En la semana, Hermione y yo, tratamos de juntar la amistad entre Ron y Harry. Ella iba a hablar con el pelirrojo y por otra parte, yo iba con el otro.
—Yo no fui el que empezó —dijo Harry—. El problema es suyo.
—¡Tú lo hechas de menos! —repuse agotada de decir lo mismo—. Y sé que él te hecha de menos a ti.
—¿Que lo echo de menos? —repitió Harry—. Yo no lo echo de menos...
—Ajá... ¿Me vas a decir que eso es mentira? ¿Vas a decirme mentirosa por decir: que quisiste reconciliarte con él pero tu orgullo no quiere? —me levante de la mesa—. Esta bien, llámame mentirosa. Si te arrepentís de lo que dijiste, me llamas mediante alguien y nos encontramos en algún lugar.
—No quiero decir eso —me agarro del brazo—. El teatro no es para ti. Yo no voy a hablar con él hasta que me pida disculpas por entender mal la situación. ¿Entendido Anastasia?
Los ojos de Harry me miraban seriamente. Parece como si fuera un hermano mayor, regañándome por hacer algo malo. No queda otra que hacerle caso.
—Como usted diga, padre —dije en broma.
Los días que quedaban para la primera prueba transcurrieron tan velozmente, como si alguien hubiera usado algún hechizo o algo para manipular el tiempo. La cara de mi amigo, se transformaba con los días, en nervioso o terror.
El sábado antes de la primera prueba, nos dieron permiso a los alumnos de tercero en adelante para visitar Hogsmeade. Le dije a Harry que le haría bien ir, que se relajaría.
—Pensé que podríamos encontrarnos con él en Las Tres Escobas...
—No —se opuso Harry.
—Ay, Harry, por favor... qué estupidez.
—Iré pero no me encontraré con Ron. Me pondré la capa de invisibilidad.
—Como quieras... pero no me gusta hablar contigo con esa capa puesta. Nunca sé si te estoy mirando o me estas poniendo atención.
Se puso la capa en su dormitorio, bajamos las escaleras y marchamos al pueblo. Muchos estudiantes llevaban la estúpida insignia.
—Ahora la gente me mira a mí —dije de mal humor cuando salimos de la tienda de golosinas de Honeydukes.
—No muevas tanto los labios.
—Vamos, Harry, por favor quítate la capa solo un rato. Nadie te va a molestar.
—¿No? Mira hacia atrás.
Hice lo que dijo y estaba Rita Skeeter con su amigo fotógrafo, que acababan de salir de Las Tres Escobas. Miré hacia otro lado para que no se dieran cuenta de mi existencia.
—Deben de estar alojados en el pueblo. Apuesto a que han venido para presenciar —comentó Harry.
—Ya se fue —dije a la vez ver como se alejaban—. ¿Que tal si vamos a tomar una cerveza de manteca a Las Tres Escobas? ¿Hace un poco de frío, no? ¡No es necesario que hables con Ron!
El lugar se hallaba abarrotado de gente. Era difícil moverse entre la multitud. Me encargué de pedir las bebidas, con lo cual me llevó bastante tiempo llevarlas a la mesa. Le pase la cerveza bajo la capa para que la tomara.
—Creo que parezco un poco tonta, sentada aquí —susurré—. Menos mal que se larga la gente, de a poco.
Entre la multitud se destacaba el cabello enmarañado de Hagrid. Junto a él estaba el profesor Moody, aquel se inclinaba para hablar.
No le di importancia porque se iban a ir pero parece que cambiaron de idea. Se acercaron a mi mesa y la de Harry.
—¿Va todo bien, Anastasia? —me preguntó Hagrid.
—Hola —dije sonriendo.
—Bonita capa, Potter —dijo Moody.
—¿Su ojo es capaz de... quiero decir, es usted capaz de...?
—Si, mi ojo ve a través de las capas invisibles.
—Chicos, vengan a verme a la cabaña esta noche. Lleven la capa —nos susurro Hagrid a mi y a Harry—. Me alegro de verlos —guiño un ojo y se fue. Moody lo siguió.
—¿Para que querrá que vayamos a verlo esta noche? —preguntó Harry.
—No lo se, me pregunto que trae entre sus manos.
A las once de la noche quede con Harry que saliera de su habitación para que pudiera meterme en la capa e ir juntos a la cabaña. Los terrenos del colegio estaban envueltas de oscuridad. Solo veía la luz que provenía de la casa de Hagrid.
—¿Son ustedes, Anastasia y Harry? —susurro abriendo la puerta.
—Si —respondió Harry cuando entramos adentro, nos quitamos la capa—. ¿Por qué nos has hecho venir?
—¿Que nos vas a mostrar? —pregunte con un poco de emoción.
—Usen la capa de nuevo, vengan conmigo y no hablen —explico Hagrid.
Abrió la puerta de la cabaña y lo seguimos deprisa, ya que no se veía por la oscuridad. Nos llevaba hacia el carruaje de Beauxbatons.
—Hagrid, ¿que...? —me interrumpió Hagrid.
—¡Shhh!
—¡Ah, Hagrid! ¿Ya es la «hoga»? —dijo Madame Maxime.
—«Bon suar» —le dijo Hagrid ofreciéndole una mano para ayudarla a bajar los escalones dorados.
¿A caso nos metimos en una cita? ¿No pidió ayuda para seguir con su "relación" con Madame Maxime?
Seguíamos caminado, siguiendo a Hagrid porque no sabíamos a donde nos llevaba. Si esto es una broma, doy media vuelta y vuelvo al castillo sin que se dieran cuenta.
Pero ya no podía volver, no se veía el castillo ni el lago. Adelante había hombres que gritaban.
Nos escondimos detrás de uno de los árboles, al ver pensé que era una especie de ritual o algo así. Estaba equivocada... eran dragones.
¡Hola! El próximo capitulo es la primera prueba. Va a ver mucho de parte de la tribuna ya que rayita va a estar allí.
Denle a la ★ y comenten si les gusto.
¡Adios!
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Compartiendo el Mundo (Draco Malfoy)
Fanfiction-Por favor, déjenme en paz, se los suplico por lo que mas quieran. El de la túnica negra merodeaba por todo el salón, esperando al momento indicado para hacerla sufrir una vez mas. -Perdóname Ana, no quiero hacer esto... -dijo una voz familiar para...