Maybe it would have been an option

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13 de mayo, 11:25 p.m. Zona residencial de Gangnam, apartamento no. 32

— ¡JODER! ¿Por qué eres-tan-malditamente-hermoso? —había gruñido el rubio en cada estocada, hermoso fue lo último que pudo gruñir antes de venirse y sacar su miembro del apretado agujero del otro. Oh SeHun había caído rendido a un lado del colchón mientras su acompañante intentaba recuperar el aliento que le había sido robado. Él tiró el condón a un lado y esperó a que su respiración se acompasara a la de su amante.

Pero el hombre a su lado había caído rendido rápidamente en las profundidades del sueño, en cambio él se encontraba perdido en los recuerdos que guardaba en su memoria. Por consideración, SeHun cubrió con una frazada cuidando de no despertar a su ligue de una noche y después se levantó sin hacer mucho ruido. Se dirigió al baño tal y como estaba, y se sentó en el váter esperando a que la tina se llenase hasta el tope. Cuando entró, no le importó ni un segundo que el agua se rebalsara, se quedó allí un rato jugando con la espuma y cuando notó la piel arrugada de sus dedos decidió que ya era suficiente.

Se colocó el pijama más cálido que encontró en su armario, y después sacó de un cajón su más preciado tesoro, la caja de cigarrillos Lucky Stricke que sus amigos le traían de regalo. A pesar de que no fumaba, recordó que eran sus favoritos y ese impulso le fue suficiente para salir a tomar un poco de aire al balcón.

El cielo de Seúl era precioso por donde quiera que lo viese, aunque en esa zona de la ciudad no pudiese apreciar ni una sola estrella a comparación de Heaven, allí podría apreciar el cielo de una manera distinta y encantadora. No obstante, ese hecho no le quitaba su encanto al lugar en el que había decidido mudarse después de todo lo que había pasado. SeHun se odiaba a si mismo por sentirse tan nostálgico en un fin de semana cuando se suponía que debía estar contento de seguir siendo un hombre guapo que pudiese otorgar tanto placer como el que le ofrecían. Sin embargo, aunque ya habían pasado cinco años desde que su ángel se había ido a ocupar un lugar en el cielo, Oh SeHun habría dado toda su fortuna a cambio de un solo minuto con él. Un minuto en el que pudiese acariciar sus suaves mejillas y fundir la nariz en su pelo para guardar su olor, un minuto en el que habría podido decirle las tres únicas palabras que a lo mejor, si se hubiese esforzado en decirlas. Podrían haberlo cambiado todo.

"Lo siento, Luhan".

Eso habría sido todo, tal vez habría perdido un poco de orgullo en el camino pero tal vez, solo tal vez LuHan sería él que estuviese acostado en su cama y no un extraño del cual ya había olvidado el rostro. Inconscientemente había encendido la colilla del cigarrillo y el humo lo había envuelto en un aura calmante, SeHun cerró los ojos sintiendo el olor y se permitió vivir en su memoria.

"Sehunnie se merece un beso"

Escuchó su voz juguetona mientras le daba un beso en los labios que lo hacía temblar, Lulú sonreía tan tiernamente y SeHun lo sintió tan real que instintivamente levantó la mano para tocarlo. Pero la imagen mental desapareció de inmediato y lo único que quedó cuando abrió los ojos fueron las luces de la ciudad. Aun así, volvió a cerrar los ojos otra vez y esperó al siguiente recuerdo de esos días esplendorosos.

"¿Por qué Hunnie está tan enfadado?" Le había preguntado su ángel una vez mientras hacía un puchero y él había intentado apartar la vista para que su furia no se aplacase al instante. Porque así era LuHan, la cura a todos sus males, el único que podría hacerlo sonreír a pesar de que hubiesen tenido una gran pelea. Un chico joven con toda una vida por delante que tenía un efecto sedante en él cada vez que intentaba meterse en problemas.

Él siempre se había quejado de que Luhan era infantil, pero muy a su pesar, debía admitir que adoraba esas palabras cortas y esos mimos delicados que el más pequeño le daba. Tanto él como Luhan habían sido dos tontos enamorados el último año de instituto y los años de universidad habían sido un asco en su relación. No obstante, aun cuando sus confrontaciones, engaños y temores los separaban durante semanas y algunas veces hasta meses. Volvían a permanecer juntos a través de toda esa mierda que se habían lanzado a sí mismos y que se volvían una mancha borrosa en su historial.

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⏰ Last updated: Jan 11, 2019 ⏰

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