Capítulo 5

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AZAZEL:

De repente pasaron unas imágenes por su cabeza, desgarradoras. Su abuelo daba su último aliento y su mano, fría, sin vida, inevitablemente, caía de la cama dejando un rastro de muerte y desolación a su paso. Azazel cerró los ojos con fuerza, dejando esos pensamientos atrás y mirando de nuevo al elfo le dijo:

-Deku, deberíamos dormir ya, no puedo mantenerme en pie, como dijiste, aun estoy débil y mi cabeza no ayuda demasiado. (Se levantó de al lado de la hoguera y se dispuso a echarse en la cama)

-¿Has visto algo?...

-No, no... Estoy bien (dijo rotundamente)

-Sé que no está bien (dijo Deku para sí mismo) tengo una impotencia descomunal por no poder hacer nada más por el momento. Todavía... Todavía no se si la plant caelo que dejó mi madre en el altar de Enu sigue allí. Despues de que los saqueadores viniesen... Ya me lo espero todo, ahora, hemos podido recuperar la mitad de la cosecha, solo rezo por que no vengan más. (Se quedó mirando fijo la ventana, sin parpadear)

-Ey, ¿vienes o qué? (Dijo incorporándose de nuevo)

-Uhmmm... Sí, si, ya voy (ladeó la cabeza para evadir sus pensamientos y se dispuso a echarse junto a la elfa)

...

El frío penetrante asolaba el lugar, estaba aun oscuro, muy oscuro y Deku se removió para ponerse cómodo, de repente escuchó un crujido fuera, era extraño, por allí no pasaba nadie. Seguidamente, un graznido, o gruñido tal vez, ensordeció el lugar. Miró a Azazel la cual seguía en un fuerte sueño. Se levantó lentamente para no molestarla y sacó medio cuerpo por la ventana. Miró alrededor de la choza y solo vio la tenebrosa oscuridad seguida de niebla que envolvía ese rincón del bosque. Al no ver nada, se dispuso de nuevo a echarse en la cama, pero esta vez, cauteloso a cualquier movimiento o ruido extraño.

-Desde que esta chica vino, no paran de suceder cosas extrañas, el día que la encontré, vi algo moverse a lo lejos a una velocidad inhumana, mientras lo perseguía, fue cuando la encontré, pero lo que quiera que fuese esa cosa, escapó sin dejar rastro, no quiero mentir, siento miedo, mucho miedo, esto ya no es seguro, ya nada lo es, nadie está a salvo. (Miró a la chica) y... Sinceramente, no creo que el abuelo de Azazel pueda curarse, estando en ese estado... Es prácticamente imposible que, ni siquiera, la plant caelo pueda hacer nada... Pero en fin, tendré fe, no está de más tenerla, con los tiempos que corren, no quiero verla mal por ninguna causa, así que, la ayudaré en lo que pueda.

...

Un pequeño rayo de sol entro por la ventana alumbrando la blanca cara de Azazel, mientras, ésta, se movía para evitarlo. Al no poder, rechistó y se levantó. Miró al elfo, que aún yacía durmiendo plácidamente y lo zarandeó suavemente del brazo para que despertase.

-Deku, despierta, ya es de día, tenemos muchas cosas que hacer.

Poco a poco, éste abrió los ojos y se incorporó.

-Buenos días pelirroja (dijo sonriendo) Vístete y saldremos al mercado, como dijimos.

Los dos desayunaron rápidamente y se vistieron disponiéndose a salir de la casa.
Una vez en el mercado, Azazel miró asombrada todo aquello. Era nuevo para ella, estaba acostumbrada a vivir en la ensordecedora ciudad con tanto tránsito de personas y carros. Aquello era hermoso, era la plena tranquilidad. Las personas intercambiaban alimentos, el ganado ocupaba el sonido del lugar junto con un instrumento, el cual no conocía, que un señor tocaba.

-¿Qué es eso? (Señaló al instrumento)

-¿Eso? (Deku sacó uno igual de su bolsa) es una ocarina, un instrumemto de viento. (Comenzó a tocarla junto con aquel señor y la gente se agolpaba alrededor aplaudiendo y animando a los dos)

Azazel se sorprendió mucho y se sonrojo por aquella escena, lo hacía genial pensó, sintió una pequeña chispa en ese momento.

Cuando Deku acabó, poco a poco la gente fue volviendo a sus quehaceres y los dos elfos retomaron su paseo.
Compraron unas cuantas cosas y las dejaron en la pequeña cocina de la cabaña. Deku decidió hacer unos aperitivos para el viaje ya que no seria demasiado corto. Sus aperitivos a lo grande, a penas cogían en la bolsa
Azazel se rió de él y seguidamente, después de haber descansado un poco se pusieron manos a la obra yendo hacia el altar de la Diosa de los bosques Enu.

El camino fue largo, la maleza se volvía cada vez mas espesa, se notaba que hacía años que no pasaba nadie por allí. Las sombras poco a poco asolaban el lugar, las copas de los árboles quitaban la luz del sol notablemente. Después de mucho caminar, encontraron la fachada de un gran templo. Azazel miró espectante ante tal belleza.

-Es... Grandioso (dijo algo atemorizadaatemorizada echandose mano a la pequeña daga de plata que  llevaba consigo aun.)

-Eres muy precavida, eso me gusta (miró el acto de Azazel). Últimamente, las cosas no son buenas y menos por aquí, debemos tener mucho cuidado. (Agarró su boomerang)

Poco a poco, los dos entraron en ese oscuro lugar alumbrandose de una antorcha que sujetaba Deku. Azazel fue cortando las telas de araña que ocupaban el lugar a su paso hasta llegar cuidadosamente hasta un altar de piedra bajo una animación en la pared la cual parecía ser una mujer curando a un poblado con una hoja.
Deku se aproximó al altar y abrió un compartimento en la piedra, un pequeño destello salió de allí dejandl ver una planta casi blanca brillante la cual iluminaba la habitación. Miró cuidadosamente las hojas, las cuales, no eran abundantes y se preocupó.

-Esto no es bueno. No se quién habrá entrado aquí pero cada vez quedan menos hojas... No puedo dejar que esto acabe. (Cogió una hoja para Azazel y un pequeño tallo que Guardo en la bolsa) ten, cuídala muy bien (se la ofreció a la elfa y esta con ojos llorosos la cogió.

Salieron de allí con mas cuidado aun ya que, era peligroso andar con aquello y al llegar a la cabaña celebraron su vuelta.

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⏰ Last updated: Jan 04, 2019 ⏰

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