Capítulo Tres

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Lara, Isabel y Alicia cantaban a grito pelado el nuevo rap de Macklemore, Can't Hold Us, inventándose cada cual su letra y creando un idioma indescifrable en el interior del bus. Nuestro profesor de dibujo técnico, José, nos llevaba a Madrid de excursión a ver el Museo del Prado. El dibujo técnico y las obras de Picasso, Velázquez o Goya no puede decirse que tuvieran mucho que ver, pero teniendo en cuenta que mi instituto era público, cualquier excursión era recibida con los brazos abiertos. Sobre todo si el plan eran tres horas de museo y tiempo libre hasta las siete. 

Llegamos a Madrid a las once, después de un viaje de dos horas sin tráfico, aunque bastante alejado de lo que podría considerarse ''tranquilo''. Adriana y yo bajamos masajeándonos las sienes y arrepintiéndonos de habernos sentado al lado de esas tres locas y de su recopilación de veintisiete canciones al fondo del bus. Un viento frío nos golpeó en la cara, propio del último jueves de enero, los termómetros no marcaban más de 11 grados en la capital. Caminamos hasta el Museo del Prado. 

―¡Vamos a dividirnos en dos grupos! ―vociferó José a las puertas del museo, intentando captar la atención de todos con muy poco éxito―. El primero pasará conmigo a y media, y el segundo con Rosa a menos cuarto. En cuanto salgáis tenéis tiempo libre para hacer lo que os plazca hasta las seis y media, que os quiero aquí de vuelta, ¿me oís? Quien no sea puntual que vaya buscando piso para quedarse aquí, porque no esperamos a nadie. Queda dicho. 

José y su carácter. En el fondo era un buenazo. 

Las chicas y yo decidimos entrar con Rosa a menos cuarto, así que tuvimos unos veinte minutos de espera, que aprovecharon para almorzar. Isabel me ofreció Lacasitos. 

―No, gracias. 

―¿Qué pasa? ¿Tú nunca comes? ―dijo con una sonrisa―. Va, coge, que sé que tienes ganas. 

Pasaba un día entero lejos de casa que iba a aprovechar al máximo para ayunar. No se tenía esta oportunidad todos los días, y siendo como era mi madre de controladora, cada vez costaba más saltarse las comidas. 

―La verdad es que me duele bastante la tripa ―me inventé. 

―Vaya, ¿y eso? ¿Te tocaba la regla? ―me preguntó Lara. 

―Se suponía. 

Llevaba retraso de una semana. 

―Siento interrumpir vuestra fantástica charla sobre los días en que le baja a Ana, pero, ¡adivinad cómo de buenorro está nuestro guía! ―chilló Alicia, enseñándonos una foto que le había mandado Irene y atrayendo todas las miradas del resto de la clase que esperaba con nosotras para poder entrar. 

Isabel, Adriana y Lara se acercaron a mirar la pantalla del móvil mientras Irene enviaba más fotos del guía del museo desde todos los ángulos posibles, babeando cual posesas. Al parecer, la única sin las hormonas revolucionadas del grupo era yo. 

―Espera, ¿te las manda Irene? ―preguntó Adriana poniendo gesto pensativo, como si fuera detective. 

―Por supuesto, Sherlock. 

―Entonces nosotras no creo ni que le olamos. Estará con el grupo de José. 

―¡Oooooh, mierda! ―se lamentaron Alicia y Lara al mismo tiempo. 

Tras tres horas de charlas absurdas sobre historias detrás de los cuadros y quejas de Lara hacia nuestra guía por ser mujer, decidieron que lo mejor sería ir a comer a un KFC. Me ofrecí voluntaria para buscar mesa, pues no pensaba probar bocado mientras las chicas, como siempre, discutían pegando chillidos en medio de la fila, provocando miradas y cuchicheos. Todo el local olía a fritanga y eso hacía que se me revolviera el estómago. Mi móvil vibró, avisándome de un WhatsApp: Hola :) 

¿Sergio? ¿Qué se le había cruzado por la cabeza para hablarme así, de repente? 

Sergio y yo estuvimos saliendo la primavera pasada, hasta que rompimos a los cuatro meses de relación; más tarde volvió arrepentido y yo, creyéndole como una imbécil, después de todo le di otra oportunidad, que volvió a fastidiar tres semanas después. Estaba en segundo de bachiller en mi mismo instituto y llevábamos sin hablarnos desde finales de julio del año pasado. Sergio fue mi primer amor, y también el primero que se encargó de partirme el corazón por primera vez; bueno, y por segunda. 

Estaba ciega por él, pero lo había superado... o al menos eso quería pensar. No estaba dispuesta a que volviera otra vez arrastrándose para volver a machacarme por dentro. Decidí mostrarme fría y distante, pero le respondí por educación: Hola 

¿Qué tal?, me respondió en menos de un minuto. ¿Qué pasaba con ese chico? ¿Es que no recordaba lo capullo que había sido conmigo? Lara se dio cuenta de que llevaba demasiado tiempo mirando a la pantalla fijamente y se me acercó, dejando a las otras tres discutiendo aún a gritos. 

―Ey, ¿qué te pasa? 

―Acaba de hablarme Sergio. 

Lara abrió tanto los ojos que pensé que se le saldrían de las órbitas. 

―¿Cómo? ¿Y qué le has dicho? 

―Nada, solamente le he respondido. No sé a dónde quiere llegar. 

―Fue un cabronazo, Ana, tú ni caso. Síguele el rollo, a ver qué te dice. No todos los días se tiene la oportunidad de mandar a la mierda a tu ex, ¿sabes? 

Sonreí a mi amiga y vi cómo se alejaba hacia la fila de nuevo, discutiendo aún entre coger el menú de 19'85 € o el de 24'95 €. Me dispuse a contestarle: Como siempre, ¿y tú qué tal? Bien, muy bien 

Cuando una persona te pregunta con el famoso ''qué tal'', jamás lo hace en serio. Jamás te pregunta para saber cómo te encuentras, simplemente espera oír un ''bien''. Por educación, por cortesía. Me resignaba a responder un ''como siempre'', ya que siempre me sentía como una mierda. No mentía a la gente, pero no me mentía a mí misma. Todos contentos. 

¿Te apetece quedar esta tarde? 

¿Quedar esta tarde? Llevábamos evitándonos en el instituto seis meses, ¿a qué venía tanta prisa de repente? Tardé algo en responder, no quería que se diera cuenta de que estaba estrujándome los sesos estudiando la situación: Estoy en Madrid Vaya, ¿mañana lo tienes libre? 

Decidí descubrir qué tramaba y por supuesto, dejarle las cosas claras. Como dice Lara, no todos los días se tiene la oportunidad de mandar a la mierda a tu ex, y es un millón de veces mejor hacerlo en persona y ver qué cara pone. Mañana me escaquearía de cenar. 

Mañana a las 20:00 h. en la Plaza España 

Y con esto di por concluida la conversación. 

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⏰ Last updated: Apr 07, 2015 ⏰

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TODOS LOS PUENTES ESTÁN ENAMORADOS DE UN SUICIDAWhere stories live. Discover now