con la reputación de su padre. Al final del día, cuando oían sobre su padre sólo se limitaban a mirarlo con repugnancia o alejarse velozmente con terror en sus ojos.

—Increíble, ¿No habías nacido hacía días? —su cara demostró sus rápidos pensamientos pasando dentro. —Por eso estoy aquí, ¿verdad? Quieren que cuide al niño que no es un niño.

Dean cayó con derrota gravado en su espalda, Sam sólo agradeció a su hermano por el intento. Creían que no iba a aceptar el trabajo pero la verdadera razón era que ella les debía tanto que cuidar a su nuevo hijo adoptivo mientras salían a cazar no parecía una idea del otro planeta... sacando que el niño había nacido hacía una semana pero parecía de veinte años y que era el hijo del mismísimo arcángel que de rebeló contra su propio padre.

La muchacha pasó un brazo por los hombros con un pequeño esbozo de sonrisa. —Ahora, vayan yendo ancianos. Es mi momento de mostrarle a Jack el maravilloso mundo de los juegos de mesa.

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⏰ Last updated: Feb 04, 2019 ⏰

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BUTTERCUP ☞jack klineWhere stories live. Discover now