Capítulo 12

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Escuché como se reía y me reí internamente.

—¿Qué es tan gracioso? —le pregunté.

—Vos lo sos Gabriel—me dijo entre una risa —Juro que nunca en mi vida había conocido a alguien tan, pero tan...

—¿Lindo?

—Tan...

—¿Hermoso?

—Egocéntrico —afirmó.

—¿Lo soy?

—No sabes cuanto.

—Yo no diría egocéntrico —dije y me acosté en el sillón poniendo mi brazo libre detrás de mi cabeza —Más bien tengo un muy buen autoestima.

—Y una gran facilidad de palabra — para no decir chamuyo, pensó Renato

—Eso es una virtud.

—Si si, ya lo creo —dijo divertido —¿A qué se debe tu llamada?

—Quería cerciorarme de mi teoría —le dije. Lo escuché comer algo —¿Estás comiendo?

—Sí —dijo con la boca llena —Helado.

—¿A esta hora?

—Es rutina —aclaró —Siempre antes de dormir miro alguna película con un cucurucho de helado en la mano. Y si la película es de amor, un paquete de pañuelos descartables.

—¿Lloras?

—Y si —dijo y soltó un suspiro —Hay películas que son... muy lindas.

Guardó silencio por varios segundos, y yo también lo hice. Solo escuchaba su leve respiración.

—¿Mañana haces algo? —le pregunté

—No se, quizás vaya a trabajar. Tengo que sacar las fotos del mes. Y tengo que ver a Javier...

—¿Qué? —pregunté al escuchar su nombre.

—Si, mañana paso a verlo a la tarde. Está engripado, y le prometí que iba a ir.

—Aja, ahora también sos enfermero.

—No lo soy, pero tengo que admitir que soy muy bueno cuidando gente.

—¿Y qué pasó con lo del otro día?

—Ya me olvidé, además, me pidió perdón.

—Perdonas fácil —le dije.

—No, soy bastante rencoroso. Pero cuando su perdón viene de corazón, si lo hago.

Escuché como bostezaba.

—¿Tenés sueño? —pregunté.

—Ahora sí —dijo en medio de un bostezo —Bueno Gallicchio, me voy a dormir. Te veo el lunes. Bye.

Colgó el teléfono dejándome con la palabra en la boca. Te veo el lunes.

¡Mierda! Voy a tener que darles a esos dos pelotudos sus 400 pesos.

¡Dios! ¿Por qué tenés que ponerme a un difícil en el camino?

Me puse de pie y caminé hasta mi habitación. Me saqué ese molesto traje y me puse cómodo para dormir. Me acosté en la cama mirando fijamente al techo.

•••FLASHBACK••••

¿Playa o montaña? pregunté.

Depende contestó.

¿De que?

¿Esa es otra pregunta? preguntó.

¿La vas a contar como pregunta? le dije. Sonrió.

Mi pequeña obsesión - quallicchioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora