Resolvamos nuestros conflictos internos

Cuando tienes clara tu meta, estás enfocado, y tienes las mejores herramientas, pero aún no logras lo que te has propuesto, probablemente tienes un conflicto interno que debes revisar, ya que lo más seguro es que debas alinear lo que crees con lo que quieres, de ahí vienen los conflictos internos.

Cuando, por ejemplo, quieres ganar mucho dinero y tener una empresa súper exitosa, pero a la par quieres tener una vida tranquila y tener mucho tiempo libre, tienes un conflicto interno. Si quieres encontrar una pareja para construir una vida juntos, pero no quieres comprometerte ni negociar tu estilo de vida, tienes un conflicto interno.

Si quieres evolucionar espiritualmente y tener dinero, pero crees que las dos cosas son incompatibles, tienes un conflicto interno. Si quieres ser muy exitoso pero en el fondo crees que no lo mereces y que no eres capaz, tienes un conflicto interno.

Cada vez que, inconscientemente, tus intenciones y tus creencias se opongan, o tengas deseos que sean opuestos, generan un conflicto interno que seguramente te alejará de lo que realmente quieres en tu vida.

En esos casos, lo que puedes hacer es, primero, evidenciar cuál es el conflicto, y luego, clarificar cuál es tu prioridad hoy, cuál de las dos orillas es más importante para ti en este momento.

Retomando el primer ejemplo, puedes decidir que vas a trabajar arduamente unos años y luego te retirarás a una vida tranquila, o puedes elegir tener una empresa más pequeña, que te permita tener la vida que quieres en un menor tiempo. El punto está en que negocies contigo mismo, según lo que te resuene, lo que te mueva.

Aquí no hay correcto o incorrecto, sólo es importante que seas honesto contigo y elijas conscientemente, para que puedas seguir adelante con tu sueño y hacerlo realidad. Recuerda que el cerebro no es eficaz cuando hay incoherencias, y empieza a generar resultados encontrados, es como si hubiera dos bueyes halando dos extremos de una cuerda, no vas a ningún lado.