Capitulo 1: Riu Nogard.

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"Once awoken. Gods may knell. Devils may cry. And he shall walk the path of supremacy."


Vancouver, una de las ciudades más bellas del mundo. Como cualquier otra ciudad de Canadá, la multiculturalidad de las razas convergía en las calles. No solamente Europeos, también Asiaticos, Americanos y Latinos. Los turistas que observaban la ciudad en lo alto de la CNN Tower podían verlo.

Este Agosto no era extremadamente caliente ni frío. Pequeñas brisas venían del Norte, pasando por el mar, soplando sobre las tierras de Vancouver. Bajo el amanecer, levenataron lo poco que quedaba de niebla, después arremolinandose, retorciendose, alcanzaron una pequeña casa en una de las regiones de Thornhill. Entraron por la ventana y cayeron en un joven hombre que estaba dormido.

Era un hombre delgado, vistiendo una pijama roja. Parecía tener unos dieciciete o dieciocho años. Era alto y su piel era blanca. Sus ojos cerrados parecían tener un atisbo de profundidad. Sin embargo, esa profundidad estaba comuflajeada por una sonrisa que estaba formandose en su rostro.

La brisa del nuevo día llegaba a través de la ventana que se encontraba a un lado de su cama. Desde pequeño siempre le gustó consilar el sueño mientras miraba las estrellas bajo la luz de las constelaciones.

Su nombre era Riu Nogard, un universitario común y corriente. Sus padres desaparecieron desde que tenía memoria. No los recuerda y no sabe quienes son, solo sabe que es adoptado.

El día anterior se había acostado temprano porque sabía que tendría que levantarse para asistir a su primer día de clases en un país ajeno, del cual solo había visto en películas. Su cuarto estaba organizado y limpio. Raro para un chico de su edad.

A un lado de su cama se encontraba un pequeño dragón que tenía incrustado un reloj. En unos instantes, comenzó a sonar con un rugido adorable. Levantó el brazo extendiendolo hasta la figura, presionó su cabeza y el pitido se apaciguó.

Levantó medio cuerpo y se quedó contemplando el horizonte. Una sonrisa se esbozó de su rostro porque había tenido un sueño fantástico. Los sueños solían repercutirle en su estado de ánimo. Y hoy había tenido uno sin igual.

Sintió como una energía serena se distribuía por todo su cuerpo. Se entuciasmó y pensó en todo lo que le esperaría en este nuevo día.

"La hora está mal... otra vez me equivoqué."

Normalmente a un chico de su edad, lo despertaría su madre o su pequeña hermana, o como suele suceder en muchas familias; por el alboroto en las mañanas, sería bastante evidente levantarse sin la necesidad de un despertador.

"Agarraré el sándwich que preparé anoche, ¡Eck!... ¿Dónde dejé mi mochila?"

Mirando el sandwich que tenía en su mano recordó lo que su madre adoptiva le había dicho hace tiempo. Pues un día durante su infancia compañeros de su clase le habían quitado un sandwich.Queriendo intimidarlo por la profunda mirada que tenía y por el desparentezco con su madre que algunos le recalcaban.

Cuando llegó a la casa con moretones y rasguños, su madre le preguntó lo que había pasado y él se lo contó sin guardarse ningún detalle. Fue cuando la madre decidió que era el momento adecuado para decirle la verdad sobre su origen. Y le contó cómo una noche lo "encontró".

Un bebé fue abandonado en las afueras de un internado católico. Una monja que salía de hacer sus responsabilidades por coincidencia descubrió un bebé envuelto en sabanas rojas y en llanto.

Las sabanas ocultaban una pequeña nota en la que estaba escrito el nombre del infante. La mujer llamada Luisa se compadeció del pequeño y decidió traerlo consigo. Desde aquel momento decidió criarlo.

Red DragonWhere stories live. Discover now